Tras haber estado detenido brevemente en Cerdeña, el expresidente catalán Carles Puigdemont anunció el sábado que el lunes viajaría a Bélgica, donde reside, pero que a principios de octubre regresará a Italia para una audiencia sobre su extradición, reclamada por España.
”Tengo previsto el lunes volver a Bruselas porque hay reunión de la comisión de comercio exterior, de la que soy miembro”, dijo Puigdemont, que es eurodiputado, en la ciudad de Alguer, en la isla de Cerdeña (oeste), donde fue detenido el jueves por la noche.
Al día siguiente, fue liberado por el juez sin medidas cautelares, que le citó el 4 de octubre para una audiencia sobre la demanda de extradición, a la que, dijo asistirá personalmente.
”El 4 de octubre estoy citado en la corte de Sassari. Efectivamente, asistiré, porque todas las veces que he sido convocado por la justicia, he asistido”, explicó este ex periodista de 58 años que se fue de España tras la fallida declaración de independencia de 2017.
Puigdemont fue detenido el jueves por la noche a su llegada al aeropuerto de Alguer, donde tenía previsto participar en un evento cultural en la localidad, que mantuvo una fuerte impronta catalana desde los tiempos en que perteneció a la Corona de Aragón.
El viernes fue liberado y tiene que comparecer ante la justicia italiana el 4 de octubre en una audiencia que girará en torno a su pedido de extradición formulado por España. Pero mientras tanto, puede abandonar libremente la isla y el país.
“Nunca nos rendiremos”
El líder independentista está reclamado en España por sedición y malversación de fondos relacionados con el proceso fallido de independencia de 2017.
Carles Puigdemont también señaló que seguirá viajando por Europa, desafiando la orden de arresto europea emitida por Madrid hace casi dos años. “Nunca nos rendiremos y continuaré viajando por Europa”, aseguró.
Según él, su arresto y posterior liberación por parte de la justicia italiana “dan la razón” al “combate por la libertad, por la democracia y para defender el derecho de la autodeterminación, la libertad de expresión, la libertad de movimiento” de los independentistas catalanes. Según su abogado italiano Agostinangelo Marras, la decisión sobre su extradición podría llevar “semanas”.
Es la tercera vez que Puigdemont es detenido desde que huyó de España, la primera en Bruselas, a su llegada, y la segunda en Alemania, en marzo de 2018, donde los tribunales tardaron casi cuatro meses en devolverle la libertad total.
El expresidente, eurodiputado desde 2019, gozó durante un tiempo de inmunidad, pero fue levantada por las instancias europeas este año. Una decisión confirmada después por el Tribunal General de la Unión Europea.
Sobre él pesa una orden de detención europea emitida por España en 2019, que, según los abogados de Puigdemont, estaba suspendida a la espera de una decisión del Parlamento europeo sobre un recurso en torno a la inmunidad del exdirigente catalán.
“Estoy libre”
El sábado por la mañana, el líder independentista se dio un baño de multitudes en Alguer durante su primera aparición pública desde que pudo abandonar la prisión de alta seguridad de Sassari.
”Estoy muy contento de estar aquí, de disfrutar de este evento, cultural y lingüístico”, dijo a la AFP, rodeado de adeptos en las calles del casco viejo de la localidad, que reúne anualmente desde hace casi cuatro décadas a personalidades políticas y culturales de Cataluña y Cerdeña.
”Estoy acostumbrado a ser perseguido por España pero siempre termina igual. Estoy libre y seguiré peleando”, agregó.
A continuación, se reunió con el alcalde de la ciudad, Mario Conoci; con el presidente de la región sarda, Christian Solinas y con el presidente catalán, Pere Aragonès y con la presidenta del Parlamento de Cataluña, Laura Borràs. “Esta puesta en libertad, no es una libertad completa hasta que no pueda volver a Cataluña libre, como un ciudadano libre”, dijo Aragonès tras reunirse con Puigdemont.
”Exigimos una vez más la retirada de todas las órdenes de detención”, añadió.
El intento de secesión de 2017 constituyó una de las peores crisis política en España desde el fin de la dictadura de Francisco Franco a fines de los años 1970, y todavía condiciona la política nacional.
Pese a la prohibición de la justicia, el gobierno catalán presidido por Puigdemont organizó el 1 de octubre de 2017 un referéndum de autodeterminación, marcado por escenas de violencia policial.
Semanas después, el Parlamento catalán declaró unilateralmente la independencia, a lo que el gobierno español conservador de entonces respondió poniendo bajo tutela a la región y deteniendo a los dirigentes del movimiento independentista que no habían huido al extranjero.
(con información de AFP)
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