Hasta hace poco, las compañías de automóviles que no se llamaban Tesla tenían una postura general sobre los vehículos eléctricos: comenzaremos a fabricarlos en masa, cuando la gente comience a comprarlos de igual forma.
En el pasado, el difunto director ejecutivo de Fiat-Chrysler, Sergio Marchionne, llegó incluso a implorar a los conductores que no compraran el primer Fiat eléctrico de su empresa; la unidad económica era tan pobre, razonaba, que perdía dinero con cada venta (US$14.000 según las matemáticas de Marchionne).
Sin embargo, ahora, la gente compra cada vez más vehículos eléctricos, en parte porque el clima se está acercando a la ebullición y en parte porque la industria automotriz finalmente está fabricando atractivas máquinas a batería y en volumen. En última instancia, el dónde y el por qué es menos importante que el qué.
Este año, conductores de todo el mundo comprarán alrededor de 5,6 millones de vehículos de pasajeros eléctricos, según un nuevo informe de BloombergNEF publicado en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26.
Eso representa casi el doble del número de autos adquiridos el año pasado y, lo que es más importante, representa casi un 8% del total de las ventas de vehículos en general.
“Estamos viendo una demanda más orgánica de vehículos eléctricos”, comentó por correo electrónico Aleksandra O’Donovan, una de las analistas de BNEF que redactó el informe. Entre los factores que influyen en este aumento: “Está principalmente, la variedad más amplia de vehículos eléctricos ahora disponibles para los clientes y, lo que es más importante, unidades dirigidas a segmentos como los SUV”, indicó O’Donovan.
Además, para varios fabricantes de automóviles europeos, incluidos Volvo y Daimler, las ventas de vehículos eléctricos representan un 20% o más de sus ventas totales. En la actualidad, hay más de 500 modelos de vehículos eléctricos y vehículos de batería de combustible disponibles para la venta; hace solo seis años, esa cifra era inferior a 100.
A menudo se cita el costo como la razón por la que la adopción no se produce de forma más rápida. Pero la narrativa en torno a la escasez de infraestructura de carga pública que crea un cuello de botella para la adopción de vehículos eléctricos también cambiará, a medida que los consumidores tomen cada vez más el asunto en sus propias manos. En 2021, garajes y estacionamientos instalaron unos 2,1 millones de cargadores de vehículos, según el informe de BNEF, un aumento de 63% sobre la cantidad que había en 2020.
Mientras tanto, se están poniendo en funcionamiento motores eléctricos, en camiones, autobuses y tractores. BloombergNEF espera que los compradores comerciales adquieran 150.000 vehículos eléctricos este año, una cifra de casi el doble de la del 2020. Estirar hasta dónde pueden viajar estas máquinas entre cargas, además de ciclos de manejo predecibles y costos de mantenimiento relativamente bajos, inclina cada vez más la economía a favor de cosas como camiones eléctricos para el correo y camionetas para la entrega de flores que funcionan a base de baterías.
O’Donovan’s de BNEF advierte que todavía hay trabajo por hacer para que el transporte por carretera se encamine hacia una flota cero neto para 2050. “Las ventas de vehículos de combustión deben detenerse esencialmente alrededor de 2035″, indicó. “Los fabricantes de automóviles que representan solo el 19% del mercado mundial de vehículos de pasajeros han declarado sus intenciones de dejar de vender vehículos de ese tipo para entonces”.
De hecho, pasarán años antes de que los vehículos eléctricos vendan más que sus hermanos de gasolina. Pero el cambio, como dicen, ocurre poco a poco. Aunque ya no va precisamente despacio.
© Bloomberg
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