La periodista china Zhang Zhan, encarcelada después de haber grabado la aplicación del confinamiento en la ciudad de Wuhan tras la primera detección del COVID-19, está en grave peligro, advirtieron dos ONG defensoras de los derechos humanos.
La ex abogada de 38 años inició en junio una huelga de hambre parcial en protesta por su detención, “pesa ahora menos de 40 kilos y no puede andar sin ayuda”, aseguraron en un comunicado la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH).
Zhang es alimentada a la fuerza a través de una sonda gastronasal, “su salud es muy frágil, pues sufre de malnutrición severa, padece una úlcera gástrica y tiene las piernas y los pies tumefactos”, señalaron en el comunicado las dos ONG, que juntas forman el Observatorio para la Protección de Defensores de Derechos Humanos.
Según advirtió la semana pasada su hermano en Twitter, está seriamente delgada y “puede que no sobreviva el invierno”, dijo Zhang Ju.
“Parece que para ella ya solo cuenta Dios y las verdades en las que cree”, añadió el hermano. La mujer fue detenida en mayo de 2020 y condenada en diciembre a cuatro años de cárcel por “provocar disturbios de orden público”, un cargo habitualmente aplicado en China a disidentes políticos.
En febrero de 2020, esta abogada de Shanghái acudió a Wuhan, en el centro de China, para narrar la situación en el lugar unos días después de que se aplicara un estricto confinamiento a la metrópolis de 11 millones de habitantes.
Las imágenes grabadas de pacientes acogidos en un abarrotado pasillo de un hospital fueron de las escasas informaciones de las condiciones sanitarias de esa ciudad donde se detectó por primera vez el coronavirus.
El jueves, Amnistía Internacional pidió la liberación inmediata de Zhang para que “termine su huelga de hambre y reciba el tratamiento que necesita desesperadamente”.
Reporteros Sin Fronteras también pidió a la comunidad internacional que haga presión para su liberación “antes de que sea demasiado tarde”.
La AFP no pudo contactar con el hermano de Zhang y su madre rechazó comentar la situación. También solicitados por la AFP, los responsables de la prisión no quisieron hablar.
Uno de los abogados de la periodista, que pidió anonimato, señaló que la familia pidió hace tres semanas poder visitarla en la prisión de mujeres de Shanghái, pero no recibió respuesta. Sus representantes no disponen de información sobre el estado actual de Zhang.
La periodista fue sentenciada a cuatro años de cárcel en diciembre de 2020 por “provocar altercados y crear problemas”, un delito que junto al de subversión se aplica con frecuencia a disidentes y críticos con el régimen comunista chino.
Además de Zhang Zhan, al menos otros tres periodistas independientes (Chen Qiushi, Fang Bin y Li Zehua) están detenidos tras haber cubierto la crisis epidémica en Wuhan.
Zhang fue detenida el 14 de mayo del año pasado, un día después de publicar un vídeo en el que desde Wuhan acusaba de negligencia a las autoridades a la hora de tomar medidas para contener el coronavirus causante dela COVID-19, cuyos primeros casos se registraron a finales de 2019 en esa ciudad central china.
(Con información de AFP y EFE)
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