La lava del volcán Cumbre Vieja que entró el domingo en erupción en la isla española de La Palma, en el archipiélago turístico de Canarias, destruyó numerosas casas, informaron este lunes las autoridades.
La erupción, la primera que se registra en esta isla en 50 años, provocó la evacuación de casi 5.000 personas.
“Las casas destruidas (...) son muy numerosas”, indicó a la AFP un portavoz del gobierno regional de Canarias, precisando que “no hay cifra fija todavía”.
En declaraciones a la televisión pública, el alcalde de El Paso, una de las poblaciones evacuadas por las autoridades, indicó que “una veintena de casas al menos estaban totalmente destruidas” en su localidad.
“En su paso la lava no ha dejado absolutamente nada”, describió Sergio Rodríguez, subrayando que los vecinos “tienen mucha incertidumbre”. “No volverán antes de mucho tiempo, seguramente”, valoró sobre el posible regreso a sus casas.
Los medios españoles cifraban en un centenar las viviendas afectadas por el material expulsado por el Cumbre Vieja.
La erupción del volcán arrancó el domingo poco después de las 15:00 locales (14:00 GMT), provocando la evacuación de unas 5.000 personas.
El gobierno regional de Canarias precisó el lunes por la mañana en Twitter que no preveía nuevas erupciones por el momento, ya que las coladas de lava se dirigen ahora “hacia el mar”.
Según el presidente canario, Ángel Víctor Torres, el volcán Cumbre Vieja tendría entre 17 y 20 millones de metros cúbicos de lava. Por ello, la erupción continuará, alertó en un video publicado en Twitter.
“Según el comité técnico, todo parece indicar que no va a haber nuevos puntos de erupción”, añadió Torres, quien reiteró que la “seguridad” de los habitantes estaba “garantizada”.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, aplazó el viaje a Nueva York que tenía previsto este domingo para desplazarse hasta La Palma, donde se encuentra desde la noche para seguir la evolución de las operaciones.
El volcán Cumbre Vieja estaba bajo fuerte vigilancia desde hace una semana, debido a un fuerte repunte de su actividad sísmica. La última erupción en la isla de La Palma fue hace 50 años, en 1971.
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