Encontraron una enorme pila de huesos humanos y de animales en una antigua cueva en Arabia Saudita

Los científicos creen que por miles de años el lugar pudo haber sido usado por jaurías de hienas

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La montaña de huesos encontrados
La montaña de huesos encontrados adentro de la caverna de lava es producto de miles de años de hienas dejando ahí sus desechos.

Una antigua caverna en el norte de Arabia Saudita fue descubierta recientemente y en su interior se encontró una montaña de restos humanos y animales en lo que parecen ser pruebas horribles de comidas pasadas de hienas milenarias.

Las hienas a menudo hurgan en sus comidas, por lo que probablemente no mataron a sus presas humanas, sino que desenterraron los cadáveres de entierros cercanos y los devoraron en esta guarida subterránea, informaron los científicos que hicieron el descubrimiento.

El sitio es una cueva formada por lava volcánica petrificada la cual era conocida como la “Guarida de los Lobos”, ya que anteriormente se sospechaba que estos animales eran los responsables de la vasta colección de huesos que alojaba en su interior.

Sin embargo, en el nuevo análisis de las pilas de huesos, coprolitos (heces conservadas) y huesos individuales se contó una historia diferente. Los científicos ahora sospechan que la guarida pertenecía a hienas rayadas que se alimentaron de una variedad de animales, incluidos los humanos, en ese lugar desde hace al menos 4.500 años hasta hace tan solo 150 años.

Las cavernas de lava son pasadizos subterráneos tallados por ríos de lava que pueden alcanzar temperaturas superiores a los 1.090 grados centígrados. Cuando los flujos de lava quedan atrapados en charcos por paredes de roca, pueden calentarse y comenzar a comer a través de la corteza debajo, creando canales y redes subterráneas. Una vez que los flujos disminuyen o se desvían, los túneles que se producen pueden extenderse hasta 65 kilómetros y medir varias docenas de pies de ancho.

Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron el tuvo de lava Umm Jirsan de Arabia Saudita, la red de este tipo más larga del país. Umm Jirsan mide aproximadamente 1,500 metros de largo, con una altura de paso de aproximadamente 8 a 12 metros.

La entrada de la cueva
La entrada de la cueva está al norte de Arabia Saudita

Los científicos se centraron en el pasaje occidental del tubo de lava, que contenía “una acumulación extremadamente densa de huesos”.

Examinaron más de 1.900 huesos, identificando 40 criaturas individuales. La mayoría de los huesos pertenecían a burros, seguidos de caprinos, un tipo de cabra, gacelas, camellos y lobos o perros. Los científicos identificaron dos fragmentos de cráneos humanos en este lugar, “y se descubrieron varios otros huesos humanos en otras partes del sistema Umm Jirsan”.

Otros sitios de otras partes del Medio Oriente y África contienen acumulaciones de huesos similares que se cree que abarcan miles de años, pero los datos de esos lugares no son tan completos como la evidencia de Umm Jirsan, lo que genera dudas sobre cuánto tiempo duraron esas guaridas en realmente en uso, dijo el autor principal del estudio Mathew Stewart, investigador postdoctoral en el Departamento de Arqueología del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania.

“Las hienas rayadas son el acumulador de huesos más probable en Umm Jirsan”, dijo Stewart al portal Live Science.

Pero incluso si esas hienas comieran carne humana, eso no significa necesariamente que estuvieran cazando personas, agregó Stewart.

Miles de huesos de animales
Miles de huesos de animales y de cuerpos humanos se han ido acumulando durante miles de años en la caverna de lava.

“Si bien la depredación de los humanos es posible, y se han observado algunos casos de depredación de los humanos modernos, los restos humanos en Umm Jirsan probablemente se deban a la hiena rayada que hurga en las tumbas humanas”, dijo Stewart.

Además de proporcionar una visión de los hábitos de las hienas que abarcan miles de años, Umm Jirsan también conserva una instantánea más amplia de la biodiversidad en una región “donde la preservación de huesos y fósiles es excepcionalmente pobre”, dijo Stewart.

“Sitios como estos pueden contener claves potenciales para comprender los entornos y ecologías del pasado en regiones áridas como Arabia”, agregó.

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