Más de 5.000 personas han sido evacuadas, centenares de ellas turistas, por la erupción este domingo de un volcán de la isla española de La Palma, uno de los complejos volcánicos más activos del archipiélago atlántico de Canarias, después de una semana en la que se acumularon miles de seísmos en la zona.
La erupción volcánica, que comenzó en el municipio de El Paso, no ha ocasionado víctimas personales, pero sí daños en al menos ocho viviendas, según el presidente del Cabildo, Mariano Hernández Zapata, quien no obstante reconoció que preocupa el avance de las coladas de lava hacia las zonas de costa, por los daños materiales que pueda generar.
Por su parte, el presidente de Canarias, Angel Victor Torres, explicó que, en este momento, no está previsto realizar más evacuaciones que las que ya se han llevado a cabo, que han afectado a unas 5.000 personas, la mayoría de ellas alojadas en segundas residencias.
Unas horas antes de la erupción, las autoridades habían comenzado a evacuar a los vecinos con problemas de movilidad en los municipios, cinco en total, situados en las áreas de mayor cercanía al área volcánica.
La erupción tiene dos fisuras, separadas unos 200 metros, y ocho bocas por las que emerge la lava, ha explicado el director técnico del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico de Canarias, Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.
La lava ya ha entrado en el municipio de Los LLanos de Aridane al atravesar la carretera LP2, dijo Morcuende, que especificó que, según las simulaciones realizadas por el Instituto Geográfico Nacional, la lava se dirige hacia los núcleos de La Bombilla y Puerto Naos, en la costa.
El nuevo volcán que surgirá de la erupción podría contener entre 17 y 20 millones de metros cúbicos de magma, según ha concretado el presidente canario.
Esa cantidad supera con amplitud los 11 millones de metros cúbicos estimados inicialmente por los técnicos, pero supone menos de la mitad de la lava que vertió el Teneguía en 1971: 43 millones de metros cúbicos.
Torres ha dado por hecho que el volcán “va a seguir erupcionando”, aunque “todo hace prever” que no habrá nuevos puntos de erupción, quizá “alguna fisura” más.
Los técnicos analizan la evolución de la erupción y los datos recabados para hacer predicciones de hacia dónde podría avanzar el magma, aunque todavía no se puede determinar el tiempo que durará la actividad volcánica.
De ello dependen las próximas evacuaciones, si resultaran necesarias, indicó en declaraciones a la televisión canaria el presidente del Cabildo de Las Palmas, Mariano Hernández Zapata.
“Esperemos que la lava respete, que sea benevolente y se dirija a la costa, provocando la menor afección posible”, deseó el responsable insular, que hizo un llamado a la “la responsabilidad y el sentido común” para que no se visite la zona de la erupción para no entorpecer las labores de desalojo.
Además, se ha recomendado como medida preventiva evitar los vuelos con destino a la isla, según informaron a la agencia EFE fuentes del gestor de aeropuertos españoles, aunque no está cerrado el tráfico aéreo.
Hasta La Palma se ha desplazado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien ha pospuesto su viaje a Estados Unidos para asistir a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, según confirmó en sus redes sociales: “Me dirijo en estos momentos hacia Canarias, ante la evolución sísmica, para conocer de primera mano la situación en La Palma, la coordinación del dispositivo y los protocolos activados”.
Poco antes, en esa misma red social, había anunciado que todas las administraciones del país está preparadas para actuar de forma coordinada ante la inminente erupción del volcán.
El Instituto Geográfico Nacional y el Instituto Volcanológico de Canarias venían registrando desde el 11 de septiembre una importante acumulación de miles de pequeños terremotos en el entorno de la Cumbre Vieja, con focos que comenzaron a más 20 kilómetros de profundidad, pero que fueron ascendiendo progresivamente hasta la superficie.
Desde comienzos de la semana, la isla se encontraba en semáforo amarillo por riesgo volcánico en esa zona (nivel 2 de 4).
El semáforo volcánico, como sistema de alerta a la población, está basado en cuatro niveles en función del riesgo: verde, amarillo, naranja y rojo. El amarillo indica la posibilidad de que el volcán pueda afectar a la población.
Desde que hay registros históricos -desde la conquista de Canarias en el siglo XV-, La Palma ha sido escenario de siete de las 16 erupciones volcánicas que ha vivido el archipiélago.
La Cumbre Vieja es uno de los complejos volcánicos más activos de Canarias. En ella se han producido dos de las tres últimas erupciones registradas en las islas, el volcán San Juan, en 1949, y el Teneguía, en 1971.
La erupción de hoy se produjo 50 años después de la última, que tuvo lugar del 26 de octubre al 18 de noviembre de 1971, y que provocó una víctima por inhalación de gases.
La primera erupción volcánica en La Palma se remonta a una fecha sin concretar entre 1430-1440, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), y ocurrió en el volcán Tacande o Montaña Quemada de la isla.
La Palma, como el resto de Canarias, es una isla de origen volcánico. Con una edad geológica estimada en dos millones de años, y es una de las más jóvenes del archipiélago.
Con información de EFE
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