Miles de personas se manifestaron el sábado en las calles de numerosas ciudades francesas para denunciar el pase sanitario y la obligación de vacunar al personal de salud, en el undécimo sábado consecutivo de movilización.
En París, donde cuatro cortejos debían recorrer las calles, algunos miles de personas, entre ellas numerosos “chalecos amarillos”, se manifestaron en un recorrido por el centro de la ciudad, mientras que otros respondieron a la llamada de Florian Philippot, un líder de extrema derecha en la zona oeste de la capital.
En total, entre 60.000 y 80.000 personas se movilizaron a través de 185 cortejos en toda Francia, lo que supone una disminución neta con respecto al movimiento en sus inicios, a mediados de julio.
“Manifiesto contra (el presidente Emmanuel) Macron y sus medidas liberticidas. Yo no estoy vacunado, no tengo confianza, pero quizás me vea obligado a hacerlo si las pruebas anticovid no son más gratuitas”, explicó a la AFP Tristan, jubilado de 72 años.
En Marsella, unos 800 manifestantes, según la prefectura, marcharon por el centro de la ciudad desde el puerto. Se trata de la menor participación en estas manifestaciones contra el pase sanitario en esta ciudad del sur del país desde el primer episodio de este movimiento, el 17 de julio.
La movilización también disminuyó en Nantes (1.100 personas) y Rennes (650), ambas ciudades del noroeste francés.
En Burdeos (sudoeste), más de mil personas marcharon, según la policía -contra cerca de 3.000 a principios de mes- detrás de una pancarta gigante “Libertad, verdad, soberanía”.
Según las cifras comunicadas por las prefecturas, 2.000 personas se manifestaron en Montpellier (sur), 1.200 en Estrasburgo (noreste), un millar en Lyon (centro), 950 en Metz (noreste), 900 en Lille (noreste, contra 2.100 la semana pasada) y 650 en Nancy.
A principios del mes de agosto, el gobierno francés decidió relajar ciertas condiciones del pasaporte sanitario que acredita, en forma de código QR informático, la pauta completa de vacunas, pruebas negativas de coronavirus para los no vacunados, o la confirmación de que la persona se ha recuperado de la enfermedad.
Este pasaporte, que ya era obligatorio desde junio en algunos eventos, pasó a ser necesario desde el mes de agosto para acudir a restaurantes, bares o cafés -incluso terrazas- y viajar en trenes, autobuses y aviones de larga distancia.
Entre las relajaciones anunciadas por el ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, en una entrevista en el diario Le Parisiene, la validez de las pruebas negativas para los no vacunados será de 72 horas y no de 48, y será posible realizar “autopruebas supervisadas por un profesional de la salud”. Según el funcionario, estos cambios frente a lo previsto hasta ahora permitirán afrontar mejor la demanda de pruebas.
La relajación de las condiciones fue anunciada después de una de las mayores manifestaciones de los sábados contra el pase sanitario, que llegó a reunir a cerca de 250.000 personas en todo Francia.
Con información de AFP
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