Los líderes de las 20 principales economías del planeta iniciaron este sábado en Roma su primera cumbre presencial desde la aparición del coronavirus, bajo la presión de enviar una señal fuerte contra el calentamiento global en vísperas de la COP26 de Glasgow.
“Tenemos un momento ahora para intentar tomar algunos de los nebulosos compromisos de París, solidificarlos en compromisos fuertes y rápidos para reducir las emisiones, los autos y el carbón”, dijo a la televisión ITW el primer ministro británico, Boris Johnson.
El clima protagoniza la agenda de la cumbre de dos días del G20 en la Ciudad Eterna, pero los líderes quisieron rendir un homenaje al personal médico en primera línea de la crisis del COVID-19, que posaron junto a los dirigentes en la tradicional foto de familia.
Para la primera cumbre presencial desde Osaka en 2019, las miradas están también puestas en los pasillos de “La Nube”, como se conoce al ultramoderno Centro de Congresos que alberga la reunión, con reuniones bilaterales entre mandatarios.
El argentino Alberto Fernández lanzó así una ofensiva diplomática con conversaciones con líderes de Alemania, Francia, España y la Unión Europea (UE), antes de reunirse en la tarde con la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
El segundo encuentro en Roma entre Fernández y Georgieva, tras el celebrado en mayo en la capital italiana, se produce cuando Argentina renegocia con la institución monetaria con sede en Washington una deuda de 44.000 millones de dólares.
“Si todavía no cerramos un acuerdo [con el FMI] es porque no nos vamos a arrodillar”, dijo el miércoles Fernández, quien, junto al brasileño Jair Bolsonaro, son los únicos mandatarios de América Latina en Roma ante la ausencia del mexicano Andrés Manuel López Obrador.
La de AMLO no es la única. El presidente chino Xi Jinping, su homólogo ruso Vladimir Putin y el primer ministro japonés Fumio Kishida participaron por videoconferencia en la reunión con los líderes de Estados Unidos, Europa o India, entre otros.
¿Aumentar la ambición climática?
Para garantizar la seguridad en Roma, sobre todo en el barrio ideado por el dictador Benito Mussolini a principios del siglo XX y donde se celebra la cumbre, se desplegaron 5.000 miembros de las fuerzas del orden, así como helicópteros y drones.
En el centro de la capital, a primera hora de la tarde miles de personas participaron en una marcha por el clima para reclamar a los líderes de las principales economías del planeta una mayor ambición para luchar contra el cambio climático.
Pese a la expectación, no se esperan grandes progresos en los temas de la reunión, más allá de la ratificación por los dirigentes del pacto alcanzado semanas atrás para aplicar un impuesto de sociedades a nivel mundial del 15% a partir de 2023.
Esta vieja iniciativa registró un impulso con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, que agradeció a sus pares el apoyo al impuesto. Los dirigentes de Brasil, Francia y Corea del Sur expresaron explícitamente su apoyo durante la cumbre, según una fuente diplomática.
Sobre clima, la discusión sigue abierta. “Hay dos debates en paralelo: ¿Debemos aumentar nuestra ambición común a nivel del G20, reforzando los objetivos de neutralidad climática (...)? ¿Y cuáles son los objetivos concretos?”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a su llegada.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ya avanzó de camino al G20 que no detendrán “el cambio climático ni en Roma ni en la reunión de la COP” en Glasgow. “Lo máximo que podemos esperar es ralentizar el aumento” de las temperaturas.
En París en 2015, la comunidad internacional se comprometió a esforzarse en limitar el calentamiento global a +1,5 ºC respecto a la era preindustrial y, en Escocia, deben fijar el calendario a medio plazo de acciones, como reducir la emisión de gases contaminantes.
“Moralmente inaceptable”
Los efectos devastadores del coronavirus, tanto humanos como económicos, centraron el menú de la reunión de este sábado, así como la deuda de los países más pobres, que exigen que las naciones desarrolladas dejen de acaparar las vacunas contra el COVID-19.
“En los países de renta alta, más del 70% de la población recibió al menos una dosis. En los países pobres, este porcentaje se reduce aproximadamente al 3%”, lamentó el primer ministro italiano, Mario Draghi, para quien esto es “moralmente inaceptable”.
El G20 expresó su apoyo al objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de lograr un 40% de la población vacunada contra el COVID-19 en 2021 y de un 70% para mitad de 2022, pero las ONG esperan compromisos concretos de los líderes para ayudar a los países pobres.
Tanto Xi como Putin pidieron por su parte a los líderes del G20 un “reconocimiento mutuo” de las vacunas producidas en sus respectivos países, según sus discursos retransmitidos por sendas televisiones estatales. “Todos los países que lo necesitan no pueden acceder a las vacunas”, aseguró el ruso.
Tras una previa el viernes marcada por la diplomacia del papa Francisco, las reuniones paralelas continúan este sábado, entre ellas sobre la reactivación del acuerdo nuclear con Irán entre los dirigentes de Francia, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos.
(Por Toni Cerdá y Kelly Velásquez - AFP)
SEGUIR LEYENDO: