El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) exigió al Gobierno británico un “plan B” de emergencia ante el aumento de los casos y muertes por coronavirus, luego de que el martes se notificaran 223 fallecimientos, la cifra más alta desde marzo.
El NHS instó a la administración del primer británico, Boris Johnson, a que vuelva a imponer la obligatoriedad de usar mascarillas y nuevas directrices para continuar con el teletrabajo.
Matthew Taylor, director ejecutivo de la NHS Confederation, una organización que representa a los consorcios del NHS, advirtió que el servicio sanitario se está preparando para “el invierno más difícil” y que se corre el riesgo de “tropezar con una crisis” si no se toman medidas urgentes para frenar el creciente brote.
Afirmó que el Reino Unido no podrá hacer frente a la acumulación de 5,7 millones de pacientes en espera de una intervención quirúrgica rutinaria si no se aplica un plan alternativo para contener la propagación de nuevos contagios durante el invierno. Los jefes de los hospitales ya han advertido que la lista de espera no se resolverá hasta dentro de cinco años.
Sin embargo, el Secretario de Estado de Economía, Kwasi Kwarteng, rechazó este miércoles las peticiones de que se dé marcha atrás en las libertades “duramente ganadas”, argumentando que el “enfoque británico está funcionando”, a pesar de que las muertes diarias alcanzaron el martes una cifra máxima en los últimos siete meses.
Aseguró que el Gobierno “no cree que sea el momento de un plan B en este momento”. Los diputados conservadores también cuestionaron al NHS por exigir al Gobierno nuevas restricciones.
Kwarteng dijo que seguirá instando a la gente a llevar mascarillas en público y admitió que la lentitud de las vacunas de refuerzo contra el coronavirus es “algo que realmente tenemos que abordar”.
Mientras tanto, desde la residencia oficial de Downing Street afirmaron que estaban vigilando “muy de cerca” una subvariante de la cepa Delta llamada AY.4.2 que se ha encontrado en el Reino Unido. Los expertos sugirieron que podría ser más infecciosa después de que la proporción de casos relacionados con ella se duplicara en un mes.
La dura advertencia se produce cuando las muertes por coronavirus en el Reino Unido alcanzaron su nivel diario más alto desde principios de marzo, mientras que los casos se encuentran en su nivel más alto desde hace casi tres meses.
En la misma línea que Taylor, Saffron Cordery, subdirectora ejecutiva de NHS Providers, que representa a los hospitales, ambulancias, servicios comunitarios y de salud mental del NHS, ha declarado al medio The Guardian que es posible que haya que tomar “decisiones difíciles” sobre a qué pacientes dar prioridad si los casos de coronavirus siguen aumentando.
“Los responsables de las fundaciones observan con ansiedad cómo el número de casos de COVID, las tasas de ingreso hospitalario y los pacientes con respiradores aumentan de forma constante. Es fundamental que el Gobierno y los responsables nacionales del NHS sigan de cerca estas cifras y actúen con rapidez y decisión para evitar cualquier aumento que pueda suponer una presión abrumadora para el NHS, sobre todo de cara al invierno. Esto debería incluir la activación del “plan B” en el plan de invierno de COVID si fuera necesario”, manifestó.
“Es importante reconocer que, a medida que se intensifican las presiones relacionadas con COVID, esto podría repercutir en la capacidad del NHS para acabar con el retraso asistencial. Los responsables de los centros son conscientes de la importancia de minimizar los retrasos en los tratamientos planificados. Pero si otras presiones siguen aumentando, tendrán que tomar decisiones difíciles sobre las prioridades”, agregó.
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