La labor de los guardabosques de la isla española de La Palma fue clave para ayudar a los residentes a evacuar a medida que la lava se acercaba a sus hogares tras la erupción del volcán Cumbre Vieja.
En algunos casos, como el rescate de dos mujeres documentado por un video de la agencia AFP, los rescatistas tuvieron apenas “entre 15 y 20 minutos” para ayudar a los habitantes a dejar sus hogares y salvar mayor cantidad de pertenencias posible.
Es que la gran pared de lava fundida sigue arrastrándose por las laderas de la isla española, una de las siete islas que componen el archipiélago de las Islas Canarias frente a la costa de Marruecos.
La lava ya destruyó a 350 edificios, mientras los angustiados residentes observaban el flujo que avanzaba lentamente hacia el mar.
El programa de observación Copernicus de la UE dijo que la lava ahora cubría más de 166 hectáreas y ha destruido 350 inmuebles, el doble de la cifra que había dado 24 horas antes.
Los expertos esperan que el número aumente a medida que la masa de movimiento lento se desliza hacia la costa occidental de la isla, cuando es probable que su interacción con el mar provoque explosiones y desencadene emisiones de gases tóxicos.
Hasta el momento, han sido evacuadas 6.100 personas, entre ellas 400 turistas que fueron trasladados a la vecina isla de Tenerife, informó el gobierno regional de Canarias.
Aunque no ha habido víctimas, los daños a la tierra y la propiedad han sido enormes, y el jefe regional de Canarias, Ángel Víctor Torres, estima que las cifras superan los 400 millones de euros (470 millones de dólares).
En un intento desesperado por desviar el flujo, también se pudo ver a los bomberos usando maquinaria pesada para cavar un canal hacia un barranco cercano mientras la lava avanzaba brillando en el fondo.
“Por intentarlo que no quede”, tuitearon junto con un video de la excavadora trabajando duro.
“Batalla de titanes”
Los expertos que trabajan en el plan de emergencia volcánica de Pevolca dicen que hay dos flujos de lava: uno al norte y otro más al sur, que apenas se mueve.
David Calvo, experto del instituto de vulcanología Involcan, dijo que la lava se había “ralentizado mucho porque está llegando a una zona muy plana pero va ganando altura. Hay zonas en las que ya tiene 15 metros de espesor”.
Si la lava, que tiene una temperatura de 1.100 grados Celsius, continúa moviéndose al mismo ritmo, llegará al mar posiblemente entre el jueves y el viernes.
Y cuando llegue allí, habrá “una gran batalla de titanes entre el agua y la lava”, dijo.
“Con esas temperaturas contrastantes, provoca explosiones masivas y una fragmentación de la lava que se dispara como misiles”.
Fragmentos explosivos y gases tóxicos
Expertos de Involcan presenciaron el mismo fenómeno en 2018 en el volcán Kilauea en Hawai donde 16 personas resultaron heridas por la explosión de fragmentos y una persona “casi pierde una pierna”, dijo.
Cuando la lava llegue a la orilla, también enviará al aire nubes de gas tóxico y ácido, generado por la interacción con el agua de mar, que puede ser peligroso inhalar, dicen los expertos.
El volcán también emitía unas 10.000 toneladas de dióxido de azufre (SO2) por día, lo que mostraba “el ritmo, la intensidad de la erupción no va a disminuir”, dijo Calvo.
Involcan cree que la erupción de La Cumbre Vieja podría durar “entre 24 y 84 días”.
Este jueves, la Agencia Estatal de Meteorología española (Aemet) ve “muy poco probable” que en las próximas horas, al menos este jueves y viernes, vaya a caer lluvia ácida en algunos puntos de las islas más montañosas del archipiélago canario, y descarta esa posibilidad en la Península y Baleares.
En cuanto a las emisiones de gases, la previsión es que este jueves y el viernes se dirijan en dirección sur, alcanzando en superficie zonas de las islas de La Gomera, El Hierro y Tenerife, aunque las mayores concentraciones de dióxido de azufre se darán en La Palma a altitudes superiores a donde habitualmente hay población.
A unos 1.500 metros, las emisiones se podrían dispersar entre hoy jueves y el viernes al resto de las islas del archipiélago, aunque “a concentraciones muy inferiores” al entorno del foco eruptivo.
Por el momento, a nivel de superficie, la calidad del aire no se ha visto alterada por el volcán, y el modelo de emisión de contaminantes no observa una “llegada significativa” de gases.
La erupción en esta isla de unas 85.000 personas, la primera en 50 años, puede haber causado enormes daños en una vasta área, pero hasta ahora nadie ha resultado herido.
Las autoridades locales también instaron a la población a evitar el contacto con la ceniza volcánica, advirtiendo que podría causar daños en el tracto respiratorio y los ojos, así como irritación de la piel.
“Lidiar con esta crisis no terminará cuando la lava llegue al mar”, dijo el martes el primer ministro español Pedro Sánchez.
“Terminará cuando logremos reconstruir todo lo que el volcán ha destruido y destruirá”.
(Con información de AFP y EFE)
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