El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Turquía por la detención de jueces tras el fallido golpe de 2016

La corte consideró que el gobierno de Erdogan violó el “derecho a la libertad” de los magistrados y lo condenó a pagar 5.000 euros a cada uno por daños morales. La decisión se conoce el mismo día en que las autoridades turcas iniciaron operaciones para detener a 213 personas acusadas de pertenecer a la red de Fethullah Gülen, el predicador acusado de haber orquestado el golpe

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La sala del Tribunal Europeo
La sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. (REUTERS/Vincent Kessler/archivo)

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó este martes a Turquía por la “arbitraria” prisión preventiva de 427 jueces tras el intento de golpe de Estado de julio de 2016.

Por unanimidad, los magistrados de la corte paneuropea consideraron que Ankara violó el “derecho a la libertad”, garantizado por el Convenio Europeo de Derechos Humanos, con esta medida.

A estos jueces, que ejercían en varias jurisdicciones como la Corte de Casación, se les detuvo por su presunta “pertenencia a FETO”, detalla el tribunal basado en Estrasburgo (noreste de Francia).

En la terminología de las autoridades turcas, FETO es el acrónimo que designa la “Organización Terrorista de Partidarios de Fethullah” Gülen, un predicador acusado de haber orquestado el golpe.

El TEDH condenó a Ankara a pagar 5.000 euros (casi 5.630 dólares) a cada uno de los magistrados por daños morales.

El clérigo Fethullah Gulen está
El clérigo Fethullah Gulen está actualmente exiliado en Estados Unidos. (REUTERS/Charles Mostoller/archivo)

La decisión de la corte se conoce el mismo día en que la policía turca inició operaciones ordenadas por la Fiscalía para detener a 213 personas vinculadas al Ejército y acusadas de pertenecer a la red de Gülen. En un comunicado, la Dirección de Seguridad de Ankara informó de operaciones lanzadas en la madrugada de hoy en 42 provincias por orden de la Fiscalía de la capital, con el fin de arrestar a 101 militares e “imanes secretos” de la gendarmería.

Tras el intento de golpe del 15 de julio de 2016, las autoridades turcas iniciaron una purga sin precedentes contra los presuntos partidarios de Gülen, bestia negra del presidente Recep Tayyip Erdogan.

Las purgas también alcanzaron a opositores kurdos, militares, intelectuales o periodistas, e implicaron el despido de más de 130.000 empleados y la detención de más de 100.000 personas.

La corte europea, máxima autoridad judicial para la garantía de los derechos humanos en prácticamente toda Europa, ya condenó a Turquía en varias ocasiones en los últimos meses por esas purgas.

En diciembre pasado, un tribunal de Ankara condenó a cadena perpetua a 333 militares y cuatro civiles por su participación en la intentona golpista.

Hasta 2013 Gülen había sido un estrecho aliado del gobernante partido Justicia y Desarrollo (AKP, islamista y conservador) de Erdogan.

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