Grupos defensores de los derechos de las mujeres han convocado manifestaciones en Polonia para este martes para protestar por la muerte de una mujer a la que se le negó un aborto, en un país con una de las leyes de interrupción voluntaria del embarazo más restrictivas de Europa.
El lunes por la noche ya se registraron protestas en varios puntos del país, llevadas a cabo bajo el lema ‘Ni una más’, según ha informado el diario polaco ‘Gazeta Wyborcza’.
El Tribunal Constitucional polaco determinó el año pasado que el aborto por malformaciones fetales graves, como enfermedad o discapacidad, es contrario a la Constitución. En este contexto, una abogada hizo público hace unos días que una mujer de 30 años ingresó en septiembre en un hospital de la localidad de Pszczyna debido a pérdida del líquido amniótico.
Los médicos ya habían diagnosticado defectos al feto, que confirmaron los doctores del centro en el que ingresó la mujer. No obstante, los facultativos decidieron esperar porque es lo que exige la normativa del Constitucional. El feto terminó muriendo y, menos de 24 horas después, también lo hizo la madre, a causa de un shock séptico.
Los abogados que representan a la familia de la mujer fallecida han incidido en un comunicado que los médicos “confirmaron los defectos congénitos diagnosticados previamente” y que “se abstuvieron de vaciar la cavidad uterina hasta la muerte del feto”, lo que está “relacionado con la normativa vigente que limita la posibilidad de un aborto legal”.
Por su parte, la dirección del hospital de Pszczyna ha trasladado su “sufrimiento” por lo ocurrido y ha sostenido que “los avances de la Medicina han reducido significativamente los riesgos” para las mujeres durante el embarazo y el parto, “pero, lamentablemente, todavía no los ha descartado”.
“Los médicos hicieron todo lo que estuvo a su alcance, libraron una dura batalla con la paciente y su bebé”, ha agregado en un comunicado en el que ha incidido en que “la evaluación del estatus legal con respecto a la permisibilidad de la interrupción del embarazo es un asunto aparte”. “Sólo hay que destacar que todas las decisiones médicas se tomaron teniendo en cuenta las disposiciones legales vigentes en Polonia”, ha remachado.
Mientras, el Ministerio de Salud ha encargado al Fondo Nacional de Salud investigar la situación en el hospital de Pszczyna, según ha informado el portavoz de la cartera, Wjciech Andrusiewicz. El objetivo, según ha recogido el diario ‘Rzeczpospolita’, es dilucidar si se cometió algún tipo de irregularidad.
El polémico fallo
El Tribunal Constitucional de Polonia dictaminó el jueves que el aborto por malformaciones fetales graves, como enfermedad o discapacidad, es contrario a la Constitución.
Un grupo de 119 diputados, encabezados por el PiS, presentaron la demanda ante el Tribunal Constitucional en 2019, entendiendo que la legislación actual legaliza de facto la eugenesia.
La redacción vigente de la ley permite interrumpir un embarazo en caso de que exista una probabilidad muy alta, que no ocurrencia, de una discapacidad o enfermedad grave del feto.
La situación actual de la legislación sobre el aborto, conocida como “compromiso sobre el aborto”, se estableció en 1993. Desde entonces, ni los partidarios de liberalizar la ley ni los defensores de restringir aún más el acceso habían tenido éxito en sus esfuerzos.
En 2019, el aborto por malformación del feto supuso el 97 por ciento de los 1.110 abortos que se practicaron en hospitales polacos. El síndrome de Down fue la justificación de más del 40 por ciento de los abortos legales practicados en el país el año pasado.
Actualmente, el aborto también es legal en el país si el embarazo pone en riesgo la vida o la salud de la madre, así como cuando es resultado de violación o incesto.
(con información de EP)
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