Annamaria Tribuna, piloto de la Fuerza Aérea italiana, se vio obligada a realizar una maniobra de defensa cuando despegaba del aeropuerto de Kabul con más de 100 pasajeros, que en su mayoría eran refugiados afganos. Al mismo tiempo que el avión Lockheed Martin C-130J Super Hercules que piloteaba Tribuna se despegaba del suelo, los talibanes que se encontraban en las inmediaciones del aeropuerto comenzaron a disparar sus ametralladoras en un intento por dispersar a las multitudes que se amontonaban cerca de las entradas.
Si bien los disparos no iban dirigidos específicamente a la aeronave, la piloto tuvo que maniobrar para evitar que los proyectiles impactaran contra la nave y pusieran en peligro su capacidad de vuelo o la vida de los pasajeros.
El periodista de La Repubblica Giuliano Foschini, que era uno de los pasajeros a bordo, relato como fue la secuencia: “La joven oficial dio la alarma y de inmediato procedió a una maniobra evasiva con el lanzamiento de bengalas, pequeños cohetes con un alto contenido de magnesio que se utilizan para confundir la puntería y la dirección de los proyectiles o misiles antiaéreos. Fueron momentos de angustia porque todos los que estábamos dentro del C-130 fuimos sacudidos por la maniobra evasiva del avión, con una rápida pérdida y recuperación de altitud. Le debemos la vida a la piloto de la Fuerza Aérea, yo y mis compañeros de viaje”.
El avión logró sobrevolar el peligroso terreno sin ser alcanzado por ninguna bala y pudo aterrizar horas después en el aeropuerto de Kuwait tal como estaba previsto.
Luego de lo acontecido, la Fuerza Aérea italiana emitió un comunicado al respecto: “El jefe de tripulación de la aeronave, tal como lo requieren los procedimientos operativos, en la observación de armas de fuego provenientes de tierra y dirigidas hacia arriba, visibles como trazadoras, inmediatamente implementó una maniobra evasiva para proteger la aeronave y los pasajeros y evitar que la aeronave cruzara el espacio aéreo donde se observaron los impactos del trazador continuando con la ruta original”.
Annamaria cuenta con una carrera militar de 17 años, es piloto de combate y tiene ya más de 2000 horas de vuelo. A lo largo de esas casi dos décadas protagonizó otros hechos significativos que evidencian sus aptitudes al mando de aeronaves de combate. Por ejemplo, en 2019 se convirtió en la primera mujer en aterrizar un avión sobre el hielo durante una expedición a la Antártida. Esta se hizo en el marco de abastecer una base de ciencia italiana ubicada en el continente helado.
También participó de misiones en África en las que, según relata el diario ABC, se siente especialmente feliz de poder ayudar a niños y personas menos pudientes. “A veces aterrizamos en un aeropuerto remoto en África y emociona ver la sonrisa de los niños, que simplemente estaban felices porque les habíamos dado una botella de agua; son emociones muy especiales”, cuenta el diario español.
Por otro lado, también se detiene en las situaciones menos alegres que le tocó experimentar. Tal es el caso de su paso por los Emiratos Árabes y su contacto con mujeres que viven una realidad completamente distinta a la suya: “Hay mucha admiración y curiosidad porque comprueban que disfrutamos de un grado de emancipación que en algunos países no existe. Por el papel que desempeñamos, probablemente nos convertimos en un modelo a seguir”.
En el último mes, desde la caída de Kabul a manos de los talibanes, participó en decenas de vuelos de evacuación en los que logró sacar del país a alrededor de 5000 afganos, según diferentes medios internacionales.
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