África Occidental y Central se convirtieron en las regiones con el mayor número de niños soldados del mundo, así como la mayor cantidad de víctimas de abuso sexual en menores de edad, según un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Desde 2016, la región se ha visto afectada por un conflicto creciente en el que las fuerzas gubernamentales y los grupos armados han reclutado forzosamente a más de 21.000 niños, según el informe.
Además, más de 2.200 niños han sido verificados como víctimas de violencia sexual durante los últimos cinco años, agregó. Mientras tanto, unos 3.500 niños han sido secuestrados, lo que la convierte en la región con el segundo mayor número de secuestros en el mundo, mientras que ha habido al menos 1.500 ataques a escuelas y hospitales.
En general, la agencia de la ONU especializada en la infancia dijo que más de 57 millones de niños en la región necesitan asistencia humanitaria, un número que se ha duplicado desde el año pasado como resultado del conflicto y la pandemia de COVID-19.
“Ya sea que los niños de África occidental y central sean el objetivo directo o las víctimas colaterales; están atrapados en un conflicto y enfrentan violencia e inseguridad”, dijo Marie-Pierre Poirier, directora regional de UNICEF para África occidental y central.
“Las graves violaciones a sus derechos perpetrados por las partes en del conflicto son inaceptables. Tienen un impacto adverso en su capacidad para aprender, trabajar, construir relaciones significativas y contribuir al desarrollo de sus comunidades y países “, agregó Poirier.
Desde 2005, cuando la ONU estableció un sistema para monitorear e informar sobre violaciones graves contra los niños, como el reclutamiento, el secuestro, la violación y los ataques a escuelas y hospitales, una de cada cuatro violaciones a nivel mundial se cometió en África occidental y central, dijo el informe.
En países como Burkina Faso, República Centroafricana, Camerún, Chad, Congo, Malí, Mauritania y Níger, en donde son atravesados constantemente por conflictos, la violencia ha tenido consecuencias humanitarias devastadoras para los niños y las comunidades, y la pandemia ha agravado la situación, dijo la ONU.
El Sahel, una región semiárida que se extiende desde el norte de Senegal a través de partes de Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad y Sudán y Eritrea, ha experimentado en los últimos años un aumento de la violencia. Varios países del Sahel se han visto envueltos en conflictos que involucran a varios grupos armados, campañas militares de ejércitos nacionales y socios internacionales, así como milicias locales.
La crisis de seguridad comenzó en 2012 cuando una alianza de grupos separatistas y armados se apoderó del norte de Malí, lo que provocó la intervención militar de la ex potencia colonial Francia para detener el avance separatista hacia la capital, Bamako, y evitar un colapso total del estado de Malí. El conflicto se extendió luego a los vecinos Mauritania, Níger y Burkina Faso.
Los niños asociados con grupos armados a menudo están expuestos a “niveles insoportables de violencia” y su reclutamiento puede ir precedido y seguido de otras violaciones como el secuestro, la violencia sexual y el asesinato y mutilación de niños, dijo el Representante Especial del Secretario General para la Infancia y Conflicto armado, Virginia Gamba.
La ONU pidió a las partes en el conflicto que prevengan y pongan fin a las violaciones contra los niños y que los perpetradores rindan cuentas. También instó a los grupos de ayuda a aumentar la documentación de las violaciones y a trabajar para prevenirlas y responder a ellas.
Se necesitan mas de 92 millones de dólares para proteger a los niños en situaciones de emergencia en África occidental y central, más de la mitad de los cuales aún no están financiados, según datos oficiales de UNICEF.
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