Varios periodistas fueron detenidos este miércoles en el acto de protesta convocado por la prensa rusa contra la ley sobre “agentes extranjeros” promovida por Vladimir Putin, que ha sido condenada por los medios independientes y Occidente por restringir la libertad de prensa.
“No hay agentes extranjeros, hay periodistas”, era el lema de la protesta, que se celebró frente a la sede del ministerio de Justicia ruso.
Los reporteros, que portaban pancartas, fueron detenidos y trasladados a una comisaría pese a que guardaban la distancia reglamentaria de 50 metros. Entre ellos se encuentran Irina Dolinina, Alesya Marokhovskaya y Polina Uzhvak, del medio noticioso Vazhniye Istorii.
“El hecho de que se nos está calificando como ‘agentes extranjeros’ es meramente una prohibición del trabajo periodístico honesto, nada más”, dijo Dolinina, de acuerdo con el canal “Dozhd”. Ella y Marokhovskaya han sido designadas también “agentes extranjeras”.
Casi medio centenar de medios se sumaron a la protesta, entre los que figuran el periódico opositor “Nóvaya Gazeta”, el diario digital “Meduza” y el canal “Dozhd”.
En total, 47 medios y periodistas han sido incluidos en la lista de “agentes extranjeros”, lo que les obliga a etiquetar todas sus noticias con esa nueva condición legal.
Recientemente, un grupo de 23 redactores y directores de medios de comunicación rusos remitieron una carta al Kremlin y al Ministerio de Justicia con la demanda de revisar a fondo dicha ley.
La ley, promulgada el 30 de diciembre de 2020 por el presidente Putin, permite declarar “agente extranjero” a personas físicas que se dediquen a actividades políticas en interés de otros países y reciban financiación desde el exterior, en algún caso incluidos periodistas.
Los firmantes de la carta exigieron, entre otros cambios, la obligatoriedad de que la inclusión en la lista de agentes extranjeros se decida en los tribunales y existan mecanismos de advertencia que permitan a los medios de prensa eludir el otorgamiento del estatus.
El Kremlin prometió estudiar la propuesta, aunque Putin mantiene que la ley rusa es “mucho más suave” que la versión estadounidense.
Los autores de la ley, diputados del partido del Kremlin, Rusia Unida, sostienen que limita la injerencia extranjera en los asuntos internos del país.
Sin embargo, Occidente considera que esta ley, junto a otras, como las leyes sobre “organizaciones extremistas” y “organizaciones indeseables”, refuerza “el ataque sistemático contra la democracia, los derechos humanos y las libertades” en Rusia, especialmente de cara a las elecciones legislativas del 19 de septiembre.
Entre los catalogados con esa etiqueta figuran “Meduza”, “Dozhd” o “The Insider”, conocido este último por sus trabajos junto al portal de investigación Bellingcat sobre el envenenamiento del líder opositor ruso Alexei Navalny, que cumple ahora dos años y medio de cárcel.
La prensa independiente, los opositores y los activistas de derechos humanos en Rusia han enfrentado una creciente presión de cara a las elecciones parlamentarias, que son consideradas una parte clave de los esfuerzos de Putin para cimentar su gobierno antes de los comicios presidenciales de 2024.
El mandatario ruso, que ha estado en el poder por más de dos décadas, implementó una serie de cambios a la Constitución que pudieran permitirle seguir al mando hasta 2036.
En meses recientes, el gobierno ha designado a varios medios noticiosos independientes y periodistas como ‘agentes extranjeros’ y allanado las viviendas de varios reporteros prominentes. Un medio que publicó reportajes sobre corrupción y abusos de altos funcionarios y magnates cercanos a Putin fue tachado de organización “indeseable”.
(Con información de EFE y AP)
Seguir leyendo: