El papa Francisco viaja este domingo a Budapest, donde sólo permanecerá unas horas para clausurar el congreso eucarístico y después se trasladará a Eslovaquia, donde le espera, hasta el 15 septiembre, un intenso programa en su primer viaje tras su operación de colon el pasado julio.
El papa explicó en una reciente entrevista con la radio española COPE que se le extirparon 33 centímetros de intestino y que aún estaba tomando medicación, pero que se encontraba muy bien; e incluso bromeó explicando que aunque intentaría que el viaje no sea muy agotador, “al final será como todos”.
Y así será. El viaje número 34 del papa, con el que habrá visitado ya 54 países, comenzará en Budapest, donde pasará sólo siete horas, y después se trasladará a Bratislava, por lo que Francisco -que saldrá de Roma a las 6.00 horas locales (04.00 GMT)- tendrá una jornada intensa de casi 13 horas sin descanso, una de las más largas de todos sus viajes internacionales.
Preguntado sobre las medidas sanitarias previstas durante el viaje, debido a la reciente operación, el portavoz vaticano, Matteo Bruni respondió: “No hay medidas particulares: la precaución habitual. Como siempre, hay un médico y un enfermero a bordo”.
“Visita espiritual” a Budapest y reunión con Orban
Como ha matizado el Vaticano, no se trata de un viaje a Hungría sino de una “visita espiritual” con motivo de la clausura del Congreso Eucarístico Internacional, que se ha celebrado en la capital húngara.
Una circunstancia que ha puesto de manifiesto las divergencias entre el papa y el Gobierno del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, sobre todo respecto a la acogida de la inmigración. Por ello no habrá discurso a las autoridades, pero sí se producirá el primer encuentro entre Francisco y el mandatario húngaro que ha despertado gran interés.
Antes de la celebración de la misa en la Plaza de los Héroes, donde se esperan cerca de 100.000 personas sin ningún tipo de medidas sanitarias ante la pandemia, Francisco se encontrará en el Museo de Bellas Artes con Orbán y el presidente húngaro, János Áder. También estará presente el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.
El único discurso previsto en Budapest, excluyendo la homilía de la misa, lo pronunciará poco más tarde durante el encuentro con los representantes del consejo ecuménico de las Iglesias y de algunas comunidades judías de Hungría.
Eslovaquia, recordando el comunismo y la invasión nazi
Tras pasar siete horas en Hungría, se trasladará al aeropuerto para partir hacia Bratislava inmediatamente y comenzar la agenda oficial de la que sí es una visita al país.
El lunes, se producirá la ceremonia oficial de bienvenida en el palacio Presidencial y la visita de cortesía a la presidenta, Zuzana Caputova, una abogada ecologista de 48 años, la primera mujer que accede a la jefatura del Estado en este país de 5,5 millones de habitantes en el que el 62% se declara católico, y que comparte con el papa su compromiso por la defensa del medio ambiente.
Francisco se trasladará luego a la catedral de San Martín, donde recordará el sufrimiento de los católicos durante el régimen comunista cuando “obispos, sacerdotes, monjas, laicos fueron encarcelados, torturados, martirizados y los sacerdotes eran ordenados en secreto en las fábricas donde trabajaban”, avanzó Bruni.
También en Bratislava visitará el “Centro Belén” gestionado por las Misioneras de la Caridad que acogen a los sin techos y más vulnerables del país y se encontrará con la comunidad judía en la plaza Rybné námestie, en el lugar donde antiguamente se levantaba la sinagoga de Neolog.
“Igualmente importante en esta visita papal será el encuentro con las comunidades judías, herederas también de una larga historia de sufrimiento agravada por las deportaciones tras la ocupación nazi, que redujeron a 20.000 personas una comunidad que antes contaba con 246.000”, destacó el portavoz.
El martes, el pontífice viajará Kosice, la segunda ciudad más grande del país, donde celebrará la Divina liturgia bizantina y por la tarde visitará el barrio de Luník IX, en la periferia de la ciudad, donde viven más de 4.000 romaníes en total estado de precariedad, en el que se conoce como el mayor gueto gitano de Europa.
En el estadio Lokomotiva de Kosice saludará a todos los jóvenes católicos de Eslovaquia y en el último día del viaje se trasladará a Sastin para un momento de oración en el santuario dedicado a la Señora de los Siete Dolores.
Hasta ahora el registro de los participantes para todos estos eventos estaba siendo bajo, lo que según algunos medios del país atribuían a un catolicismo conservador que no se siente atraído por la figura del papa Francisco, pero también ha pesado que solo las personas vacunadas pudieran acceder a los eventos cuando sólo el 49,5% de los adultos están completamente inmunizados.
Por ello hace unos días se decidió revocar esta decisión y se podrá acceder también con una prueba negativa o el certificado de haber contraído COVID-19.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: