Los Pandora Papers representan la última investigación global del Consorcio Internacional de Periodista de Investigación (ICIJ por su sigla en inglés) basada en la filtración de casi 12 millones de documentos confidenciales de 14 estudios de abogados especializados en la creación de sociedades y fideicomisos offshore en paraísos fiscales.
La información está relacionada con diversas cuentas offshore de personalidades, políticos y personas con gran cantidad de dinero, y su revelación probablemente no inspirará cambios legislativos. Pero sí confirma un secreto a voces: que a los ricos y poderosos les interesa esconder su dinero.
Una publicación de Matthew Sweet en la 1843 Magazine de The Economist indaga en la rica historia de algunos de los personajes que han escondido sus tesoros del ojo público y muestra que los Pandora Papers son sólo la última de una serie de revelaciones sobre las guaridas ocultas de los poderosos.
Ramsés II
Ramsés II reinó en Egipto entre 1.279 y 1.213 antes de Cristo, y su momia es una de las principales piezas del museo nacional de El Cairo. Tercer rey de la dinastía XIX, su reinado fue el segundo más largo de la historia egipcia. Además de sus guerras con los hititas y los libios, es conocido por sus extensos programas de construcción y por las muchas estatuas colosales de él que se encuentran en todo Egipto. Dicen que si le gustaba la estatua de un predecesor, cambiaba la inscripción a su propio nombre.
Comandó ejércitos y engendró 100 hijos. Como menciona The Economist, su mejor epitafio lo escribió Percy Shelley cuando -en referencia a la efigie faraónica arrancada en 1818 de un templo en Tebas para ser llevada al Museo Británico- señaló que la estatua del faraón no era un símbolo de grandeza duradera, sino un recordatorio de que todo poder y riqueza es transitorio, y cualquier intento de ignorarlo produce resultados ridículos. Pero, los artefactos de oro excavados en esas arenas no eran tan ridículos.
En noviembre, una exposición con el tema de Ramsés comenzará una gira mundial de tres años, organizada por el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y protegida por una póliza de seguro de mil millones de dólares. Esta muestra incluirá 3.000 metros cuadrados de sarcófagos, joyas, máscaras reales, amuletos y ajuares funerarios.
El oro representó la vida espiritual y política de los Reinos Medio y Nuevo, e incluso los miembros menores de una dinastía eran sepultados con tesoros para el más allá. El cuerpo desaparece, pero el oro es inmortal.
Los Zog
Los Zog eran una familia real de Albania. El presidente Ahmet Muhtar Zogolli (Zog I) organizó su propia coronación en septiembre de 1928, y el mismísimo Mussolini ofreció préstamos generosos, que reclamó sin piedad el abril de 1939. Así, el rey Zog I reunió a su reina, su hijo pequeño y sus hermanas, y se refugió en el Ritz de Londres.
Se decía que había viajado a Inglaterra con dinero sucio. Rex North, del Sunday Pictorial, afirmó “que una camioneta se detuvo frente al Hotel Ritz cargada con dos millones de libras en lingotes de oro”. Los detectives de la Brigada Especial observaron a la hermana de Zog, la princesa Senije, intercambiando fajos de dólares en el Westminster Bank. Estos rumores acompañaron a los Zog durante el resto de su vida exilio lujoso. El hijo de Zog, el rey Leka de los albaneses, regresó a su país en 1997 después de que miles de albaneses perdieran sus ahorros en un esquema piramidal.
Ferdinand e Imelda Marcos
Cuando Ferdinand e Imelda Marcos abandonaron el Palacio Malacañang de Manila, Filipinas, en febrero de 1986, se fueron a toda prisa y dejaron un fastuoso botín detrás suyo: 3.000 pares de zapatos, 68 pares de guantes y cinco estantes de bolsos de Gucci.
Eso no quiere decir que se fueron con las manos vacías. Sus dos aviones con destino a Hawai despegaron con una carga de USD 15 millones que incluía 67 percheros de ropa, 70 pares de gemelos con joyas, una estatua de marfil del niño Jesús envuelta en un collar de diamantes y 24 ladrillos de oro con inscripciones como: “A mi esposo en nuestro 24 aniversario.
Con una nueva administración en el país también se estableció la Comisión Presidencial de Buen Gobierno para recuperar las riquezas mal habidas de Marcos. Abrieron cajas fuertes y revolvieron los cajones para encontrar extractos de bancos suizos, recibos que revelaban que Imelda Marcos compró perfume por galón y una vez hasta adquirió USD 1 millón en joyas por la mañana y USD 2 millones en antigüedades por la tarde. Más tarde encontraron 304 pinturas, y el trabajo aún continúa hoy en día.
Pablo Escobar
El temido narcotraficante Pablo Escobar fue una de las caras más visibles del terrorismo que vivió Colombia de la mano de las guerrillas, los grupos paramilitares (algunos financiados por él) y la guerra por el control de la cocaína. Además de carros bomba, presuntos atentados contra un avión y magnicidios, Escobar llegó a secuestrar a líderes y personas importantes en el panorama político y mediático nacional para intimidar.
En la cima de su carrera en la década en los ‘80 y principios de los ‘90, su cartel de droga tenía un ingreso semanal de USD 420 millones y se decía que era la séptima persona más rica del planeta. Comprar las bandas elásticas para mantener ordenado su dinero le costaba casi USD 3500 al mes. Sus extravagancias eran notorias y hasta compró una manada de hipopótamos.
Ahora, 28 años después de su muerte, las historias de cómo dispersó su dinero en distintos escondites se han convertido en una extensión de su folclore. Incluso hay una serie estadounidense, Finding Escobar’s Millions, que envía a ex agentes de la CIA a buscar dinero en efectivo perdido. Después de dos temporadas, no localizaron nada de valor.
Omar al-Bashir
El expresidente sudanés Omar al Bashir gobernó su país con mano dura durante 30 años, marcados por el autoritarismo, la corrupción y la impunidad, hasta su caída por la presión popular, en 2019. En la actualidad, el exdictador, de 77 años, está detenido en la prisión Kober de Jartum, donde antaño encerraba a sus opositores.
Durante más de una década desafió a la justicia internacional, pavoneándose durante sus visitas al extranjero pese a las órdenes de arresto que la CPI había emitido contra él en 2009 y 2010 por “crímenes de guerra”, “crímenes contra la humanidad” y “genocidio” en Darfur.
Y también le gustaba el dinero. En 2010, cables diplomáticos estadounidenses secretos publicados por WikiLeaks sugirieron que al-Bashir había depositado parte de un botín secreto de más de USD 12 mil millones con Lloyds Banking Group en Londres. El banco lo negó, y lo cierto es que puede ser que el sistema bancario no sea lo suyo. Después de que Bashir fuera depuesto, los investigadores encontraron 50 kg de sacos de harina de maíz rellenos con 351 millones de dólares, 6,7 millones de euros, 5,2 millones de libras esterlinas y 5.000 millones de libras sudanesas.
Hasta ahora, el Comité de Desmantelamiento del Régimen y Anticorrupción del gobierno de transición ha detectado y confiscado activos de Bashir por valor de USD 3.500 a 4.000 millones, principalmente en Sudán.
Yang Xiuzhu
Después de asumir el cargo en 2012, el presidente chino Xi Jinping declaró su intención de “cazar tigres y aplastar moscas”, en su lucha contra la corrupción. Y cumplió con su palabra.
Entre los altos funcionarios del régimen comunista que hizo caer estaban Xu Caihou, un general de alto rango cuyo sótano contenía diez camiones cargados de jade, joyas y dinero en efectivo, y Zhou Yongkang, difunto miembro del Comité Permanente del Politburó, declarado culpable por aceptar USD 118.000 en sobornos y filtrar documentos clasificados a un adivino.
Aquí también figura Yang Xiuzhu, exjefa de la oficina de construcción del estado y vicealcaldesa de Wenzhou, acusada de malversar alrededor de USD 3 millones en fondos públicos y considerada como la criminal económica más buscada de China, hasta que se entregó en noviembre de 2016 desde un avión. Está en la cárcel y su juicio fue llevado a cabo en secreto. Yang abandonó un intento de solicitar asilo en Estados Unidos y se informó que devolvió la mayor parte del dinero que se había guardado.
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