Un gato holandés sobrevivió milagrosamente a 52 días de encierro en una casa vacía y sin comida, sorprendiendo a los nuevos propietarios del inmueble cuando llegaron por primera vez a su nuevo hogar.
El ingenioso gato se llama Finn y todavía no está claro cómo llegó a la casa vacía, pues del antiguo propietario del inmueble y presunto dueño del felino no se sabe nada desde principios de julio.
En todo caso, para sorpresa de los nuevos dueños, cuando llegaron a la casa vieron a un Finn bastante demacrado, muy flaco y temeroso de los humanos. Afortunadamente su estado de salud no era grave y cuando fue revisado por los servicios sanitarios de animales, descubrieron que tenía en su estómago restos de papel que aparentemente había comido para sobrevivir.
De acuerdo con el jefe de protección animal holandés, Dik Nagtegaal, Fin se recuperó de una enfermedad de goteo y está “comprensiblemente reacio a pasar tiempo con la gente”.
“Debe haber habido un grifo que goteaba en algún lugar donde podía beber. Finn está molesto con todo lo que ha pasado. A su debido tiempo encontraremos un propietario adecuado”, agregó Nagtegaal.
Sin embargo, el gato ha pasado a ser toda una celebridad e incluso se abrió una campaña de crowdfunding para reunir recursos que ayuden a pagar por sus gastos médicos y su proceso de encontrar un nuevo hogar, la cual ya ha reunido miles de euros.
La campaña dobló incluso la meta inicial de recaudo que era para pagar el tratamiento contra el goteo, pero con los excedentes ahora se podrá pagar la desparasitación, las vacunas, un microchip y una operación para castrar a Finn.
La policía todavía está buscando al antiguo dueño del gato, quien podría enfrentar cargos de crueldad animal.
Es posible que el ex propietario haya dejado a Finn solo en la casa vacía, sin comida ni suministro de agua para subsistir.
Es posible que Finn también haya escapado de la casa, con el propietario ahora demasiado avergonzado para presentarse.
El gato tiene un historial de escapar del contacto, por lo que su instinto inicial cuando fue encontrado por los nuevos propietarios fue escapar de ellos.
Ahora, los empleados del centro esperan pacientemente a que cambie la actitud del gato con todo el cariño y atención que le están dando. De hecho, el 28 de agosto, Finn llegó a pesar tres kilos, un pequeño adelanto teniendo en cuenta que cuando lo encontraron pesaba 2,6 kilos. Lo alimentan varias veces al día y poco a poco se va fortaleciendo.
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