La comunidad internacional revisará en la cumbre climática COP26, que se celebra del 1 al 12 de noviembre en Glasgow (Reino Unido), los progresos desde el Acuerdo de París de 2015 y buscará nuevos compromisos para intentar evitar que las temperaturas a final de siglo suban más de 1,5 °C respecto a los valores preindustriales.
Estos son los compromisos y posiciones de los grandes bloques del planeta de cara a esa gran conferencia climática, si bien se espera que puedan emerger nuevos compromisos en vísperas de la cumbre.
EUROPA
La Unión Europea ha asumido con gusto el papel de líder global en la lucha climática, con la vista puesta en una carrera energética por sostenibilidad y hacia la energía renovable en la que espera ganar competitividad internacional: recortar emisiones en un 55 % en 2030 respecto a 1990 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Europa, que actualmente está diseñando la legislación para cumplir esos objetivos, apremia al resto de la comunidad internacional a que muestre más ambición climática y solidaridad financiera.
Aunque ya no forma parte de la UE, el Reino Unido, país anfitrión de la COP26, va por la misma línea que el bloque comunitario y aspira a alcanzar las “emisiones cero” en 2050, con una senda de reducción del 68 % para 2030 y del 76 % para 2035, así como descarbonizar el sistema eléctrico para 2035.
EEUU
Tras la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden ha devuelto a Estados Unidos al Acuerdo de París y ha hecho bandera de la lucha climática.
Biden quiere recortar las emisiones contaminantes hasta en un 53 % en 2030, respecto a 2005, llegar a “cero emisiones” a mitad de siglo y ha anunciado grandes inversiones para desarrollar sectores industriales sostenibles como la energía solar o el vehículo eléctrico.
CHINA Y LOS OTROS “BRICS”
Gran parte de la atención de la cumbre se centrará en China, primer emisor de CO2 del mundo desde 2006, cuyo presidente, Xi Jinping, no viajará a Glasgow.
Pekín ha elevado sus objetivos desde el Acuerdo de París y espera alcanzar la neutralidad climática en 2060, pese a que cuenta con marcar su pico de emisiones en 2030.
Recientemente China ha anunciado que dejará de invertir en plantas de carbón en el extranjero, gesto que se ha interpretado como una señal los mercados internacionales.
En cuanto al resto de grandes economías en desarrollo, los llamados BRICS, Brasil llegará a Glasgow sin su presidente, Jair Bolsonaro, y con el compromiso de acabar con la deforestación para 2030 y desprenderse del CO2 en 2050.
Rusia, cuatro emisor del mundo y gran productor de combustibles fósiles, aspira a reducir en un 79 % las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2050, respecto a 1990, y baraja la posibilidad de fijar la meta de cero emisiones en 2060.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, tampoco irá a Glasgow, mientras que el primer ministro de India, Narendra Modi, cuyo país, tercer emisor de dióxido de carbono, aún no ha confirmado asistencia y no ha aclarado aún para cuándo aspira a la neutralidad climática.
Sudáfrica, por su parte, ha revisado al alza sus objetivos para limitar sus emisiones de efecto invernadero a 510 millones de toneladas métricas en 2025 y a menos de 420 millones en 2030, frente a los 471,6 millones de toneladas registradas en 2019.
JAPÓN, COREA, AUSTRALIA Y NUEVA ZELANDA
En otras grandes economías desarrolladas también han proliferado nuevos compromisos: Japón se propone reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 46 % para 2030, Corea del Sur aspira a la neutralidad climática en 2050 y Nueva Zelanda cuadruplicará su ayuda internacional contra la crisis climática.
Caso aparte es el de Australia, país que produce carbón y gas y cuyo primer ministro, Scott Morrison, inicialmente no tenía pensado ni acudir a la cita climática. Finalmente irá, aunque a diferencia de otros Estados y pese a la creciente presión, no ha elevado sus compromisos ni se ha fijado una fecha para retirar el CO2 de su economía.
PAÍSES POBRES
Los Países Menos Desarrollados, bloque que reúne a 46 Estados de África, Asia-Pacífico y el Caribe con más de 1.000 millones de personas, quieren que la COP26 aporte una respuesta “justa y ambiciosa” al cambio climático y reclaman, en particular, un incremento de la trasferencia de fondos de las economías ricas a las pobres.
”Los países desarrollados no está cumpliendo su compromiso actual de entregar 100.000 millones de dólares por año para 2020″, recuerda ese grupo de Estados, que subraya que sus habitantes son los que “sufren de manera desproporcionada los impactos cada vez mayores del cambio climático a pesar de que son los que menos contribuyen al calentamiento global”.
Piden a los miembros del G20 que mejoren sus planes de reducción de emisiones “de acuerdo con sus responsabilidades y capacidades” para descarbonizar la economía en 2050, que agilicen y simplifiquen los procedimientos para acceder a fondos y que aporten asistencia técnica a los países en desarrollo.
Solicitan además que se establezca “un nuevo y ambicioso objetivo financiero cuantificado que entrará en vigor antes de 2025, basado en la ciencia e impulsado por las necesidades y prioridades de los países en desarrollo (...) que tenga elementos que cubran mitigación, adaptación y pérdidas y daños”.
A título comparativo, el ciudadano medio de Luxemburgo, con una renta per cápita de 115.873,6 dólares, generó en 2018 15,3 toneladas métricas de CO2, según datos del Banco Mundial, mientras que un ciudadano de Burindi, con una renta per cápita de 247 dólares, generó en el mismo año 0,1 toneladas.
(con información de EFE)
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