Las autoridades australianas extendieron este martes el confinamiento de su capital, Canberra, hasta el 15 de octubre para frenar la transmisión del COVID-19, mientras mantienen las órdenes de permanecer en casa en Sídney y Melbourne, donde reside casi la mitad de la población del país.
“Aún estamos registrando casos en los que la fuente de transmisión es desconocida”, dijo el jefe de gobierno del Territorio de la Capital Australiana, Andrew Barr, en una rueda de prensa al justificar la medida.
La extensión del confinamiento, que comenzó a mediados de agosto sobre sus 425.000 habitantes, se da cuando esta jurisdicción registró este martes 22 nuevas infecciones y mientras esta semana espera alcanzar el 50% de vacunación entre la población mayor de 12 años.
Australia, donde las diferentes regiones debaten entre la estrategia de supresión del virus y la reapertura progresiva con altas tasas de vacunación, pretende comenzar la etapa de desconfinamiento una vez se alcance el 70% de la población vacunada con la pauta completa.
El país también mantiene órdenes de aislamiento sobre Sídney, desde el 26 de junio, y Melbourne, desde principios de agosto, entre otras zonas rurales.
En Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, se reportaron este martes 1.127 infecciones locales y dos fallecidos, mientras que en el vecino estado de Victoria, cuya capital es Melbourne, se notificaron 445 casos y dos muertos.
Desde el inicio de la pandemia, Australia acumula casi 77.000 casos de COVID-19 y más de 1.100 fallecidos y ha administrado la pauta completa de la vacuna a más de un 40% de su población.
(Con información de EFE)
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