La lava emitida por el volcán Cumbre Vieja de La Palma desde el inicio de su erupción el 19 de septiembre cubre 338,3 hectáreas, incluido el terreno que ha ganado al mar desde la noche del día 28, según la última actualización del sistema de satélites europeo de monitarización terrestre Copernicus.
Las edificaciones afectadas por el magma se elevan a 981, de las cuales 855 están destruidas, según este recuento de Copernicus. 29,8 kilómetros de carreteras fueron afectados, de ellos 27,4 están destruidos.
La lava, además, ganó al mar 8,8 hectáreas de terreno, por lo que la isla ahora aumentó ligeramente su superficie.
La colada de lava del volcán Cumbre Vieja, en erupción desde hace once días, llegó finalmente al mar en la noche del martes al miércoles tras recorrer unos seis kilómetros devastando todo a su paso. El recorrido de la lava es claramente visible en unas impactantes imágenes satelitales.
Además de la lava, Copernicus ha medido la superficie ocupada por la ceniza caída, que se extiende por 1.752,8 hectáreas
Esta actualización corresponde a las mediciones realizadas el 29 de septiembre a las 11.36 horas UTC, unas doce horas después de que el magma se precipitara por un acantilado en la zona de Los Guirres y empezara a formar un delta.
Desde ese momento, con el volcán expulsando material sin parar, la cascada de lava no ha dejado de ingresar al océano Atlántico por lo que el delta que se está formando crece constantemente.
“Siguen los ríos de lava descendiendo por el canal de lava hacia el mar (...), estamos en una fase de estabilidad”, detalló el portavoz del Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan) David Calvo.
La lava llegó al mar sin producir de momento los efectos que más se temían, como explosiones u oleaje de agua hirviendo, aunque sí se desprenden gases potencialmente tóxicos producto de la reacción del contacto de la lava, a más de mil grados, con el agua salada.
Este jueves “sigue habiendo una columna de gas, similar a lo que ocurría ayer” aunque el viento, que en la jornada anterior ayudó a disipar rápidamente el gas, ha disminuido.
El Cabildo de La Palma, el gobierno local de la isla, mantiene desde el lunes confinados los barrios de Tazacorte, el municipio donde la lava llegó al mar, para evitar posibles afecciones por los gases.
Además, la erupción obligó a 6.000 personas a abandonar sus hogares en esta isla de 85.000 habitantes, en la que también se ha visto afectado de manera importante el cultivo de plátano, su principal actividad económica.
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