En la última medida que busca excluir a las mujeres de Afganistán de la vida pública, el nuevo rector de la Universidad de Kabul, nombrado por los talibanes, anunció que las mujeres no podrán asistir a clases ni trabajar en la institución académica “hasta que no se proporcione un entorno islámico”.
“Les doy mis palabras como rector de la Universidad de Kabul”, escribió Mohammad Ashraf Ghairat en un tuit el lunes. “Mientras no se proporcione un entorno islámico real para todos, no se permitirá que las mujeres vayan a la universidad o trabajen. El Islam primero“.
Más tarde, Ghairat borró este mensaje y escribió otro en el que dijo que The New York Times, el medio que por primero reportó la noticia, lo había citado erróneamente.
“No he dicho que nunca permitiremos que las mujeres vayan a la universidad o vayan a trabajar, lo que dije es que hasta que no creemos en un entorno islámico, las mujeres tendrán que quedarse en casa“, escribió.
En un tuit anterior, Ghairat había dicho que la universidad estaba trabajando en un plan para incluir la enseñanza para estudiantes femeninas, pero no dijo cuándo se completaría este plan.
“Debido a la escasez de profesoras, estamos trabajando en un plan para que los profesores puedan enseñar a las alumnas desde detrás de una cortina en el aula. De esa forma se crearía un entorno islámico para que las alumnas recibieran educación”, escribió en Twitter.
Esa medida ya ha sido adoptada en varias universidades de Afganistán, pero era resistida en la Universidad de Kabul, el instituto de educación superior más grande e importante del país.
El martes Ghairat volvió a exponer su visión para la institución, diciendo que el objetivo de la Universidad de Kabul es convertirse en un centro para que “todos los musulmanes reales de todo el mundo se reúnan, investiguen y estudien” y “islamicen la ciencia moderna”.
“Estoy aquí para anunciar que daremos la bienvenida a académicos y estudiantes pro musulmanes para que se beneficien de un entorno islámico real”, escribió en Twitter.
Nombramiento polémico
El nombramiento de Ghairat por parte del nuevo régimen la semana pasada había provocado indignación entre la comunidad académica local.
Ghariat, un graduado en periodismo, descrito como un “hombre religioso”, reemplazó al conocido académico Usman Baburi, a pesar de que supuestamente carecía de la experiencia para ocupar un puesto que hasta ahora había sido ocupado por algunos de los académicos más respetados del país.
El nombramiento fue visto por varios académicos como una medida de los talibanes para debilitar el sistema educativo afgano, después que se separaran a hombres y mujeres en las aulas universitarias y en momentos en que las escuelas para las niñas siguen cerradas.
Los talibanes, que gobernaron Afganistán desde 1996 hasta 2001 pero fueron expulsados del poder después de una invasión liderada por Estados Unidos, históricamente han tratado a las mujeres como ciudadanas de segunda clase, sometiéndolas a violencia, matrimonios forzados y una presencia casi invisible en el país.
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