La isla atlántica española de La Palma, donde el volcán de Cumbre Vieja permanece en erupción desde el 19 de septiembre, registró este sábado un terremoto de magnitud 4,9 a 38 kilómetros de profundidad, sentido por la población.
El temblor, detectado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), es el mayor desde que comenzó el enjambre sísmico que precedió a la erupción y durante el tiempo que dura esta.
Desde que a primera hora de este sábado se registrara un terremoto de 4,3, el IGN ha localizado 30, de los cuales una decena superó la magnitud 3.
El cono principal del volcán se ha derrumbado parcialmente -según el Instituto Volcanológico de Canarias archpiiélago del Atlántico donde se encuentra La Palma-, y un sismógrafo del IGN informó de una emisión de coladas más al oeste del cono secundario, que en las últimas horas sufrió varios desbordes de lava.
Los derrames han ensanchado la colada que más preocupa en estos momentos, la que se ha quedado parada en el barrio de la localidad de La Laguna, con riesgo para edificaciones y cultivos.
El comité científico que asesora al Plan de Emergencias Volcánicas de La Palma (Pevolca) insiste en que el proceso eruptivo estromboliano se caracteriza por una variación constante del cono, o los conos en este caso, y en que pueden surgir nuevos focos en el entorno del centro eruptivo principal.
Un video del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) muestra la actividad de cuatro bocas eruptivas con actividad “intensa y diversa”: emisión de ceniza y piroclastos, actividad estromboliana y profusión de lava con desgasificación blanca.
En otro más reciente se observan varios canales lávicos activos sobre el resto de la extensión ocupada por las diferentes coladas.
Hasta el momento, el volcán ha arrasado cerca de 900 hectáreas y ha destruido unas 2.200 edificaciones, muchas de ellas viviendas, según datos del sistema de satélites Copernicus. Además, unas 7.000 personas tuvieron que ser desalojadas desde el comienzo de la emergencia.
Con información de EFE
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