El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, inauguró este lunes la conferencia internacional sobre la situación humanitaria en Afganistán advirtiendo que ese país afronta sus “horas más peligrosas” y necesita más ayuda internacional para superarlas.
“Es el momento de que la comunidad internacional esté con ellos”, subrayó Guterres, quien matizó que incluso antes de que el poder en Afganistán fuera recuperado por los talibanes el país ya experimentaba “una de las peores crisis humanitarias globales”.
La conferencia busca recaudar de la comunidad internacional 606 millones de dólares, en un momento en el que, recordó Guterres, uno de cada tres afganos “no sabe cuándo será su próxima comida” y cientos de miles de personas han tenido que abandonar sus hogares.
La conferencia concluyó con compromisos superiores a los 1.000 millones de dólares, lo que para Guterres cubre “por completo” las expectativas previas con las que se había convocado este foro. La Unión Europea ya había elevado antes de la cita a 200 millones de euros la ayuda humanitaria para Afganistán en 2021, mientras que el Gobierno de España ha anunciado una contribución de 20 millones. Estados Unidos prometió casi 64 millones, mientras que Noruega se comprometió con 11,5 millones de dólares más.
El máximo responsable de la ONU señaló que al perenne conflicto en ese país se suma en los últimos meses una grave sequía, la segunda que vive el país en el último lustro, que amenaza con arruinar las cosechas y dejar sin alimentos a millones de afganos ya a finales de mes, con el duro invierno a la vista.
Guterres aclaró que el régimen de facto talibán, aún sin reconocimiento internacional, “ha prometido cooperar para garantizar que se asista al pueblo de Afganistán” y en este sentido pidió que los trabajadores de la ONU y agencias relacionadas puedan seguir trabajando con seguridad en el país “sin acoso ni intimidación”.
“Es imposible prestar ayuda humanitaria en Afganistán sin hablar con las autoridades de facto del país. Creo que es muy importante discutir con los talibanes en este momento”, dijo Guterres en una conferencia de prensa al margen de una reunión ministerial en Ginebra que permitirá recaudar más de 600 millones de dólares en ayuda para las organizaciones humanitarias del país.
El secretario general de la ONU también recordó que las mujeres y niñas de Afganistán “quieren asegurarse de que sus avances no se pierdan, no se les cierren las puertas y no se apaguen sus esperanzas”, con el fin de conservar la “nueva generación de empresarias y mujeres líderes que ha florecido en las últimas dos décadas”.
Guterres anunció que la ONU liberaría 20 millones de dólares de su Fondo Central de Respuesta a Emergencias para apoyar la operación humanitaria en Afganistán. Pero subrayó que se necesita más dinero, y rápidamente.
Varios jefes de agencias de la ONU y de otros organismos de ayuda se hicieron eco de este sentimiento. “Podríamos tener una migración masiva, desestabilización en la región y, con toda seguridad, hambruna entre millones de afganos”, advirtió David Beasley, jefe del Programa Mundial de Alimentos, instando a los países a “por favor, dar un paso adelante, dar un paso ahora para que podamos hacer nuestro trabajo”.
Filippo Grandi, director de la Agencia de la ONU para los Refugiados, se dirigió a la conferencia a través de un enlace de vídeo desde Kabul, e instó a los donantes a proporcionar una financiación flexible que permita hacer frente a una crisis de desplazamiento que cambia rápidamente en el país.
Y el jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, recién llegado de Afganistán, dijo que “la magnitud de la necesidad es evidente”, y advirtió que “el riesgo de desestabilizar toda la región es real”.
El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, que también visitó Kabul la semana pasada, dijo en la conferencia del lunes que los talibanes se habían comprometido por escrito a proteger a los trabajadores humanitarios, y también a respetar los derechos de las mujeres y las minorías, dentro de los límites de la religión.
Pero sobre el terreno, han actuado con rapidez para aplastar la disidencia y hay signos preocupantes en lo que respecta a los derechos de las mujeres. “En contradicción con las garantías de que los talibanes defenderían los derechos de las mujeres, en las últimas tres semanas las mujeres han sido progresivamente excluidas de la esfera pública”, declaró el lunes la jefa de derechos de la ONU, Michelle Bachelet, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. También denunció las “acusaciones creíbles” de asesinatos en represalia de antiguos miembros de las fuerzas de seguridad, y el “aumento de la violencia contra manifestantes y periodistas”.
(Con información de EFE y AFP)
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