El régimen de Xi Jinping probablemente aprovechará las redes e infraestructuras de Huawei para obtener ventajas geopolíticas, de la misma forma que otras grandes potencias han utilizado en el pasado su posición dominante en el sector de las telecomunicaciones, advirtió un reciente informe que analiza desde una perspectiva histórica las ambiciones de China en este campo estratégico.
“Desde esa perspectiva histórica más amplia, la evidencia puede llevar a concluir que se necesita prudencia sobre el papel de Huawei en las redes de telecomunicaciones, aunque los motivos de la empresa sean estrictamente comerciales, sus promesas de “sin espionaje” sean creíbles y Beijing sea sincero en su intención de respetar dicho compromiso”, advierte el informe, publicado en marzo por Brookings Institution, una prestigiosa usina de pensamiento estadounidense.
El trabajo de los especialistas Rush Doshi y Kevin McGuiness, titulado “Huawei se encuentra con la historia: grandes potencias y riesgo de telecomunicaciones, 1840-2021”, evalúa los elementos que se han repetido a lo largo de los últimos 180 años y asegura que “muchas de las características del juego de las grandes potencias por las telecomunicaciones se mantienen iguales, aunque los jugadores sean diferentes”. Además, remarcan sorprendidos que los Estados Unidos no tengan una verdadera y potente red que tengan para ofrecer.
En lo que respecta a China, los autores subrayan que en los últimos años ha realizado masivas inversiones “en las redes 5G, que se espera que formen la base de una economía más inteligente y conectada, que conecte un sinnúmero de dispositivos y sensores”.
“Ansiosa por crear estas redes en todo el mundo, China ha subsidiado sus proyectos de 5G en todo el mundo como parte de una iniciativa de Ruta de la Seda Digital. Gracias a sus precios competitivos, empresas como Huawei pudieron superar a otros proveedores importantes de 5G y dominar una participación considerable en el mercado global, que convierte a China en un líder en la construcción de estas redes. Y, aparte de la red 5G, el Gobierno de China ha subvencionado esfuerzos para construir infraestructura de Internet o de comunicaciones en prácticamente todo los continentes”, se lee en el documento.
Hay crecientes temores de que estas actividades abran la puerta a la posibilidad de que Beijing tenga el control de facto de estas redes, ya sea para interceptar tráfico o denegar el acceso.
Unos temores que tienen fundamento, según los especialistas del Brookings. En primer lugar, son “motivos de preocupación” el comportamiento de Huawei y el historial de China respecto de los ciberataques y el espionaje. En segundo lugar, advierten los autores, “el Gobierno chino probablemente aprovechará el tipo de poder e influencia del que goza una empresa como Huawei, de la misma forma que otras grandes potencias han aprovechado la posición de sus empresas o capacidades en telecomunicaciones”.
Los antecedentes históricos
Para desentrañar la estrategia del régimen de Xi Jinping y sus diferentes objetivos nacionales e internacionales en relación con la discusión moderna sobre Huawei, el informe repasa la evolución de las tecnologías de telecomunicaciones y su integración en la competencia entre las grandes potencias, algo que a menudo tuvo repercusiones profundas en los conflictos bélicos que surgieron a lo largo del último siglo y medio.
Entre los casos analizados por los especialistas se encuentran la Guerra Hispano-Estadounidense (1898), cuando Estados Unidos cortó los cables submarinos que permitían las comunicaciones españolas; la rivalidad anglo-alemana que condujo a la Primera Guerra Mundial, un momento en el que los británicos monopolizaban la infraestructura de diferentes tecnologías de telecomunicaciones, una ventaja que resultó fundamental en el conflicto; las victorias alemanas en la Primera Guerra Mundial contra los rusos, gracias a las primeras técnicas de desencriptación de la información; la Segunda Guerra Mundial y las actividades relacionadas con Enigma, que permitió a los británicos descifrar las comunicaciones alemanas y cambiar el curso del conflicto; y, finalmente, la operación estadounidense llamada Ivy Bells, que produjo importantes ventajas relacionadas con el espionaje para Estados Unidos y sus aliados durante la Guerra Fría.
El informe también analiza las actividades recientes de China y Rusia. Estos dos países se diferencian en su estrategia: si bien ambos utilizan la infraestructura de Internet existente para lanzar ciberataques contra sus rivales, Beijing busca también crear redes e infraestructura en la que pueda influir o que pueda, incluso, controlar.
10 lecciones que enseña la historia
En análisis de estos antecedentes históricos permitió a los autores hacer diez hallazgos clave.
1) El control sobre las redes globales de telecomunicaciones es una forma de poder político
Según el informe, el esfuerzo chino con el 5G es análogo a la búsqueda del dominio de las redes por parte de Gran Bretaña en los inicios de la telegrafía eléctrica. Esa “hegemonía de la información” británica le dio una ventaja durante seis décadas, decisiva para aislar a Alemania de todas las telecomunicaciones mundiales en la Primera Guerra Mundial. A través de Huawei y el control de las redes 5G China busca una hegemonía similar en el siglo XXI.
