Un tribunal alemán juzga desde hoy a una nonagenaria ex secretaria del campo de concentración nazi de Stutthof, en territorio polaco, por complicidad en el asesinato de 11.380 prisioneros, en un proceso cuyo inicio tuvo que posponerse después de que la acusada se diera a la fuga.
Irmgard Furchner fue detenida el 30 de septiembre pocas horas después de no presentarse ante la Audiencia Provincial de Itzehoe, donde debía comenzar el juicio por complicidad en el asesinato sistemático de prisioneros en el campo de Stutthof, donde fue taquígrafa y mecanógrafa de la comandancia entre 1943 y 1945.
Al parecer, la mujer ya había anunciado a principios de septiembre en una carta escrita a mano y dirigida al tribunal su intención de no comparecer debido a su avanzada edad y “limitaciones físicas” con la petición de ser representada por su abogado.
Tras su detención en Hamburgo el pasado 30 de septiembre, la anciana estuvo cuatro días en prisión preventiva y fue puesta en libertad después de que la defensa recurriera la medida.
Está previsto que hoy se proceda a la lectura de la acusación.
La acusada está representada por un abogado de oficio, mientras otros 14 letrados representan a la parte civil, con 30 testigos, entre ellos supervivientes del campo de Stutthof llegados de Polonia e Israel.
Furchner ya había declarado varias veces como testigo, la primera vez en 1954, acerca de su papel en el campo de concentración de Stutthof.
En aquella ocasión declaró que toda la correspondencia con la oficina central de las SS había pasado por sus manos y que el comandante del campo, Paul-Werner Hoppe, le dictaba diariamente escritos y mensajes de radio.
En su momento aseguró, no obstante, que durante su servicio en el campo nunca había sido consciente de la maquinaria asesina de la que fueron víctimas decenas de miles de personas.
También testificó en el proceso contra Hoppe, quien en 1957 fue condenado por la Audiencia Provincial de Bochum a nueve años de presión que finalmente no tuvo que cumplir de forma íntegra.
DE TESTIGO A ACUSADA
Desde 2016, la Fiscalía de Itzehoe investiga a Furchner por complicidad en asesinato en el campo de Stutthof.
La anciana, por su parte, calificó las acusaciones de ridículas, afirmó no entender el sentido de un proceso en su contra al final de su vida y aseguró tener la conciencia tranquila al no haber matado a nadie.
La tarde de su detención el pasado 30 de septiembre, la anciana ya declaró sobre los hechos que se le imputan y aseguró haber trabajado en el campo de Stutthof sólo en la administración, señala la cadena pública regional NDR.
Furchner será juzgada por un tribunal de menores, ya que los hechos por los que se le acusa tuvieron lugar cuando era una adolescente.
En el campo de concentración de Stutthof, próximo a Gdansk, murieron durante la II Guerra Mundial alrededor de 65.000 prisioneros, entre ellos muchos judíos, principalmente por debilitamiento y enfermedad.
Al menos 200 prisioneros fueron asesinados con ciclón B en la cámara de gas y en el interior de un vagón de tren clausurado y otros 30 de un disparo en la nuca en un lugar secreto ubicado en el crematorio.
En julio de 2020 un ex guardia de Stutthof, de 93 años, fue condenado a una pena simbólica de dos años de libertad vigilada por complicidad en asesinato en 5.230 casos, condena que se rige por el código penal aplicable a menores, ya que estaba acusado por hechos que tuvieron lugar cuando tenía 17 años.
(con información de EFE)
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