El presidente filipino, Rodrigo Duterte, y el popular ex campeón mundial de boxeo Manny Pacquiao, antiguos aliados, se encuentran enfrentados por el control del partido gobernante en Filipinas, que el año que viene celebra elecciones presidenciales.
La facción fiel a Pacquiao en el gobernante Partido Democrático Filipino-Poder del Pueblo (PDP LABAN) sustituyó el domingo a Duterte como líder de la formación y expulsó de esta a tres de sus aliados en una decisión rechazada por el sector rival, que la calificó de “comedia”.
La escisión del partido es visible en internet, donde su página web aún mantiene la foto de Duterte como líder (chairman), mientras que las redes sociales de la formación están en manos del bando de Pacquiao.
”PDP LABAN nombra al senador Koko Pimentel como líder del Consejo Nacional (del partido)”, se puede leer en el perfil de la formación en Facebook.
La cuenta en Twitter del partido compartió un artículo que apoya a Pacquiao como próximo candidato presidencial en las elecciones previstas para mayo.
El secretario general del PDP LABAN, Melvin Matibag, del bando de Duterte, afirmó que “el senador Koko Pimentel no tiene ninguna posición en el PDP LABAN. Es irrelevante y no representa al partido”.
En este sentido, subrayó que “el presidente Rodrigo Roa Duterte es el presidente del partido PDP LABAN. Lo es ahora y lo seguirá siendo”, según un comunicado citado por la agencia filipina Philippine News Agency.
En un comunicado, su partido, PDP Laban, indicó que Duterte, de 76 años, quien ganó las elecciones den 2016, ha aceptado la invitación como candidato vicepresidencial para proseguir sus políticas contra el narcotráfico, la pobreza y la campaña contra la covid-19, entre otras.
“El presidente Rodrigo Boa Duterte ha decidido hacer el sacrificio y hacer caso al clamor de la gente”, señala el partido presidido por Duterte.
Muchos analistas prevén que su hija Sara, actual alcaldesa de Davao, se postule como candidata presidencial en el país, donde los presidentes no pueden presentarse por ley a la reelección.
Pacquiao, senador desde 2016, era un colaborador y socio de Duterte hasta que en junio criticó al presidente por su política con Pekín en las disputadas aguas del mar de China Meridional y un mes después denunció supuestos casos de corrupción en el programa de ayudas por la covid-19.
Como consecuencia, Pacquiao fue sustituido como presidente ejecutivo del partido el pasado julio y reemplazado por el ministro de Energía, Alfonso Cusi.
La facción del boxeador ha vuelto a situarlo como presidente y ha expulsado a Cusi y dos de sus colaboradores.
La solución a la disputa por el liderazgo dependerá de la decisión de la Comisión Electoral.
Por otro lado, el presidente ha librado una cruzada legal contra las voces y medios críticos, como la prestigiosa periodista Maria Ressa, fundadora del medio Rappler.
Sin embargo, las encuestas siguen dando un gran apoyo tanto a Duterte como a su hija Sara.
Según una encuesta de Pulse Asia Research del pasado julio, Sara y Rodrigo Duterte son los candidatos favoritos a la presidencia y vicepresidencia del país con el potencial apoyo, respectivamente, del 28 y 18 por ciento de los votantes.
(con información de EFE)
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