La comunidad internacional se unió este lunes en condenar el golpe de Estado en Sudán, después de que las fuerzas de seguridad detuvieran al primer ministro, Abdallah Hamdok, a la mayoría de los miembros del gabinete y civiles del Consejo de Soberanía, organismo que supervisa la transición posdictadura.
El enviado de la ONU para Sudán, Volker Perthes se dijo este lunes “muy preocupado por las informaciones sobre un golpe de Estado”.
“Pido a las Fuerzas Armadas que liberen inmediatamente a los detenidos”, agregó, después de que el ministerio sudanés de Información afirmara que casi todos los civiles de las autoridades de transición están en manos de los “militares”.
Estados Unidos, cuyo emisario Jeffrey Feltman estuvo la víspera misma en la oficina del primer ministro Hamdok, afirmó estar “profundamente preocupado” y advirtió que “cualquier cambio del gobierno de transición pone en peligro la ayuda estadounidense”.
Por su parte, el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell llamó en Twitter a la comunidad internacional a “volver a encarrilar la transición sudanesa”.
Asimimso, la Liga Árabe manifestó su “profunda preocupación” y llamó a “todas las partes a respetar” el acuerdo de reparto de poder, mientras el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, pidió la “reanudación inmediata” del diálogo entre los militares y civiles del país.
“El presidente pide la reanudación inmediata de las consultas entre civiles y militares en el marco de la declaración política y el decreto constitucional”, dijo Faki en un comunicado publicado en Twitter.
Las Fuerzas Armadas de Sudán arrestaron el lunes a dirigentes civiles, entre ellos el primer ministro, por haberse negado a apoyar un “golpe de Estado”, anunció el ministerio de Información tras semanas de tensiones entre militares y civiles que comparten el poder desde 2019.
Es un “golpe de Estado militar”, denunció la Asociación de Profesionales, una de las puntas de lanza de la revuelta de 2019 que puso fin a 30 años de dictadura de Omar Al Bashir en ese país de África oriental, uno de los más pobres del mundo.
Junto al sindicato de médicos y bancarios, esa asociación llamó a la desobediencia civil en Jartum, hundida ya en el caos, sin internet y con las calles repletas de gente en un contexto de gran inestabilidad tras un fallido golpe de putsch apenas un mes atrás.
Por su parte, el primer ministro Hamdok hizo un llamado a la población a que “ocupe las calles” para “defender la revolución”. Un portavoz oficial confirmó el traslado del primer ministro a paradero desconocido y acusó al Ejército de estar detrás de un nuevo golpe de Estado, informó el diario sudanés Sudan Ajbar.
En un país donde las telecomunicaciones son cada vez más aleatorias y la televisión estatal fue tomada por asalto por las fuerzas armadas, solo subsistía un canal abierto: los comunicados del ministerio de Información publicados en Facebook.
“Tras haber rechazado apoyar el golpe de Estado, las fuerzas armadas detuvieron al primer ministro Abdallah Hamdok y lo llevaron a un lugar no identificado”, dijo esa fuente en un primer momento..
Posteriormente, el Ministerio agregó que las fuerzas armadas dispararon contra manifestantes que se aglomeraron en las calles y quemaron llantas para protestar por los arresto.
El ejército disparó “con balas reales” contra manifestantes frente a los cuarteles generales de las fuerzas armadas, en el centro de Jartum, cuyo acceso está bloqueado por bloques de cemento y soldados desde hace varios días, agregó el ministerio en Facebook.
A mediados de septiembre Sudán fue escenario de un intento de asonada, según apuntaron las autoridades de transición, a cargo de un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas de supuestamente vinculados con el ex presidente Omar Hasán al Bashir, derrocado en otro golpe en abril de 2019.
Las autoridades de transición fueron instauradas tras un acuerdo entre la junta militar instaurada tras el golpe de Estado de 2019 y diversas organizaciones civiles y formaciones políticas opositoras. Este Gobierno ha iniciado una batería de reformas sociales y económicas y ha alcanzado un acuerdo de paz con importantes grupos rebeldes de Darfur y otras zonas del país.
(Con información de agencias)
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