Gabriel Ben-Tasgal, experto en Medio Oriente: “El gran problema son los chiitas que deambulan por nuestro continente con pasaporte venezolano”

El especialista explicó en diálogo con Infobae cuál es el verdadero alcance de la influencia de Irán en la región y analizó los alcances del terrorismo internacional

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Entrevista a Gabriel Ben Tasgal

De visita en Argentina para presentar su primera novela, Justicia, el experto en Medio Oriente Gabriel Ben-Tasgal analizó para Infobae el escenario actual de la región. Explicó los verdaderos alcances de Irán en el continente americano y calificó de “problemón” la relación entre el chiismo y el chavismo.

“Los informes de inteligencia marcan claramente a Tareck El Aissami, ex vicepresidente de Venezuela, como quien posibilitó la llegada de venezolanos que hablan poco castellano -o nada- al continente”, aseguró. Y agregó: “Los servicios de inteligencia ven circular gente por nuestras fronteras sin ningún tipo de control y la pregunta es, cuántos de ellos hacen inteligencia para perpetrar un atentado…”.

-¿Cuál es la situación hoy en Israel a 5 meses de la escalada con Hamas?

-Hamas lo que está intentando hacer es sobrevivir económicamente. El problema principal es que su flujo de dinero, que habitualmente llega de Qatar -apróximadamente 20 o 25 millones de dólares-, no llega en forma constante porque no se puede usar el swift, porque es un grupo terrorista. El Gobierno de Israel frena el flujo porque exige que el dinero llegue solo a los necesitados y no a Hamas como organización terrorista y eso tensa la situación todo el tiempo. El grupo entonces recurre a un procedimiento que incluye el paso de maletas físicas con dinero en efectivo... Y cuando Hamas siente que está ahorcado económicamente, dispara algo contra Israel.

-Además, usan el enfrentamiento para silenciar el conflicto interno...

-Es que, de hecho, el último conflicto comenzó por un problema interno palestino. Mahmoud Abbas anunció que iba a convocar a elecciones, para quedar bien con Joe Biden, porque no hacía elecciones desde 2005, pero las encuestas le daban que iba a ganar Hamas, así que las canceló y, por eso, Hamas empezó el combate con Israel. Las razones fueron económicas, y por las luchas internas palestinas.

-No es la primera vez que pasa...

-Todo régimen no democratico se sostiene por tres técnicas fundamentales: la primera es eliminar y perseguir a la oposición, un claro ejemplo de eso es Venezuela. La segunda, es aumentar el gasto de dinero público para que la gente esté feliz y confundirla con eso, para eso se necesita un estado fuerte que tenga resto económico. Y la tercera, es la gota de escape, le echo la culpa al de afuera. En Medio Oriente el chivo expiatorio clásico es Israel. Internet cambió mucho eso, porque ahora la gente no cree que todo lo malo ocurre por un solo país, entonces es más complicado engañar a la gente en comparación a lo que sucedía hace 10 o 15 años.

-¿Cuáles son los principales elementos desestabilizadores en la región?

-Los más importantes son los problemas internos. Los estados del Medio Oriente fueron fundados por la influencia de los imperios y, en su esencia, en su ADN, son religiosos y tribales. Es decir que en un país en el que hay una sola hamula, un solo clan que gobierna el país, por ejemplo Qatar, donde está el hamula Al Thani, este país es estable, porque no tiene oposición de otros clanes. Pero en Irak, con 18 religiones oficiales, y cientos de clanes que se disputan el poder, hay inestabilidad crónica. El Medio Oriente fue creado con fronteras artificiales, metieron gente adentro y les dijeron: “A partir de ahora son iraquíes”. Este es un problema que se arrastra desde 1920. Además, hay estados fracasados, porque si hay clase media, los estados son estables. Y solo hay clase media con revolución industrial. Pero si no la hay, hay gobernantes muy ricos y gente muy pobre. A los problemas internos, hay que sumarle que son muy religiosas, entonces todo eso crea inestabilidad porque qué es más importante, lo que dice el Presidente o lo que dice el imán de mi barrio…

-Y está Irán...

-Es que la disputa entre chiitas y sunnitas existe desde el año 680. Los chiitas, que son el 15% del islam, han tomado mucha fuerza en la región y han logrado una media luna chiíta compuesta por Irán-Irak-Siria- El Líbano. A eso hay que sumarle una isla chiíta en Yemen con los hutíes. Y tienen posibilidad de armarse nuclearmente, y todo eso crea una amenaza a los sunnitas que se ven superados por la capacidad bélica de Irán. Un ejemplo puntual es Bahrein, allí el 90% es chiita pero el gobierno es sunnita, impuesto por Arabia Saudita. Se firmó un acuerdo de paz con Israel, ¿pero entre quiénes es el pacto?, ¿es con el gobierno o es con el pueblo....?

-¿Quién financia le terrorismo en al región?

