La Policía regional polaca de Podlasia informó este miércoles que nueve de sus agentes resultaron heridos, uno de ellos “grave”, en las últimas 24 horas, mientras que la Guardia de Fronteras, por su parte, registró 161 nuevos intentos de cruces de manera ilegal.
En un mensaje difundido a través de las redes sociales, la Guardia de Fronteras indicó también que durante la noche del martes se produjeron dos intentos de penetrar en territorio polaco “por la fuerza”.
Por otro lado, el Parlamento polaco tiene previsto continuar este miércoles el debate sobre un proyecto de ley que prevé imponer nuevas restricciones en el acceso y circulación de no residentes en la zona fronteriza.
Según el texto, “la prohibición (de acceso) excluiría, entre otros, a los residentes permanentes de las áreas afectadas, a las personas que dirijan un negocio, las que realicen un trabajo remunerado o que administran granjas (en el área), así como a los estudiantes y a sus tutores, la familia más cercana de la que dependa un residente en el área prohibida y las personas que crucen legalmente la frontera”.
Además de los participantes en cultos religiosos, equipos médicos y servicios de emergencia, se especifica que “en casos justificados, el comandante de la Guardia de Fronteras de servicio también podrá permitir la estancia, durante un período específico y bajo ciertas condiciones, de otras personas, incluidos los periodistas”.
Desde el 2 de septiembre, el gobierno polaco mantiene vigente el estado de emergencia en 187 municipios polacos fronterizos y desde la semana pasada está completamente prohibido el acceso a algunos puntos de la frontera.
Según las autoridades polacas, este año se han registrado más de 32.000 intentos de entrada ilegal desde suelo bielorruso y hay más de 2.000 inmigrantes acampados desde hace semanas en varios lugares de la frontera.
Polonia inició la construcción de un muro fronterizo con un coste de unos 320 millones de euros (362 millones de dólares) y espera terminarlo en unos seis meses.
La Unión Europea, Polonia, Letonia y Lituania acusan a Minsk de orquestar una oleada migratoria en sus fronteras para “desestabilizar a la UE” y llevar a cabo una “guerra híbrida”.
(Con información de EFE)
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