El vice primer ministro chino Liu He y la representante estadounidense de Comercio, Katherine Tai, celebraron este sábado un encuentro por videoconferencia que el régimen de Beijing, a través de su agencia oficial de noticias Xinhua, calificó de “pragmático, sincero y constructivo”.
Según el despacho de Xinhua, los negociadores afirmaron que tanto la cooperación como los lazos económicos y comerciales deberían “reforzarse” debido a su “gran importancia” tanto para ambas potencias como para el mundo en su conjunto.
Liu y Tai “intercambiaron puntos de vista” sobre los acuerdos comerciales y económicos bilaterales -Washington denuncia que China no ha cumplido con todos sus compromisos de la “primera fase” del pacto para cerrar la guerra comercial- y también plantearon sus preocupaciones, tras lo que acordaron “resolverlas” a través de consultas.
Más concretamente, Liu planteó una queja formal al respecto de los aranceles y las sanciones estadounidenses, apunta Xinhua.
Por su parte, el comunicado de Washington, que también habla de un “intercambio sincero”, indica que Tai reiteró las preocupaciones de EE. UU. sobre “las políticas y prácticas de China dirigidas por el Estado y no por el mercado que perjudican a los trabajadores, granjeros y negocios estadounidenses”.
La segunda conversación entre Liu y Tai se produce días después de que esta última pronunciase un discurso en el que anunció un “proceso de exclusión de aranceles” para una serie de áreas concretas cuyo número podría aumentar en el futuro.
Aunque Tai criticó las “injustas” prácticas comerciales de China, también indicó que el objetivo de la Administración de Joe Biden “no es aumentar las tensiones comerciales con China”, en referencia a la guerra arancelaria iniciada durante la etapa en el poder del anterior presidente, Donald Trump (2017-2021).
Según el gobierno de Biden, los enormes subsidios estatales de China para las empresas nacionales, el robo de propiedad intelectual y otros factores crean gran desigualdad en el comercio.
Estas prácticas han agrandado el déficit comercial de Estados Unidos con China.
En 2019, el año anterior a la pandemia, fue de 344.000 millones de dólares solo en bienes, según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
En los primeros ocho meses de este año alcanzó 218.900 millones de dólares, según los datos publicados el pasado martes.
Intereses estadounidenses
Al contrario de Trump, que sacó la artillería pesada contra Beijing al introducir aranceles punitivos sobre cientos de miles de millones de dólares de productos chinos, Tai dijo a principios de esta semana que la administración Biden no tenía la intención de “inflamar las tensiones comerciales” con el gigante asiático.
Sin embargo, señaló que Washington tenía la intención de hacer cumplir los compromisos adquiridos en el acuerdo firmado con Trump.
En la “Fase 1″ del tratado bilateral, China se comprometió a comprar en dos años productos estadounidenses por valor de 200.000 millones de dólares adicionales, incluidos productos agrícolas, energéticos y manufactureros.
El objetivo era reducir el desequilibrio comercial entre ambos países. Algunos puntos del acuerdo no se lograron en parte debido a la pandemia.
En cuanto a los 370.000 millones de dólares de aranceles, Tai inició esta semana un procedimiento para excluir determinados productos.
Más que un gesto de buena voluntad hacia Beijing, explicó que se trataba de conceder exenciones “caso por caso” a las empresas estadounidenses que no tienen una fuente alternativa de suministro.
China “negoció la anulación de la alza de tasas aduaneras y las sanciones adicionales”, señaló Xinhua el sábado, sin dar más detalles.
Pequeñas y medianas empresas llevan meses advirtiendo que estas tarifas amenazan su supervivencia.
(Con información de EFE y AFP)
SEGUIR LEYENDO: