Una jueza canadiense puso fin este viernes a los procedimientos de extradición contra la ejecutiva de Huawei Meng Wanzhou, y ordenó que se levantaran las condiciones de su fianza, lo que la liberó y concluyó una saga legal de casi tres años.
La decisión de la presidenta adjunta de la Corte Suprema de Columbia Británica, Heather Holmes, se produce después de que Meng llegara a un acuerdo de enjuiciamiento diferido con los fiscales estadounidenses para evitar cargos de fraude por delitos graves.
“Firmé la orden de liberación”, dijo Holmes al final de una breve audiencia en la que abogados del gobierno canadiense que actuaban en nombre de Estados Unidos solicitaron la suspensión de los procedimientos y la eliminación de las condiciones de la fianza.
La directora financiera del gigante chino de telecomunicaciones Huawei llegó a un acuerdo con los fiscales para resolver los cargos de Estados Unidos que la llevaron detenida en Canadá durante casi tres años, indicó el viernes el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Meng fue arrestada en Vancouver, Canadá, en diciembre de 2019 con una orden judicial estadounidense que la acusaba de defraudar al HSBC Bank y a otros bancos al tergiversar falsamente los vínculos entre Huawei y Skycom, la filial que vendía equipos de telecomunicaciones a Irán.
El caso se sumó a la división cada vez más profunda entre Beijing y Washington y atrapó a Canadá en el medio.
El Wall Street Journal había adelantado que Meng se declararía culpable de cargos menores, mientras que las principales acusaciones de fraude, relacionadas con las ventas a Irán por parte de una filial de Huawei, serían retiradas.
El acuerdo le permitirá a Meng regresar a China sin enfrentar una pena de cárcel en Estados Unidos.
Meng, una alta ejecutiva de Huawei e hija del fundador de la empresa, Ren Zhengfei, estaba en el directorio de Skycom.
Estaba acusada de enmascarar las transacciones financieras de la empresa a través del sistema financiero de Estados Unidos, violar las sanciones de Estados Unidos a Irán y mentir al respecto a los investigadores del FBI.
Estados Unidos, que ha hecho campaña contra Huawei por vender teléfonos que supuestamente permitirían al gobierno chino espiar a los estadounidenses, había presionado a Canadá para que la arrestara.
Meng fue puesta bajo arresto domiciliario en Canadá después de haber sido detenida mientras el Departamento de Justicia de Estados Unidos presionó por su extradición. Se enfrentó a una posible pena de 30 años de prisión por los cargos, que China calificó de “completamente políticos”.
Días después de su arresto, China detuvo a dos canadienses, el empresario Michael Spavor y el ex diplomático Michael Kovrig, acusándolos de espionaje. Ambos fueron juzgados en marzo y en agosto Spavor fue condenado a 11 años de prisión. No se ha anunciado ninguna decisión en el caso de Kovrig.
Las naciones occidentales han acusado a China de “diplomacia de rehenes” por arrestar y acusar a los canadienses. Las relaciones Beijing-Ottawa han tocado fondo por el caso y los de los canadienses detenidos en China.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, denunció la sentencia de Spavor como “inaceptable e injusta” y dijo que los cargos eran “inventados”.
El pasado sábado, The Globe and Mail señaló que las autoridades estadounidenses había retomado conversaciones con Huawei para que la compañía china se declarara culpable de fraude bancario a cambio de un acuerdo de enjuiciamiento diferido contra el gigante de las telecomunicaciones chino que permitiría a Meng regresar a China.
(Con información de AFP y EFE)
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