2) Los largos períodos de paz y prosperidad conducen a subestimar los riesgos
El deseo de apropiarse del potencial comercial de las nuevas tecnologías de comunicaciones relega a un segundo plano cuestiones relacionadas con la confianza en redes o empresas extranjeras, según el análisis de los antecedentes históricos.
Ya ocurrió durante el periodo de paz entre 1840 y la Primera Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña se benefició de la complacencia de los demás, explotó su control de las redes telegráficas, con ventajas estratégicas tanto durante el conflicto como durante la posguerra.
3) Cuando los estados se sienten conformes con la seguridad de sus telecomunicaciones, los resultados pueden ser desastrosos y reordenar la política mundial
Este fue el caso de Alemania durante la Primera Guerra Mundial. La subestimación del problema de usar la red de otro país hizo que, cuando estalló el conflicto, Gran Bretaña cortó todos los cables de telégrafo y aisló a Berlín, algo que fue fundamental para su derrota.
4) La nueva tecnología lleva siempre a nuevos esfuerzos para interceptarla
En todas las épocas, las personas piensan que un nuevo avance en las comunicaciones las haría menos vulnerables que las que precedían. Sin embargo, los precedentes históricos demuestran que aunque las nuevas tecnologías conducen a sistemas avanzados de encriptación o aumentan la barrera de entrada para que los adversarios accedan a la información o obtengan sus propias ventajas, en cada etapa de la evolución los adversarios siempre han evolucionado también su forma de interceptar y explotar esas ventajas tecnológicas.
5) Las redes de telecomunicaciones nunca han sido políticamente neutrales, especialmente en épocas de conflicto
Al igual que Huawei y China ahora, ya hace más de un siglo, las empresas de telecomunicaciones y los gobiernos de sus respectivos países prometían mantenerse separados mientras, en privado, trabajaban junto en tiempos de paz y de guerra.
Las redes de telecomunicaciones nunca han sido políticamente neutrales, advierten los especialistas. A lo largo de la historia, incluso las promesas más idealistas se hicieron trizas tan pronto como estos países se metieron en conflictos. Estados Unidos cortó los cables en la guerra hispanoamericana después de haber prometido una especie de neutralidad de su red de comunicaciones.
6) Los estados buscan a sus propios campeones de telecomunicaciones una vez que entienden los riesgos de confiar en las empresas de un competidor o adversario
Por ejemplo, a principios del siglo XX Alemania fusionó Siemens & Halske y AEG para establecer una alternativa alemana al dominio británico en la radio a través de la Compañía Marconi.
“Al igual que el Partido Comunista Chino, la República Popular China y Huawei hoy, cuando se encuentren en desventaja, los estados utilizarán todos los instrumentos a su disposición para crear este campeón de las telecomunicaciones y no dependerán de las vulnerabilidades de competidores. Introduce vulnerabilidades en su propio sistema y es un componente central de la estrategia de seguridad nacional”, dijo Kevin McGuiness, uno de los autores del trabajo, durante una conferencia en línea.
7) La lucha por los estándares de las telecomunicaciones exige reclutar aliados y socios
La competencia actual es similar a la competencia angloalemana por las redes de radio. Alemania logró romper el dominio que Gran Bretaña ejercía con la Marconi Company a través de un nuevo organismo normativo creado con la ayuda de otras potencias, incluidos Estados Unidos y Francia.
8) El cifrado tiene límites, debido a la persistencia de los adversarios o a los errores de las naciones
Los estados recurren al cifrado a medida que la interceptación se vuelve inevitable, pero en varios casos la persistencia de los adversarios ha demostrado una y otra vez que la confianza ciega está equivocada. Un ejemplo que hacen los expertos de Brookings es el de Enigma: la confianza excesiva de Alemania en su cifrado le impidió realizar actualizaciones a su sistema, lo cual le permitió a Gran Bretaña interceptar información vital que cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial.
9) Muchos estados subestiman los esfuerzos extraordinarios que puede realizar un adversario para violar la seguridad de sus redes
Un ejemplo de esto fue la operación Ivy Bells durante la Guerra Fría: los soviéticos nunca cifraron una línea telefónica submarina que creían que estaba fuera del alcance de Estados Unidos. Sin embargo, Washington encontró la forma de interceptarla, con grandes ventajas para su espionaje.
10) La seguridad de la red no solo se trata de interceptación, sino también de denegación
Un estado puede perjudicarse a sí mismo con sus estrategias de denegación de redes, pero no dudará en aplicarlas si cree que el daño para su oponente será mayor. Un ejemplo fue, otra vez, la operación sin precedentes de Gran Bretaña de cortar todos los cables alrededor del mundo que pudieran conectar a Alemania con el exterior durante la Primera Guerra Mundial.
Infografía: Marcelo Regalado
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