La actividad industrial china se contrajo por primera vez desde febrero de 2020, cuando se detuvo por la pandemia

El sector manufacturero marcó un recorte inesperado debido a las mayores restricciones en el uso de la electricidad y a los elevados precios de los insumos, mientras que el sector servicios volvió a expandirse

Guardar
Empleados en una plata automotriz en Liuzhou, provincia de Guangxi, en China (Bloomberg/archivo)
Empleados en una plata automotriz en Liuzhou, provincia de Guangxi, en China (Bloomberg/archivo)

La actividad industrial en China se contrajo en septiembre por primera vez desde febrero de 2020, cuando el confinamiento decretado ante el coronavirus paralizó la economía, revelaron datos oficiales publicados este jueves.

Este receso coincide con una serie de apagones en el país y miedos por la inestabilidad en su poderoso sector inmobiliario, que ensombrecen las perspectivas de la segunda economía del mundo.

El Índice de Gestores de Compras (PMI por sus siglas en inglés), un indicador clave del sector manufacturero de China, cayó del 50,1 en agosto al 49,6 en septiembre, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas. En este índice, cualquier cifra inferior a 50 implica una contracción de la actividad, mientras que si supera ese umbral significa un crecimiento. Los analistas de un sondeo de Reuters esperaban que el índice se mantuviera en 50,1, sin cambios respecto al mes anterior.

Se trata de la primera contracción del PMI chino desde febrero de 2020, coincidiendo con el severo confinamiento decretado en el comienzo de la pandemia.

Por su parte, el PMI no manufacturero (de servicios) oficial de septiembre se situó en 53,2, recuperándose de los 47,5 de agosto, según los datos de la NBS, ya que los brotes de COVID-19 amainaron tras aumentar durante los meses de verano.

El mes pasado, las restricciones relacionadas con el COVID-19 llevaron a la actividad del sector de los servicios a una fuerte contracción por primera vez desde el punto álgido de la pandemia el año pasado.

La economía china se recuperó rápidamente de la crisis provocada por la pandemia el año pasado, pero el impulso se ha debilitado en los últimos meses, y su vasto sector manufacturero se ha visto afectado por el aumento de los costes, los cuellos de botella en la producción y el racionamiento de electricidad.

Planta energética de carbón en Shenyang, Liaoning (Reuters)
Planta energética de carbón en Shenyang, Liaoning (Reuters)

La economía china había resistido bien la crisis sanitaria, aunque una serie de brotes vinculados a la variante delta obligaron a reimponer restricciones en diferentes zonas del país.

Al mismo tiempo, hasta 17 provincias del país han sufrido suspensiones de la producción en algunas fábricas y cortes en el suministro de energía, una situación agravada por la escasa oferta de carbón que ha disparado sus precios.

“En septiembre, debido a factores como los bajos volúmenes de negocio en las industrias de alto consumo energético, el PMI manufacturero cayó por debajo del punto crítico”, dijo Zhao Qinghe, un estadístico de la NBS, en un comunicado.

Las cadenas de abastecimiento de algunas firmas internacionales como Apple o Tesla se han visto afectadas y grandes bancos han moderado sus expectativas de crecimiento del PIB de China para este año.

El economista jefe de Pinpoint Asset Management, Zhiwei Zhang, indicó que este retroceso del PMI debería servir de “alarma” para el gobierno. “El crecimiento económico en el cuarto trimestre probablemente se ralentice más sin un cambio de las políticas del gobierno”, advirtió.

Trabajadores de una fábrica de Guangzhou (Lam Yik Fei/The New York Times)
Trabajadores de una fábrica de Guangzhou (Lam Yik Fei/The New York Times)

La economía nacional se tambalea también por los temores a una quiebra del gigante inmobiliario Evergrande, con una deuda acumulada de más de 300.000 millones de dólares, que podría arrastrar al conjunto del sector.

PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO

La repentina contracción de la actividad industrial pesará aún más en una economía ya afectada por los controles más estrictos de sus sectores inmobiliario y tecnológico y que se enfrenta a numerosas rebajas del crecimiento por parte de los economistas del sector privado.

Otras economías de Asia también están lidiando con problemas de producción debido a las interrupciones de la cadena de suministro, y los datos del jueves mostraron que la producción industrial de Japón cayó por segundo mes consecutivo en agosto.

El crecimiento económico (chino) en el cuarto trimestre probablemente se ralentizará aún más sin un cambio en las políticas del Gobierno, y el ritmo de desaceleración puede acelerarse”, dijo Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management con sede en Shenzhen, tras la publicación de los datos del PMI. “La gran pregunta es si las políticas monetarias y fiscales del Gobierno serán más favorables ahora o si el Gobierno esperará hasta fin de año para cambiar las políticas”.

El banco central suavizó por última vez sus requisitos sobre la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener a mediados de julio, justo antes de que se produjera un aumento de los casos de COVID-19 en el país.

El Banco Popular de China (PBOC) mantuvo en septiembre sin cambios su tipo de interés de referencia para los préstamos a empresas y hogares por decimoséptimo mes consecutivo.

(Con información de AFP y Reuters)

SEGUIR LEYENDO:

Guardar