En la primera jornada de la Asamblea de la ONU, el foco estuvo puesto en el coronavirus, la crisis climática y las tensiones entre EEUU y China

Más de 100 mandatarios darán su discurso desde Nueva York por primera vez en dos años. Los más esperados fueron los del presidente estadounidense Joe Biden y el del mandatario chino Xi Jinping

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El presidente de China, Xi
El presidente de China, Xi Jinping, habló en video durante la Asamblea General de la ONU (Foto: EFE)

Los líderes mundiales regresaron desde este martes a la sede de Naciones Unidas por primera vez en dos años con una enorme agenda de crisis en aumento para abordar, incluyendo la pandemia del coronavirus y el imparable calentamiento del planeta.

Otros asuntos acuciantes son las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, el incierto futuro de Afganistán con el nuevo liderazgo de los talibanes y los conflictos activos en Yemen, Siria y en la región etíope de Tigray.

Estos fueron los discursos más importantes durante la primera jornada fueron:

EL REGRESO A NUEVA YORK

El año pasado, ningún líder viajó a la sede de la ONU por el azote del coronavirus en todo el mundo y todos los discursos fueron grabados con antelación. Este año, la Asamblea General ofreció a los mandatarios la opción de viajar a Nueva York o intervenir online, y más de 100 jefes de Estado y de Gobierno han confirmado que estarán en el salón.

El secretario general de la ONU, António Guterres, que inauguró el evento de una semana, “no escatimará esfuerzos al expresar su preocupación por el estado del mundo y mostrará una visión para salvar las numerosas divisiones que se interponen en el camino del progreso”, dijo Stephane Dujarric, vocero de la institución previo al inicio del evento.

Por tradición, la primera nación en intervenir fue Brasil, cuyo presidente, Jair Bolsonaro, no está vacunado contra el coronavirus. El pasado jueves reiteró que no tiene previsto hacerlo pronto y se justificó alegando que pasó el COVID-19 y que tiene un elevado nivel de anticuerpos.

Un asunto clave en vísperas de la Asamblea fueron los requisitos de entrada a Estados Unidos —y a la propia sede de la institución— para los líderes mundiales. Estados Unidos exige estar vacunado o presentar un test negativo al COVID-19 reciente, y la ONU opera con un sistema de honor por el que cualquiera que entre al complejo certifica no tener síntomas y que no arrojó positivo en los últimos 10 días.

Los discursos más esperados del martes por la mañana eran los del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien se estrenó en la reunión tras derrotar a Donald Trump en las elecciones de noviembre; el del presidente de China, Xi Jinping, quien en un sorpresiva decisión apareció a través de un video, y el recién elegido presidente de Irán, el conservador Ebrahim Raisi.

Biden se reunió en la
Biden se reunió en la víspera con Guterres y le reiteró que “Estados Unidos ha vuelto” a la ONU tras los años de Trump (REUTERS/Kevin Lamarque)

Antes del inicio del Debate General anual de la Asamblea, Guterres lanzó una dura advertencia de que el mundo podría caer en una nueva, y probablemente más peligrosa, Guerra Fría si Estados Unidos y China no reparan su relación “totalmente disfuncional”.

El jefe de la ONU dijo en una entrevista con The Associated Press este fin de semana que Washington y Beijing deberían cooperar en la crisis climática y negociar en comercio y tecnología, pero “desafortunadamente, hoy solo tenemos confrontación”, incluyendo en cuestiones de derechos humanos y geoestratégicas, principalmente en el Mar de la China Meridional.

En ese sentido Biden, quien se reunió el lunes con Gueteres, se mostró abierto a recoger el llamado del secretario general y afirmó que Estados Unidos comparte y tiene un “fuerte compromiso” con los “valores y principios” de Naciones Unidas.

Entre los líderes que intervendrán de forma presencial en la reunión, que termina el 27 de septiembre, están el rey Abdullah II de Jordania; el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, los primeros ministros de Japón, India y Gran Bretaña; el nuevo primero ministro de Israel, Naftali Bennett, y el presidente palestino, Mahmud Abás.

(Con información de AP y AFP)

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