El menos 32 heridos se registraron tras un terremoto de magnitud 6,1 que se produjo este jueves en la prefectura de Chiba, colindante con Tokio, y se sintió con fuerza en la capital, sin que se haya activado la alerta de tsunami ni se haya informado por ahora de daños significativos.
El seísmo tuvo lugar a las 22:41 hora local (13:41 GMT del jueves) a 80 kilómetros de profundidad y con epicentro en Chiba, región de la costa nipona del Pacífico, según datos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
El terremoto alcanzó el nivel 5 alto en la escala sísmica japonesa de 7 niveles (centrada en medir la agitación en la superficie) en algunas zonas del Área Metropolitana de Tokio y en Saitama, al norte de la capital, y sacudió también con menor intensidad otras regiones centrales del país.
El temblor no desencadenó la alerta automática de tsunami ni consta que haya causado por el momento daños materiales notables ni víctimas, según recogen los medios nacionales, aunque el gobierno ha establecido un grupo de trabajo de respuesta a emergencias.
Testigos dijeron a Infobae que tras el temblor “se movió todo” y que “sonaron alarmas” en Tokio, aunque más allá del susto los habitantes de la ciudad no sufrieron consecuencias mayores.
Varias líneas ferroviarias locales, así como de alta velocidad, se detuvieron por el sistema automático de seguridad, según informó la compañía operadora JR East, que se encuentra revisando las vías por si se hubiera producido algún desperfecto.
Un video filmado en Tokio mostró una gran cantidad de agua desbordando desde el costado de la carretera. El agua corría por la calle y los agentes de policía y otras personas estaban controlando el tráfico cercano.
Japón se asienta sobre el llamado cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y registra terremotos con relativa frecuencia, por lo que las infraestructuras y edificios están diseñadas para aguantar los temblores. El país representa aproximadamente el 20% de los terremotos del mundo de magnitud 6 o más.
El 11 de marzo de 2011, la costa noreste fue azotada por un terremoto de magnitud 9, el más fuerte registrado en Japón, y un tsunami masivo. Esos eventos desencadenaron la crisis nuclear de Fukushima, la peor del mundo desde Chernobyl, un cuarto de siglo antes.
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