Amnistía Internacional (AI) denunció este martes que los talibanes asesinaron a 13 miembros de la minoría chií hazara en la provincia de Daikundi, en el centro de Afganistán, y añadió que en su mayor parte se trataba de miembros de las fuerzas de seguridad del depuesto Gobierno afgano.
“Los talibanes asesinaron extrajudicialmente a trece hazaras, incluyendo a una niña de 17 años, en la provincia afgana de Daikundi, después de que los miembros de las fuerzas de seguridad del anterior Gobierno se hubiesen rendido”, denunció la ONG en un comunicado.
ASESINATOS EXTRAJUDICIALES
El suceso tuvo lugar el pasado 30 de agosto en la localidad de Kahor, situada en el distrito de Khidir, dijo AI tras revisar fotografías y vídeos de lo sucedido y contactar a testigos presenciales.
Los talibanes capturaron la provincia el 14 de agosto, a penas un día antes de hacerse con el control de la capital afgana.
De acuerdo con la investigación de la organización internacional, unos 34 miembros de las Fuerzas de Defensa y Seguridad de Afganistán (ANDSF) pertenecientes a la minoría chií se refugiaron en el distrito de Khidir y negociaron su rendición a los combatientes taliban el 29 de agosto.
La llegada de unos trescientos fundamentalistas armados al día siguiente provocó un intento de huida de los miembros de las fuerzas de seguridad y sus familias.
“Cuando los combatientes talibanes les alcanzaron, abrieron fuego contra la multitud y mataron a una niña de 17 años llamada Masuma. Un miembro de las ANDSF devolvió el fuego, matando a un talibán e hiriendo a otro”, dijo AI.
Otros dos militares afganos murieron en el tiroteo, según la organización, mientras que otros nueve miembros de las fuerzas de seguridad se rindieron y fueron ejecutados después por los taliban.
VUELTA A LAS ATROCIDADES DEL PASADO
“Estas ejecuciones a sangre fría son una nueva prueba de que los taliban están cometiendo las mismas violaciones por las que se hicieron conocidos durante su anterior régimen en Afganistán”, lamentó Agnés Callamard, secretaria general de AI.
Callamard llamó a los fundamentalistas a “detener inmediatamente estos actos crueles de venganza” y asegurar que los empleados del anterior Gobierno y sus familias pueden vivir en seguridad en Afganistán.
En los últimos años, la minoría chií hazara ha sido objetivo frecuente de ataques reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que los consideran apóstatas, si bien el derrocado Gobierno afgano también culpaba habitualmente a los talibanes de las agresiones.
Miembros de esta minoría denunciaron recientemente a Efe que cientos de familias se han visto obligadas por los taliban a abandonar sus hogares en el centro de Afganistán, por una disputa sobre la propiedad de las tierras con líderes pastunes, la etnia de los islamistas.
(Con información de EFE)
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