-Una parte importante se financia con lo que se llama el zakat, que es que todo musulmán debe dar el 2,5% de su presupuesto anual en beneficiencia. Ý esa es una entrada importante para el terrorismo. Además, el país que es sostén fundamental se llama Qatar, que no solo pone publicidades en equipos de fútbol sino que también paga las cuentas de muchos grupos terroristas como Hamas. Cuando el talibán accedió al poder, el anuncio lo hizo en Qatar…

-¿Los Acuerdos de Abraham que impulsa Israel sirven para contrarrestar esos movimientos?

- Claro que sirven porque Medio Oriente se divide en cuatro grupos: los chiitas, esa media luna de la que hablábamos; los que no son países sino grupos radicales islámicos que quieren imponer la religión o un califato como ISIS, los talibanes, Hamas, Hezbollah; los países de los Hermanos Musulmanes que dicen querer imponer la religión de manera progresiva, que son Qatar y Turquía; y después están los países sunnitas no radicales. Esos últimos firman los acuerdos y entienden que en un mundo post petrolero, donde los chiitas tienen tanta fuerza, y donde EEUU se retira de la región, les conviene hacer alianzas con aquel que puede asegurar el futuro económico o político.

-¿Cómo es la relación Israel- EEUU, porque allí hubo un cambio de Gobierno pero en Israel también?

-Los demócratas son menos activos a la hora de apoyar a Israel por su rama posmodernista interna. Pero Biden es el más cercano ideológicamente a Israel. Entonces la alianza en ese sentido es una alianza sólida. El nuevo gobierno de Israel, en cambio, tiene un solo objetivo, que es sobrevivir porque es una alianza muy amplia y heterogénea. Los une el miedo al regreso de Netanyahu. Pero la alianza estratégica es fuerte y sólida, y no es sólo ideológica, sino que es militar y económica. Por ejemplo, la cúpula de hierro -el sistema antimisiles israelí- fue financiada por EEUU pero ellos usan el desarrollo militar israelí para defender a sus soldados en Irak. Le sirve esa alianza estratégica. Antes EEUU entregaba armas, ahora coopera en un montón de lugares donde tecnológicamente los israelíes son mejores.

-¿En este escenario hay posibilidades de paz en la región?

-El concepto de paz es un concepto judeocristiano. Nosotros en el judaísmo y en el cristianismo tenemos una concepción de paz muy similar. En el islam tradicional se puede conseguir algo parecido que se llama Hudna, y es tregua. La ley islámica está basada en la conducta de Mahoma y en el año 628 Mahoma hizo una tregua con la tribu de Quraysh en Hudaybiyya por el cual durante 10 años no iba a atacar a cambio de que le permitieran explicar sus ideas en La Meca. Ese pacto debía durar 9 años, 9 meses y 9 días, pero duró dos. Mahoma violó el acuerdo y conquistó La Meca. Cuando le preguntaron por qué lo violaba, argumentó que se podía cambiar el acuerdo si favorecía al islam… Ese concepto es la hudna, la tregua. Por qué Egipto no rompe el acuerdo con Israel, porque no le conviene, porque hay cooperación militar, porque Israel hasta le vende gas del Mar Mediterraneo. Y a Jordania, con quien tiene acuerdo, le regala agua. Estos pactos de cooperación le sirven a Israel para anclar la paz. Con los Emiratos Árabes Unidos es diferente, porque ellos tomaron el control sobre la religión y sacaron de juego a los radicales. Y su islam es conciliador, entonces hay una paz muy cercana a la concepción occidental. Y con Bahrein es una hudna. Sí se pueden conseguir treguas, yo prefiero una hudna a nada. Pensar que todo Medio Oriente se va a abrazar, encender lámparas y cantar la canción de la alegría es un pensamiento occidental. La coordinación económica trae paz. Omán va a firmar tarde o temprano, porque no tiene agua y el estado de Israel es superpotencia desalinizadora de agua, entonces pueden coordinar. Yo creo que como el petróleo deja de ser importante, y las potencias mundiales tienen menos influencias, se necesitan alianzas regionales, así que tengo bastante esperanza de que veamos nuevos acuerdos.

-¿Cuál es la verdadera influencia de Irán en América Latina?

-Mucha más que la de los sunnitas. El 15% del islam es chiita, el 85% es sunnita, y en las comunidades musulmanas antiguas los sunnitas suelen ser muy moderadas. Pero desde los años 80, Irán ha tenido un papel fundamental en instigar a conversos a que se hagan musulmanes y, entre otras cosas, ha tenido una papel fundamental Mohsen Rabbani (señalado como cerebro del atentado a la Amia en Buenos Aires), que era el agregado cultural en Argentina que deambulaba por el continente y creó células de musulmanes chiitas. La fuerza que fomenta eso es la fuerza de los Al Quds, que dirigía Qasem Soleimani, que fue asesinado por EEUU en 2020. Así, los chiitas se desarrollan y penetran en nuestro continente con varias técnicas diferentes: tienen una televisión de habla hispana, han descubierto que no hace falta convencer a todo el mundo, con sobornar a algunos políticos es suficiente, han hecho alianzas con todos tipo de traficantes de drogas, armas... Y, además, a través de la dawah, que es el financiamiento de supuestos centros culturales, crean ambientes musulmanes. Eso pasa todo el tiempo en Perú, por ejemplo. Allí hay comunidades enteras que van a Irán a estudiar y vuelven. En nuestro continente tenemos un problemón, que es que chiitas esencialmente sirios han recibido ciudadanía venezolana y deambulan por el continente con pasaporte venezolanos. Los informes de inteligencia marcan claramente a Tareck El Aissami, ex vicepresidente de Venezuela, que ayudaba a la llegada de venezolanos que hablan poco castellano o nada. Los servicios de inteligencia ven circular gente sin ningún tipo de control por nuestras fronteras y la pregunta es, cuántos de ellos hacen inteligencia para perpetrar un atentado… En Argentina, que ya ha sufrido dos atentados sin resolver, un terrorista promedio podría pensar que se puede hacer un atentado sin pagar el precio.

