Reclaman a la Unión Europea que interceda por la liberación de José Daniel Ferrer en Cuba

El líder de la Unión Patriótica de Cuba está detenido en condiciones extremas desde el 11 de julio pasado. La familia, junto a Prisoners Defenders, denuncia que es sometido a torturas de manera cotidiana

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José Daniel Ferrer, que dirige
José Daniel Ferrer, que dirige la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), el mayor grupo disidente del país, sostiene una camiseta con la inscripción "Dios, Patria, Libertad" en Palmarito de Cauto, Cuba, REUTERS/Mariana Bazo/File Photo/File Photo

Prisoners Defenders, la ONG española que lucha por los derechos humanos alrededor del mundo, publicó un informe en el que relata la situación extremadamente delicada en la que se encuentra José Daniel Ferrer en la prisión Mar Verde de Santiago de Cuba y las torturas a las que es sometido. El activista por los derechos humanos y por la democracia en Cuba está detenido desde el 11 de julio pasado, dia en el que pensaba participar de las multitudinarias marchas que se realizaron a lo largo y ancho de la isla pero a las que ni siquiera pudo llegar.

El informe detalla con precisión las condiciones de su encierro y las prácticas de tormento que sufre todos los días, basando su información en dos llamadas que tuvo Ferrer con su esposa y a las que la ONG pudo acceder. Entre otras cosas, Ferrer lleva detenido más de 120 días encerrado entre 4 paredes blancas en una celda que no cuenta con ningún tipo de ventilación y que solo tiene una bombilla de luz que está encendida las 24 horas. En la celda, tal como denuncia Ferrer y se puede corroborar en las llamadas, se escucha constantemente un ruido que él describe como “sonido de grillos” y que le generan ataques sónicos y dolores de cabeza recurrentes. Además sufre de falta de aire, sangrado bucal y pérdida de visión, lo que le imposibilita el sueño.

Todo este cuadro se agrava por la paupérrima alimentación que le brindan en la prisión, que es tan mala que hace que dependa casi exclusivamente de lo que le alcanzan sus familiares; pero los guardias de seguridad no permiten pasar la mayoría de los alimentos que le llevan. Además, no le permiten realizarse un tratamiento médico para sus padecimientos y en cambio le administran mediante un engaño una droga psicoactiva llamada Alprazolam que provoca alteraciones de la consciencia, falta de aire y tendencias suicidas.

Jose Daniel Ferrer siendo detenido
Jose Daniel Ferrer siendo detenido por la policía cubana

El reclamo del informe está orientado, en particular, a Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y a gobiernos que mantienen relaciones comerciales con el país caribeño. “Hacemos un llamamiento a D. Josep Borrell, a la Comisión Europea, al Gobierno de Canadá, al Gobierno de Noruega, y todos aquellos gobiernos mediante los cuales el régimen aún se nutre de activos financieros y políticos, y que por lo tanto tienen margen y herramientas para exigir el respeto de los derechos humanos, que colaboren de inmediato a impedir este lento y cruel asesinato de un notable defensor de los derechos humanos”, lee el comunicado.

Sigo en la misma celda, una celda totalmente tapiada; no fluye el aire, no hay una ventana que comunique con el exterior, no se ve absolutamente nada hacia afuera, es decir, un encierro total”, le dijo Ferrer a su esposa en la primera llamada que tuvieron. En esta también le comentó a su mujer que creía que la celda en la que se encontraba había sido preparada especialmente para albergarlo y que podía contar con cámaras y tecnología diseñada para ejercerle algún tipo de tortura. Su sospecha se basa en una serie de hechos. Primero, José cuenta que al lado de su celda hay otras dos celdas de aislamiento que están vacías y que sí tienen ventanas. Teniendo esto en cuenta inició una huelga de hambre para reclamar que lo pasen a una de estas, pero en cambio los carceleros contrataron a un equipo de albañiles para que realizaran un agujero en la celda actual y pusieran ahí una pequeña ventana. El hecho de que se hayan tomado todo este trabajo en vez de simplemente moverlo a la celda contigua levanta sospechas. Hablando sobre estas celdas vacías le dijo a su esposa: “Mi encierro es tan severo, que a nadie se le impone. En los tiempos de mi primera prisión, lo más que podía estar un preso en un encierro parecido y no en celdas totalmente tapiadas, eran veintiún días. Y tenían otras condiciones las celdas. Entonces el hecho de que no me hayan querido poner en ninguna de las dos [celdas] cercanas y me mantengan en esta, por supuesto que significa que hay una clara y marcada mala intención. Ya te digo, no descarto incluso afectaciones con microondas a mi cerebro, a mí, a mi mente”.

Otro de los reclamos tiene que ver con la administración de un medicamento psicoactivo que le fue suministrado bajo engaño. El medicamento en cuestión se llama Alprazolam, y en otros países es conocido como Xanax o Tafil. Este se le administró para aliviar sus dolores de cabeza y para facilitarle el sueño, pero el medicamento no está indicado para esto y solo se receta para casos graves de trastornos de ansiedad y de pánico. Muchos estudios han concluido que el fármaco puede producir tendencias suicidas y depresión respiratoria, síntomas visibles en Ferrer. “He estado en los últimos tiempos a base de un medicamento nombrado Alprazolam para poder al menos dormir un poco y disminuir un poco la intensidad del dolor. El dolor no solamente se manifiesta con esa situación intensa y desesperante, sino con un sonido constante, un zumbido constante en los oídos y una primera tesis que pensé que podría ser es que con la vacuna Abdala, que me pusieron bajo engaño porque me dijeron que había sido aprobada por la Organización Mundial de la Salud, que ya había sido autorizada, y ya me explicaste que no, que todavía no se había definido eso de la manera debida, pensé que podría ser el factor desencadenante de ese cuadro bastante extraño que jamás en mi vida había sufrido”, le dijo Ferrer a su esposa.

Ilustración de José Daniel Ferrer
Ilustración de José Daniel Ferrer García realizada por Amnistía Internacional para reclamar su liberación

Cuando nombra su inoculación con la vacuna Abdala, la vacuna contra el coronavirus desarrollada en la isla, explica que esta se la proveyeron afirmándole que esta estaba autorizada por la OMS, cosa que no es cierto. Prisoners Defenders deja abierta la posibilidad de que, teniendo en cuenta todas las mentiras que le dijeron y con las que se manejan cotidianamente, es probable que el régimen le haya inyectado otra cosa que no sea la vacuna.

Desde la familia afirman que es probable que busquen alterar su estado de conciencia para enviarlo a una institución psiquiátrica y lo mantengan encerrado en ella. Esto no solo facilitaría el proceso de reclusión sino que también permite utilizar métodos que pueden ser considerados como tortura bajo un marco legal que lo avale. Esto mismo hicieron con otros activistas como Oscar Peña y Adrián Cedeño. Ambos fueron enviados a hospitales psiquiátricos luego de soportar torturas en cárceles y comisarías comunes y, en el hospital, fueron tratados reiteradamente con “terapias” de shock que terminaron por liquidar su psiquis y su espíritu.

Sin embargo, parece difícil apagar el espíritu combativo y justiciero de Ferrer. Luego de la primera llamada con su esposa, cerró enviandole un saludo a todos sus compañeros de lucha y con el siguiente mensaje: “El régimen podrá enloquecerme en el tipo de encierro en que me tienen, en las condiciones en que estoy, y podrá incluso quitarme la vida, pero rendirme jamás. Vamos a estar luchando por la libertad de Cuba mientras respiremos y mientras tengamos conciencia. El pueblo de Cuba merece ser libre”.

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