En una inédita alianza, Estados Unidos y otros países, entre ellos China, harán uso de sus reservas estratégicas de petróleo para intentar provocar una baja en los precios del crudo, según anunció este martes la Casa Blanca.
El presidente Joe Biden ordenó liberar 50 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de Estados Unidos. “Esta decisión se toma en paralelo con otras naciones consumidoras de energía importantes, como China, India, Japón, la República de Corea y Reino Unido”, dijo la Casa Blanca.
Biden, quien ha visto hundirse su popularidad en medio de un aumento en los precios del combustible y la inflación general, dijo durante un discurso en la Casa Blanca que la liberación de reservas estratégica de petróleo por parte de Estados Unidos y otros consumidores importantes “marcará la diferencia” para los estadounidenses preocupados por los precios del combustible.
“He reunido a otras naciones para que contribuyan a esta solución: India, japón, Corea, Reino Unido ha consentido a liberar más petróleo de su reserva, y puede que China también haga más. Esta acción coordinada nos ayudará a lidiar con la falta de suministro, lo que aliviará los precios”, contó.
Y aclaró que aunque estos esfuerzos no resolverán la crisis del combustible “de un día para otro”, sí hará una diferencia. “Tomará tiempo, pero en poco tiempo debería ver caer el precio de la gasolina”, aseguró el presidente.
La decisión llega en un momento en que los precios en las estaciones de servicio siguen subiendo en Estados Unidos, lo que representa un problema político importante para Biden, sobre todo en vísperas del Día de Acción de Gracias, una festividad en la que los estadounidenses se desplazan en su mayoría por vía terrestre para reunirse con sus familiares.
La iniciativa conjunta, presentada como inédita por los estadounidenses, busca que con el aumento de la oferta los precios bajen de forma mecánica, metiendo presión a los países productores.
El crudo ha subido en medio de la reactivación económica tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia de covid-19. Los precios ya han venido bajando cerca de un 10% en los últimos días, entre rumores sobre esta operación coordinada. Pero este martes por la mañana, el mercado apenas reaccionaba y a las 13 horas GMT caían apenas un 0,39% respecto al cierre de la víspera del barril estadounidense WTI.
En los tres meses previos, entre el 19 de agosto y el 22 de noviembre, el WTI había aumentado un 20,5%.
Para llegar al acuerdo, Washington y Beijing dejaron de lado su tensa relación, pues China también es uno de los grandes consumidores de crudo del mundo.
Los intentos de Estados Unidos de presionar a los países productores, especialmente a Arabia Saudita, para que aumentaran su oferta, no habían funcionado hasta ahora.
Louise Dickson, analista de la firma Rystad Energy, explica que “esta acción histórica y poco ortodoxa es claramente un mensaje que dice a la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), que no es el único actor en el mercado petrolero”.
“Este esfuerzo coordinado forma una alianza informal del lado de los países consumidores”, en respuesta al cartel de los países productores, indicó Dickson.
Pero el presidente estadounidense también tiene en la mira a las grandes empresas del sector, señaladas de trasladar a las estaciones de servicio solamente las subidas de precio, mientras registran gigantescas ganancias.
Así, la Casa Blanca pidió hace días a la autoridad estadounidense de la competencia que se pronuncie “inmediatamente” sobre el comportamiento “eventualmente ilegal” de las compañías petroleras, y no descarta acciones judiciales.
Las reservas estadounidenses son el suministro de emergencia más grande del mundo. Según un alto funcionario, la liberación comenzará entre mediados y fines de diciembre, y es posible que se produzcan nuevas intervenciones para estabilizar el mercado, en respuesta a la pandemia.
“Como ha dicho el presidente, los consumidores están sufriendo ahora en las estaciones de servicio”, dijo el funcionario. “El presidente está listo para tomar acciones adicionales si es necesario y está preparado para usar toda su autoridad, trabajando en coordinación con el resto del mundo para mantener un suministro adecuado a medida que se deja atrás la pandemia”, agregó.
De los 50 millones de barriles que liberará Estados Unidos, 18 millones serán vendidos directamente en los próximos meses; mientras que los otros 32 millones entrarán al mercado bajo un sistema de “intercambio”, pues serán devueltos a las reservas en unos años.
Las reservas estratégicas de petróleo estadounidenses fueron creadas en 1975 para contrarrestar los shocks petroleros. Están almacenadas en inmensas cavernas de sal de hasta 800 metros de profundidad a lo largo de la costa del Golfo de México, en Luisiana y Texas, y contienen 609 millones de barriles (mb), según el Departamento de Energía.
Muy vigiladas, estas reservas representan el mayor reservorio de emergencia del mundo, colocadas en unos 60 depósitos ubicados en cuatro sitios. Es bastante inusual que se retiren de allí grandes cantidades, salvo en caso de urgencia. Como por ejemplo, cuando grandes huracanes afectan el Golfo de México, crucial para la producción petrolera, o en respuesta a crisis internacionales
“El consumo de crudo de los estadounidenses asciende a 19,5 mb diarios. Colocar en el mercado 50 millones de barriles corresponde a tres días de demanda de las refinerías del país”, explicó Andy Lipow de Lipow Oil Associates, para destacar el aspecto simbólico de la medida.
“El impacto sobre los precios no debería ser persistente”, señalaban también los analistas de TD Commodities.
No obstante, en un tiempo en que la reducción de gases de efecto invernadero producto de las energías fósiles está en el centro de la agenda, utilizar las reservas de crudo podría generar críticas.
“Sería contraproducente en términos de imagen sobre el cambio climático”, señalaba recientemente un editorial del Washington Post. “Es ciertamente una contradicción” para el gobierno, destacaba también John Kilduff, de Again Capital.
“Los verdaderos líderes de la lucha contra el cambio climático son favorables a precios del petróleo altos para permitir a las energías renovables ser más competitivas”, sostuvo Kilduff.
Pero para el presidente estadounidense, la inflación, en un máximo en tres décadas en 6,2% a 12 meses en octubre y muy presionada precisamente por el precio de la gasolina, podría ser un problema político. Así, luchar contra el aumento de precios es imperativo para el gobierno.
El precio medio del galón de gasolina (3,78 litros) subió a 3,41 dólares frente a 2,12 dólares hace un año, según la asociación estadounidense de automovilistas AAA. La cota de 4 dólares es problemática para los consumidores, según expertos.
India, por su parte, anunció que liberaría 5 millones de barriles, mientras que Gran Bretaña permitirá la liberación voluntaria de 1,5 millones de barriles de petróleo de reservas privadas.
Corea del Sur señaló que los detalles sobre la cantidad y el calendario de liberación de las reservas de petróleo se decidirían después de las conversaciones con Estados Unidos y otros aliados.
Medios de comunicación japoneses, en tanto, informaron que Tokio detallaría sus planes el miércoles.
Los miembros de la OPEP+ se reunirán el 2 de diciembre para discutir su política de producción, pero no han mostrado signos de ningún cambio de rumbo para atender los pedidos de Washington.
Los precios del crudo tocaron recientemente máximos de siete años y, aunque todavía están algo lejos de los niveles entre 2011 y 2014, cuando superaron los 100 dólares por barril, muchos consumidores están percibiendo los costos de un aumento dramático en un año.
(Con información de AFP y Reuters)
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