Armenia presentó el jueves un recurso contra Azerbaiyán ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acusándolo de discriminación racial, durante el reciente conflicto entre ambos países inclusive, anunció el tribunal.
Azerbaiyán respondió que lanzará sus propios procedimientos legales contra Armenia por “treinta años de abusos de derechos humanos contra los azerbaiyanos durante la ocupación” de Nagorno-Karabaj, enclave en disputa y objeto de la última guerra.
Armenia afirma que “durante décadas, Azerbaiyán ha sometido a los armenios a la discriminación racial” y que “como resultado de esta política estatal de odio contra los armenios, estos son víctimas de discriminación generalizada, masacres, torturas y otros abusos”, según el comunicado de la CIJ.
Además, argumenta que “estas prácticas volvieron a ponerse de manifiesto en septiembre de 2020, tras la agresión de Azerbaiyán” y que “durante este conflicto armado, Azerbaiyán cometió graves violaciones de la ICERD”, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.
Ereván alega que “incluso después del fin de las hostilidades”, tras el alto el fuego que entró en vigor el 10 de noviembre de 2020, “Azerbaiyán siguió asesinando, torturando y maltratando a los prisioneros de guerra armenios, a los rehenes y a otros detenidos”, según el texto de la CIJ.
“Dado que todos los esfuerzos de buena fe para poner fin a las violaciones de la ICERD por parte de Azerbaiyán han fracasado”, Armenia solicita al Tribunal “que haga responsable a Azerbaiyán de sus violaciones de la ICERD, con el fin de prevenir futuros daños y reparar los ya causados”.
Por su parte, el viceministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, Elnur Mammadov, anunció que “en los próximos días” harán “responder a Armenia por violaciones” de esta convención.
El ministerio aseguró que “han estado cuidadosamente documentando y acumulando pruebas de abusos de derechos humanos” de Armenia para su propia acción legal.
Estos dos países del Cáucaso libraron una breve guerra, en la que murieron 6.000 personas, a finales de 2020 por el enclave de Nagorno-Karabaj, que ya había sido objeto de un sangriento conflicto en la década de 1990.
El territorio, en disputa entre armenios y azerbaiyanos desde 1988, es reconocido internacionalmente como Azerbaiyán, aunque estaba poblado por armenios étnicos. Azerbaiyán se impuso en el conflicto y recuperó siete distritos adyacentes a Nagorno Karabaj que permanecían ocupados por Armenia desde hace casi 30 años.
Además, Azerbaiyán se hizo con el control de parte del Karabaj, incluida Shusha, su segunda ciudad más importante, situada a solo 11 kilómetros de la capital, Stepanakert, que permanece bajo control de los armenios.
Las hostilidades del año pasado se saldaron con la derrota de Armenia, que se vio obligada a ceder varias regiones formando una zona alrededor del enclave separatista.
A pesar de la firma de un alto el fuego y el despliegue de fuerzas de paz rusas, las tensiones siguen siendo elevadas entre las dos exrepúblicas soviéticas.
La CIJ es el máximo órgano judicial de Naciones Unidas y resuelve los litigios entre Estados. Sus decisiones son definitivas, pero no tiene más medios que la diplomacia para hacerlas cumplir.
(Con información de AFP y EFE)
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