-¿Qué recibe a cambio del chavismo?

-Le permite saltarse las sanciones en su contra. Irán tiene bloqueadas un montón de posibilidades de vender crudo y también de recibir dinero, pero ahora con un puente puede hacer un montón de cuestiones. Hasta se habló de venta y tráfico de uranio. Como en Venezuela hay posibilidad de que el Gobierno se mantenga y esté inmiscuido en todo tipo de tráfico, es una situación ideal. Lo segundo es la influencia política. El chiismo como ideología se siente perseguido por el sunismo. Se sienten que los quieren convertir y para sobrevivir necesitan armas no convencionales y necesitan expandirse para no ser pocos y no ser sometidos. Si soy chiita y veo que el continente americano es más chiita que sunnita, estoy satisfecho. Y América del Sur hoy es más chiita que sunnita.

-¿Volvamos a los talibanes, están más moderados o simulan?

-La palabra exacta es Taqiyya, que significa ocultar la verdad… Mentir. Un talibán piensa que puede mentir si favorece el islam. No piensa así un moderado musulmán, pero sí un talibán. Cuando llegaron al poder difundieron imágenes en los autitos chocadores, haciendo gimnasia, siendo entrevistados por mujeres. Todo eso es Taqiyya, es mentir. De verdad les gustaría, porque es parte de su ADN, volver a imponer la sharia - la ley ortodoxa islámica- Lo que pasa que han sufrido el trauma del 2001, que fueron derrocados por las potencias occidentales organizadas y ese es un trauma real. Entonces entienden que si toman el poder y hacen lo mismo, los van a volver a derrocar entonces buscan mantener la calma aparente y, si hay atentados, dicen que es ISIS-K. Es cierto que ellos hicieron el atentado al aeropuerto en medio de la evacuación norteamericana, ¿pero quién liberó de las cárceles a los terroristas de ISIS-K? Los talibanes.

-¿Afganistán puede convertirse en un centro de entrenamiento de terrorismo?

-Siempre y cuando no haya imágenes. Si hay imágenes en las redes sociales con ejecuciones de mujeres, eso haría reaccionar a Occidente, porque las opiniones públicas occidentales van a exigir a sus gobiernos que hagan algo. Sin imágenes, nadie va a mover un dedo. Los talibanes piensan en no hacer olas y esperan que haya un terremoto en algún otro lugar del mundo…. Además Al Qaeda o ISIS son muy fuertes en otros países. El radicalismo es una idea, no es una organización física, entonces puede mutar de nombre y de lugar, pero el objetivo es claro: volver a imponer la ley ortodoxa islámica.

Justicia, el nuevo libro de
Justicia, el nuevo libro de Gabriel Ben-Tasgal

-Vino a la Argentina a presentar su nuevo libro, “Justicia”, el primero de ficción...

-Es el primero sí, y es volver a mi pasado argentino. Vivo hace muchos años en el extranjero, pero esta novela nace cuando despidieron a mi padre del banco en el que había estado 30 años de su vida. De pronto, me acuerdo, de verlo con cincuenta y tantos, sin saber hacia adónde ir. Y sentí la humillación de alguien que sabía perfectamente las cuentas de banco de sus clientes, había salvado muchos negocios, vi a un hombre que había entregado toda su vida y se sentía humillado. Se trata de una persona que harta de la corrupción que sufrió decide que entre todos las personas del país él es el más moral y está dispuesto a entregar hasta su vida para terminar con la corrupción. Decide en 10 días, asesinar a 12 argentinos que representan a la corrupción en el país: un juez, un industrial, un gremialista, políticos de diferentes partidos, traficantes de drogas… Tiene una función mística el número 12, como los 12 apóstoles, las 12 tribus de Israel. Toda la novela ocurre en el año 2025, porque quiero alertar que si no hacemos algo para terminar con el problema más grave, que es la corrupción, puede llegar a ocurrir algo así en el futuro. Además, ya hay una segunda parte en camino, en vez de “Justicia”, se llama “Venganza”, y la historia es de una persona que cansada de la corrupción lo que hace es ajusticiar a los 12 personajes que trafican y abusan de nuestras mujeres.

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