La junta militar de Birmania ha anunciado este martes nuevos cargos por supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre de 2020 contra la antigua líder “de facto” del país Aung San Suu Kyi y contra el expresidente Win Myint, detenidos tras el golpe de Estado del 1 de febrero.
Según las informaciones recogidas por el diario oficial ‘The Global New Light of Myanmar’, un total de 16 personas, entre ellas el ex presidente de la comisión electoral Hla Thein, han sido imputados por “fraude electoral” y “acciones ilegales” en las elecciones de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Suu Kyi ganó por un amplio margen.
Así, los imputados son sospechosos de violar la ley a la hora de establecer las subcomisiones electorales, amenazar a los integrantes de las mismas para “obstruir” el proceso electoral, adelantar la votación para favorecer a personas de 60 años o más y forzar a administradores locales a incluir en los censos a personas sin derecho a voto, entre otras supuestas acciones.
El diario ha recordado que la comisión electoral anuló los resultados de los comicios tras el golpe de Estado militar y ha adoptado acciones contra los sospechosos de participar en fraude electoral o en acciones para evitar “unas elecciones libres y justas”.
Suu Kyi, de 76 años, fue detenida horas después de que se produjera la asonada militar. La Justicia la acusa de haber cometido una decena de delitos, entre los que se encuentran la violación de las leyes de comercio exterior, la vulneración de las medidas contra el coronavirus, actos de corrupción e incitación a la sedición.
La premio Nobel de la Paz permanece bajo arresto domiciliario desde el golpe militar, dado justo antes de que el Parlamento surgido de las urnas tomara posesión, tras semanas de críticas por parte del Ejército y el Partido Unión Solidaridad y Desarrollo (USDP), que mantiene lazos con las Fuerzas Armadas.
Por otra parte, el periodista estadounidense Danny Fenster fue puesto en libertad el lunes, días después de ser condenado a once años de prisión. A su llegada a Qatar en una escala en su vuelo hacia Estados Unidos, Fenster ha dicho que no sufrió agresiones bajo custodia.
“Me arrestaron y me mantuvieron en cautividad sin motivos, pero físicamente estaba bien. No pasé hambre ni me agredieron”, ha dicho en declaraciones a la prensa desde Doha. “Son las mismas privaciones asociadas a cualquier tipo de encarcelamiento, te vuelves un poco loco y cuanto más tiempo pasa más te preocupa que nunca vaya a terminar. Esa era mi mayor preocupación”, ha agregado.
Asimismo, ha hecho hincapié en que espera seguir trabajando para informar sobre la situación de otros periodistas encarcelados en Birmania y ha agregado que intentará “hacer todo lo posible para presionar en su nombre”. “Lo estamos intentando y esperamos lograr sacarlos de allí”, ha remachado.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha aplaudido la liberación de Fenster y ha resaltado que “estuvo detenido de forma equivocada durante casi seis meses”. “Nos alegra que Danny vaya a reunirse pronto con su familia mientras seguimos pidiendo la liberación de otros que siguen encarcelados injustamente en Birmania”, ha remachado.
Fenster fue sentenciado el viernes a once años de cárcel por violación del visado, asociación irregular con un grupo ilegal e incitación, cargos que él rechaza, mientras que seguía a la espera de otro proceso contra él por cargos de terrorismo y sedición.
El periodista se encontraba encarcelado desde hacía seis meses en la prisión de Insein, situada en la ciudad de Rangún, y forma parte de decenas de periodistas que se han visto encarcelados desde que tuvo lugar el golpe de Estado el pasado 1 de febrero.
Fenster fue detenido poco antes de embarcar en un vuelo hacia la capital de Malasia, Kuala Lumpur, pero sin conocer el motivo de su arresto. Su familia había pedido su puesta en libertad en numerosas ocasiones y habían solicitado al presidente estadounidense, Joe Biden, que garantizara su liberación.
(con información de EP)
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