Más de cien líderes mundiales reunidos en Glasgow para la COP26 se comprometerán el martes a detener y revertir la deforestación en 2030 con medidas apoyadas por 19.000 millones de dólares de fondos públicos y privados, anunció el lunes la presidencia británica.
Los líderes mundiales reunidos en la COP26 se comprometerán el martes a detener la deforestación en 2030 gracias a 19.200 millones de dólares de fondos públicos y privados, medida denunciada por ecologistas como una “luz verde para otra década de destrucción forestal”.
“Países que abarcan desde los bosques septentrionales de Canadá y Rusia hasta las selvas tropicales de Brasil, Colombia, Indonesia y la República Democrática del Congo respaldarán la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra”, avanzó el lunes la presidencia británica de la conferencia.
La lista de más de cien firmantes reúne a rebeldes climáticos como Brasil, Rusia o China, retrasados en su compromiso contra el calentamiento global, junto a naciones como Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos o los países de la Unión Europea.
En su conjunto, “reúnen el 85% de los bosques del mundo, una superficie de más de 13 millones de millas cuadradas” o 33,6 millones de km2, según el comunicado.
“Nunca antes tantos líderes, de todas las regiones, representando todos los tipos de bosques, habían unido sus fuerzas de esta manera”, debe decir el presidente de Colombia, Iván Duque, en el evento de los 100 según un extracto difundido por los organizadores.
Su país se comprometerá a legislar para fijar un objetivo de cero deforestación para 2030 y proteger el 30% de sus recursos terrestres y oceánicos para esa fecha.
Paralelamente a este anuncio de 100 líderes, la fundación estadounidense Ford indicó que 1.700 millones de dólares serán dedicados específicamente a los pueblos indígenas.
Esta alianza de cinco países junto a 17 donantes privados tiene como objetivo “apoyar los derechos de los pueblos indígenas y su papel como guardianes de bosques y de l naturaleza”, explicó su comunicado.
Pero el gran anuncio de los 100 líderes fue recibido como un jarro de agua fría por grupos ecologistas como Greenpeace.
“Hay una muy buena razón por la que (el presidente brasileño Jair) Bolsonaro se sintió cómodo firmando este nuevo acuerdo”, denunció Carolina Pasquali, directora ejecutiva de Greenpeace Brasil. Esto “permite otra década de destrucción forestal y no es vinculante”, agregó.
“La Amazonia ya está al borde y no puede sobrevivir a más años de deforestación. Los pueblos indígenas piden que se proteja el 80% del Amazonas para 2025, y tienen razón, es lo que se necesita. El clima y el mundo natural no pueden permitirse este acuerdo”, subrayó.
Bosques y selvas absorben casi un tercio del CO2 global emitido por la quema de combustibles fósiles, pero cada minuto se pierde una superficie forestal equivalente a 27 campos de fútbol, según la presidencia de la COP26.
Por otra parte, el 23% de las emisiones mundiales de CO2 proceden de actividades como la tala, la deforestación y la agricultura y 1.600 millones de personas -casi 25% de la población mundial- dependen de los bosques para su subsistencia.
El compromiso de “detener y revertir la deforestación y la degradación de la tierra para 2030″ incluye un “paquete de compromisos económicos y políticos sin precedentes”, aseguró el gobierno británico.
Estas medidas se apoyarán en un fondo de 12.000 millones de dólares de dinero público aportado por 12 países entre 2021 y 2025, más 7.200 millones de dólares de inversión privada por parte de más de 30 instituciones financieras mundiales, incluidos gigantes como Aviva, Schroders y Axa.
Las medidas deben respaldar actividades en los países en desarrollo como la restauración de tierras degradadas, la lucha contra los incendios forestales y la defensa de derechos de las comunidades indígenas.
Asimismo, 28 gobiernos que representan el 75% del comercio mundial de productos básicos clave que pueden amenazar los bosques -como el aceite de palma, el cacao y la soja- deben firmar otra declaración comprometiéndose a reducir la presión sobre los bosques, apoyando a los pequeños agricultores y mejorando la transparencia de las cadenas de suministro.
Gracias a “estos compromisos sin precedentes, tendremos la oportunidad de poner fin a la larga historia de la humanidad como conquistadora de la naturaleza y de convertirnos en su custodio”, según el primer ministro británico Boris Johnson.
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