El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo este jueves que confía en que el retorno del embajador francés a Australia ayude a superar la crisis por la cancelación a mediados de septiembre de un multimillonario contrato para la construcción de doce submarinos adjudicados a Francia.
El ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, anunció previamente ante la Asamblea francesa el regreso a Australia del embajador Jean-Pierre Thébault, con el objetivo de “contribuir a redefinir los términos de la futura relación” de los dos países y para “defender con firmeza” los intereses galos en el proceso de anulación de la compra de submarinos.
Hace un par de semanas, fue el Embajador francés en Estados Unidos, Philippe Etienne, el que regresó a Washington.
Ambos habían sido llamados a consultas en París después de que Australia decidiese cancelar inesperadamente a mediados de septiembre un multimillonario contrato para adquirir 12 submarinos convencionales a Francia en beneficio de Estados Unidos y Reino Unido, que ofrecen una tecnología de propulsión nuclear.
Morrison celebró el retorno de Thébault y recalcó que “la relación entre Australia y Francia es más grande que un contrato”, en alusión a la compra de submarinos a Francia valorada en más de 65.550 millones de dólares (57.727 millones de euros).
El mandatario de Australia, cuyo Gobierno gastó unos 2.400 millones de dólares en el proyecto de la construcción de submarinos diésel-eléctricos encargados a la empresa francesa Naval Group, se negó a dar cifras de cuánto tendrá que pagar por la anulación del contrato.
Morrison subrayó que Australia aún tiene contratos de defensa con Francia y la Unión Europea de unos 23.315 millones de dólares (unos 20.166 millones de euros) e insistió en que el país galo “tiene una presencia real en el Indo-Pacífico” y un “compromiso de larga duración” con Australia para trabajar en asuntos de interés común.
La anulación del contrato, que se conoció poco después del anuncio de un pacto de Defensa entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, que tiene como pieza central la construcción de submarinos nucleares en el país oceánico causó la ira de Francia, que se consideró “engañada”.
(Con información de EFE)
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