La obra de un artista nacido en Shanghái está generando bastantes problemas en el seno del régimen chino. En un museo de Brescia (Italia), el caricaturista y activista Badiucao se dispone a presentar una exposición que no le gustará nada a Xi Jinping.
Las imágenes del líder chino y Winnie the Pooh -una comparación irónica que ahora está ampliamente censurada en las redes sociales del país asiático- muestran una representación de la policía antidisturbios persiguiendo a un manifestante.
Las obras de Badiucao se presentarán al público este sábado, a pesar de las protestas de los diplomáticos chinos. En una carta dirigida a la alcaldía de Brescia, la embajada del país en Roma afirmó que las obras de arte están “llenas de mentiras antichinas” y que “distorsionan los hechos, difunden información falsa, engañan la comprensión del pueblo italiano y hieren gravemente los sentimientos del pueblo chino”, según el periódico local Giornale di Brescia.
Para el artista disidente, que vive en Australia desde 2009, la polémica no representa ninguna sorpresa.
“Es casi imposible (evitar) ofender al gobierno chino en estos días”, dijo, en declaraciones a la CNN. “Cualquier cosa puede ser sensible y problemática”, afirmó.
Desde que la embajada presentó su queja el mes pasado, los responsables del museo y los políticos locales han enmarcado la muestra como un símbolo de la libertad de expresión.
“Tengo que decir que tuve que leer la carta dos veces porque me sorprendió”, reveló la alcaldesa adjunta de Brescia, Laura Castelletti. Calificó la misiva como una “intromisión en una decisión artística y cultural de la ciudad” y aseguró que el pedido de cancelar la exposición ha “atraído más atención”, según CNN.
Pese a ello, las autoridades de la ciudad, de 200.000 habitantes, no cedieron: “Nadie, ni la alcaldía de Brescia ni los ciudadanos, pensaron en algún momento en cancelar la exposición”, declaró a la AFP Castelletti.
Brescia, conocida por sus restos arqueológicos, tiene una larga tradición por haber acogido disidentes, pintores y escritores, en nombre de “la libertad artística”, explicó.
Entre los últimos que ha recibido figura la artista kurda Zehra Dogan, “perseguida por el régimen turco” y que expuso allí sus obras en 2019.
Badiucao, de larga barba desgreñada, ojos risueños detrás de gruesas gafas de carey, reconoció que estaba “muy feliz y orgulloso” de que “Brescia haya tenido el coraje de decir ‘no’ a China en defensa de los derechos fundamentales”.
Titulada “China (non) é vicina” (“China (no) está cerca”), en alusión al título de una famosa película italiana de la década de 1960, la exposición, abierta hasta el 13 de febrero, denuncia la represión política en el gigante asiático y la censura aplicada a la pandemia del coronavirus, dos temas molestos para el régimen de Beijing.
Amenazas de muerte
“Utilizo mi arte para mostrar las mentiras del gobierno chino, pero también rindo homenaje al coraje y a la inteligencia de los chinos, sometidos a un ambiente duro, con un gobierno autoritario”, aseguró Badiucao en una entrevista con la AFP.
En 2018, la idea de realizar una exposición en Hong Kong fracasó debido a la presión sobre el artista y su entorno: “La policía de seguridad nacional llegó a intimidar a mi familia en Shanghái” y “amenazó con enviar agentes a la inauguración”, contó.
Entre las obras satíricas exhibidas en Brescia y que han provocado la ira de Beijing se encuentran los famosos rostros mezclados del líder chino Xi Jinping y Carrie Lam, la jefa ejecutiva de Hong Kong, con la que quiere ilustrar cómo se ha erosionado la autonomía de la ex colonia británica.
El Partido Comunista Chino (PCC) “no tolera el poder de la creación, piensa que todos los artistas libres son sus enemigos, por eso me odia tanto”, sostiene Badiucao, quien asegura que es blanco de “amenazas de muerte a diario en las redes sociales”.
Otra obra muy polémica son los más de sesenta relojes rojos, pintados con la propia sangre del artista, y que según él representan los relojes que fueron entregados a los soldados chinos como recompensa por su participación en la violenta represión de las manifestaciones estudiantiles del 3 al 4 de junio de 1989 en la Plaza de Tiananmen.
El Banksy chino
La exposición también rinde homenaje a “Tank Man”, el extraño personaje de camisa blanca que se enfrentó a los tanques, tratando de detener su avance armado con dos simples bolsas de basura, una imagen que pasó a la historia como emblema de la represión en ese país y que desató la condena internacional del gobierno chino.
Para el disidente, apodado, a su pesar, “el Banksy chino”, no hay duda de que Beijing es también “responsable de la catástrofe que vive la humanidad” por haber retenido, según él, información crucial sobre los orígenes del virus.
La exposición “no tiene la intención de ofender al pueblo chino, ni a la cultura ni a su civilización”, subrayó la presidenta de la Fundación Museos de Brescia, Francesca Bazoli, a la AFP.
Al exhibir estas obras, “estamos apoyando la libertad de expresión”, resumió.
(Con información de AFP)
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