Una agrupación de partidos chiíes, incluido el brazo político de formaciones paramilitares leales a Irán, no aceptó los resultados de las elecciones parlamentarias de Irak, en las que obtuvo una importante victoria su principal competidor, el influyente clérigo Muqtada al Sadr.
Hadi al Ameri, líder del Bloque Fatah, que agrupa a la mayoría de las milicias proiraníes que operan en Irak y que están integradas de facto dentro de las Fuerzas Armadas iraquíes, rechazó en un breve comunicado los resultados preliminares de los comicios celebrados el domingo, según los cuales su partido perdió alrededor de 34 escaños.
“El Bloque Fatah no acepta los resultados manipulados de estas elecciones parlamentarias que fueron anunciados por la Comisión Electoral Suprema”, dijo este destacado paramilitar en un breve comunicado. Los resultados preliminares, a la espera de que se realice el recuento final de votos, otorgaron un triunfo contundente al populista clérigo chií Muqtada al Sadr, una figura idolatrada por las clases más empobrecidas de esta secta religiosa y que rivaliza con el Bloque Fatah.
Las milicias proiraníes representadas en el Parlamento, algunas de las cuales son consideradas organizaciones terroristas por Estados Unidos, operan bajo el paraguas de la agrupación armada Multitud Popular, que se ganó el respeto de muchos iraquíes por su papel fundamental en la derrota del grupo radical suní Estado Islámico (EI), que controló amplias zonas del país entre 2014 y 2017.
Su lucha contra los yihadistas les otorgó tal popularidad que fueron la segunda formación más votada en las elecciones de 2018, solo por detrás del partido de Al Sadr. Pero en estos comicios anticipados, convocados en respuesta a las demandas de los manifestantes que en octubre de 2019 llevaron a cabo unas masivas protestas antigubernamentales en todo el país, estas milicias han sido acusadas de asesinar, secuestrar y torturar a decenas de activistas.
Precisamente los partidos nacidos de las movilizaciones, que se saldaron con más de 600 muertos, boicotearon los comicios por las amenazas recibidas por grupos armados, lo que provocó también que estas elecciones registraran la tasa de participación más baja (41 %) desde la caída del dictador Sadam Husein, en 2003.
El líder de la poderosa milicia Kataib Hizbulá, Abu Ali al Askari, dijo también en un comunicado que estos comicios “representan el mayor fraude de la historia moderna” y afirmó que su formación se mantendrá “firme” para “restaurar las cosas al lugar que corresponden”.
Una alianza de partidos chiíes que también agrupan a las milicias, formaciones más moderadas y la del exprimer ministro Nouri al Maliki, que quedó en segundo puesto en estos comicios, anunció que presentará “apelaciones” contra los resultados anunciados por la comisión electoral. Denunció que la propia comisión “no cumplió con todas las medidas legales anunciadas” y que, por lo tanto, seguirá todas las vías disponibles “para evitar la manipulación de los votos”.
Otras formaciones menos influyentes, como el Partido Islámico, también tachó de “incorrectos” los resultados y denunció que sus candidatos perdieron en sus circunscripciones “por esfuerzos conjuntos entre varios partidos dentro y fuera del país que no quieren que el proyecto islámico nacional tenga presencia en la arena iraquí”.
Tras el anuncio de los resultados el domingo, la comisión electoral abrió un periodo de apelaciones de tres días, en los que además se realizará un recuento manual de las urnas que tuvieron problemas, por lo que el reparto de escaños podría verse modificado aunque no sustancialmente.
“Los resultados pueden ser cuestionados, eso no es nuevo para este país. Pero lo que hemos visto, lo que hemos observado, técnicamente fue tranquilo y ordenado”, dijo en una rueda de prensa la jefa de la misión de observadores de la Unión Europea para las elecciones de Irak, la eurodiputada alemana Viola von Cramon.
Durante la presentación del informe preliminar de observación de la UE, Von Cramon afirmó que “no hubo ningún (problema) en la mayoría de los centros de votación” en los que la misión estuvo presente. “Técnicamente se realizaron absolutamente bien y no hay razón para este tipo de acusación”, sentenció. Ese informe apunta que “los votantes fueron capaces de expresar su voluntad libremente”, aunque lamentó la “baja participación”, algo que atribuyó “potencialmente” a las “intimidaciones y amenazas” durante la campaña electoral por parte de milicias a votantes y candidatos, especialmente hacia mujeres.
Según la agencia de noticias oficial iraquí INA unas 97 mujeres han obtenido escaños en el Legislativo, lo que significa 14 más que en los comicios anteriores.
Tras el anuncio de los resultados definitivos, los partidos deberán ponerse de acuerdo para formar Gobierno, una ardua tarea que en Irak acostumbra a retrasarse durante meses debido a la naturaleza sectaria del fragmentado Parlamento.
(Con información de EFE)
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