El insólito kit para contagiarse COVID-19 que se vende en Países Bajos

El paquete viene con un líquido infectado de coronavirus, una jeringa y una prueba de antígenos para comprobar la infección. Incluso se vende una dosis de “refuerzo” si no se logra el cometido

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Uno de los kits vendidos para autoinfectarse con COVID-19
Uno de los kits vendidos para autoinfectarse con COVID-19

Las campañas antivacunas han llegado a niveles insólitos en Países Bajos, donde el gobierno cerró recientemente una página de internet, y sus redes sociales, en donde se promovía la venta de kits de autocontagio de COVID-19 para que las personas, una vez que hayan atravesado la enfermedad, puedan recibir el código QR que les permite entrar a los sitios públicos, sin necesidad de haberse vacunado.

La página se promocionaba como “Sí, quiero el coronavirus” y vendía dosis de líquido infectado con el potencialmente mortal virus para que cada persona se lo inyectara. Además, el kit incluye también un test de antígenos para verificar que el comprador logró contraer la enfermedad y en caso de no haberse contagiado, el vendedor ofrece un segundo paquete a menor precio para completar la “dosis”.

Lo más insólito de este caso, reportan medios europeos, es que el producto ha tenido una demanda bastante alta, sobretodo después de que el gobierno impusiera nuevas medidas en busca de frenar el aumento acelerado de los contagios en Países Bajos.

De acuerdo con la reciente normatividad introducida este mes, sólo las personas vacunadas o que hayan superado la enfermedad del COVID-19 podrán obtener un código QR que les permite acceder a ciertos lugares públicos.

En Países Bajos se está exigiendo un código QR para entrar a ciertos sitios públicos
En Países Bajos se está exigiendo un código QR para entrar a ciertos sitios públicos

Los principales clientes del sitio web que fue cerrado el pasado jueves 18 de noviembre eran jóvenes que buscaban hacerse con el “pasaporte covid” después de transitar la enfermedad deliberadamente contraída.

Estos kits fueron entregados a domicilio en los hogares de cada comprador y se vendieron a un precio de 33,50 euros (37,64 dólares) por unidad. Contaban además con instrucciones detalladas sobre el uso de la sustancia infectada.

Entre las instrucciones impartidas a los compradores, quienes vendían las ampollas con la enfermedad instaban a quedarse en casa en caso de malestar y cumplir con todas las recomendaciones del Gobierno mientras pasaba la enfermedad.

“A pesar de que todos estemos trabajando muy duro para poder atender tanto a los pacientes con covid-19, como a los demás, aparentemente hay organizaciones que buscan propagar el virus. Eso me parece escandaloso”, señaló Marina Eckenhausen, inspectora general de la Inspección de Salud y Atención Juvenil, citada por medios locales.

Eckenhausen calificó la campaña lanzada por el sitio web como una bofetada en la cara para “todas aquellas personas que han trabajado durante más de un año y medio para luchar contra la pandemia”.

Con el kit viene un test de antígenos para comprobar que la persona efectivamente se infectó de coronavirus (Foto: REUTERS/Lukas Barth)
Con el kit viene un test de antígenos para comprobar que la persona efectivamente se infectó de coronavirus (Foto: REUTERS/Lukas Barth)

La funcionaria está liderando una contracampaña impulsada desde el gobierno para reforzar el mensaje de la vacunación y explicarle al público que es “muy peligroso inyectarse intencionalmente” con el covid, pues “te pones en peligro tú y pones en peligro a todos a tu alrededor”. Además del obvio mensaje de que los inyectados se “pueden enfermar gravemente”.

Aunque se informó que eran principalmente los jóvenes quienes estaban accediendo a estos productos, hay expertos que señalan que no hay una edad determinada para estas prácticas y que no son precisamente una novedad.

Tampoco es algo exclusivo de Países Bajos pues casos similares se han conocido en Austria, país que recientemente volvió a decretar un confinamiento general a causa del aumento en los contagios y las bajas tasas de vacunación.

Allí se han conocido casos de personas que se han inyectado la enfermedad intencionalmente para obtener el certificado de recuperados, algo que por lo menos en el caso de un hombre de 55 años, terminó en un desenlace fatal.

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