El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este lunes una resolución sobre Afganistán centrada en la salida segura de los afganos del país, la ayuda humanitaria y el rechazo del terrorismo, que contó con la abstención de China y Rusia y que fue criticada por su débil condena de las violaciones contra los derechos humanos.
Para Francia, uno de los países que apadrinaron el texto junto al Reino Unido, Estados Unidos e Irlanda, “los ojos de todos los afganos están mirando este consejo y esperan un apoyo claro de la comunidad internacional y esta falta de unidad es una decepción para nosotros y para ellos”, dijo la representante francesa, Nathalie Estival-Broadhurst.
El propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se implicó en las negociaciones para conseguir un texto apoyado por los 15 miembros del consejo, y esta tarde se reunió sin éxito con los cinco países permanentes y con derecho a veto -EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido-.
“Esta reunión con los cinco países, de esta tarde, debe ser vista como una extensión de sus buenos oficios para intentar unir a la comunidad internacional en el Consejo de Seguridad”, dijo el portavoz de Guterres, Stephan Dujarric, este lunes en su rueda de prensa diaria.
Francia y Reino Unido habían propuesto la creación de una zona segura en el aeropuerto civil de Kabul bajo control de la ONU que permitiera continuar las evacuaciones desde Afganistán, según adelantó el domingo el presidente francés, Emmanuel Macron.
Sin embargo, la resolución aprobada no aborda esta cuestión y se limita a insistir en la necesidad de que los talibanes permitan salir del país a toda persona que lo desee.
“El Consejo de Seguridad espera que los talibanes cumplan con su compromiso de facilitar el paso seguro de afganos y extranjeros que quieran salir de Afganistán, ya sea hoy, mañana o después del 31 de agosto (último día oficial de la presencia de EE.UU. en el país), dijo la representante estadounidense en el Consejo de Seguridad, Linda Thomas-Greenfield.
En este sentido, la diplomática gala también subrayó que el texto insta a todas las partes a que hagan todos los esfuerzos posibles para asegurar el aeropuerto y área circundante y crear un paso seguro.
“La protección es una condición sine qua non para garantizar que los afganos que deseen irse puedan hacerlo de manera segura, pero también para garantizar que la asistencia necesaria pueda llegar a todos los que lo necesiten, tanto a través del aeropuerto como por las fronteras terrestres”, agregó Estival-Broadhurst.
Thomas-Greenfield también destacó que el texto aprobado hoy implica un “compromiso duradero del Consejo de Seguridad de ayudar a quienes permanezcan en Afganistán” y subraya que “todas las partes deben facilitar asistencia humanitaria” y sin obstáculos para continuar prestando los servicios activos en la actualidad.
Otro de los puntos clave destacados por la diplomática estadounidense es la insistencia en la “urgente necesidad de abordar la grave amenaza del terrorismo en Afganistán”, prácticamente el único punto en el que Rusia y China coinciden con el resto de actores internacionales.
Sobre las denuncias de violaciones contra los derechos humanos de los talibanes, la representante de Irlanda, Geraldine Byrne Nason, mostró su decepción sobre la redacción final del documento.
“Por supuesto, hubiéramos preferido un lenguaje más fuerte con respecto a los derechos humanos, particularmente dada la situación que afrontan ahora las mujeres y las niñas de Afganistán”, dijo Nason ante el resto de miembros del máximo órgano de Naciones Unidas.
Rusia, por su parte, justificó su abstención asegurando que el texto ignoraba sus principales preocupaciones en el país asiático, entre las que citó el lenguaje usado para identificar las amenazas terroristas, así como el daño que puede causar en la economía la huida de cerebros y el bloqueo de activos económicos.
“Durante las negociaciones subrayamos que era inaceptable el impacto negativo de la evacuación de los especialistas afganos calificados en la economía afgana. Con esta fuga de cerebros el país no podrá alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible”, subrayó el diplomático ruso Vassily Nebenzia.
Asimismo Nebenzia acusó a Estados Unidos y “sus aliados” de pretender mediante esta resolución culpar a los talibanes de su fracaso en Afganistán.
“Al mismo tiempo, podemos ver en esto un intento de echar la culpa del fracaso y del colapso de los 20 años de presencia de Estados Unidos y sus aliados en la región sobre los talibanes”, aseguró.
La embajadora del Reino Unido en la ONU, Dame Barbara Woodward, resumió la resolución asegurando que con ella el Consejo de Seguridad ha establecido “sus expectativas mínimas sobre los talibanes”.
“Hemos dejado claro que los talibanes deben cumplir sus propios compromisos para garantizar el paso seguro (de los afganos) más allá del 31 de agosto. Afganistán nunca podrá volver a convertirse en un refugio seguro para los terroristas”, subrayó la diplomática.
Por otro lado, los ministros de Exteriores de Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Turquía y Qatar, además de la Unión Europea (UE) y la OTAN, se reunieron de forma virtual para coordinar los siguientes pasos tras la retirada de las tropas internacionales de Afganistán.
El encuentro, que está encabezado por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, se produjo a apenas un día del fin de la presencia militar estadounidense en el país centroasiático.
En un comunicado, emitido antes de la reunión, el Departamento de Estado subrayó que los participantes, a los que calificó de “aliados clave”, hablarán de “un enfoque coordinado para los días y semanas próximos” en Afganistán.
Estados Unidos ha terminado ya la fase de repliegue de sus tropas en Kabul, destinadas a garantizar la seguridad del aeropuerto de la capital afgana durante las evacuaciones de ciudadanos estadounidenses y de sus aliados afganos.
La Casa Blanca aseguró que ni Estados Unidos ni sus aliados tienen prisa por reconocer un Gobierno de los talibanes en el futuro próximo tras la retirada completa prevista, a más tardar, para este martes.
El pasado viernes, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, reconoció que su país está “discutiendo activamente” si mantendrá presencia diplomática en Afganistán después de esa fecha, pero que primero tienen que haber unas condiciones de “seguridad básicas” sobre el terreno.
Además, citó “una serie de criterios que deben cumplirse” por parte del futuro Gobierno afgano para que Estados Unidos pueda “trabajar” con él, entre los que mencionó el “respeto” a los derechos de sus ciudadanos, especialmente de las mujeres, y que “cumpla con sus compromisos antiterroristas”.
No obstante, remarcó, eso dependerá “de los hechos y el comportamiento” de ese Gobierno y “no de las palabras”.
(Con información de EFE)
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