“Queremos construir el futuro y olvidar lo ocurrido en el pasado”, dijo Zabihullah Mujahid, uno de los líderes de los talibanes, en una entrevista con The New York Times, al tiempo que rechazó los temores y acusaciones ante la posibilidad de que el grupo se vengue de quienes se les oponen y que quieran volver a implantar los duros controles sobre las mujeres como cuando gobernaban Afganistán hace 20 años.
Las palabras del líder, que marcaron la primera vez en que los talibanes hablaron en exclusiva con un medio de comunicación occidental desde la toma del poder, tuvieron lugar un día después de que advirtiera a las mujeres de Afganistán que lo más seguro es que se queden en sus casas hasta que más combatientes de base reciban formación sobre cómo no maltratarlas.
Tras la reciente toma de poder, los talibanes se encontraron con un escenario de cambios en la sociedad afgana en comparación a cuando habían controlado el país hace dos décadas. La mayoría de esos cambios tienen que ver con las mujeres, que durante años fueron libres de vestirse sin ningún tipo de restricciones y que disfrutaron de poder estudiar y trabajar.
Pese a que intentó mostrarse más cercano a las tradiciones occidentales, el vocero confirmó que no se permitirá la música en público. “La música está prohibida en el Islam. Esperamos poder persuadir a la gente para que no haga esas cosas, en lugar de presionarla”, advirtió.
En entrevista con The New York Times, Mujahid sugirió que, a más largo plazo, las mujeres serán libres de retomar sus rutinas diarias, al tiempo que aseguró la preocupación de que los talibanes vuelvan a obligarlas a permanecer en sus casas o a cubrirse la cara es infundada.
Además, dijo que resulta confuso el requisito de que circulen acompañadas por un tutor masculino, conocido como mahram, y que en realidad esa condición sólo se aplica a los viajes de tres días o más.
“Si van a la escuela, a la oficina, a la universidad o al hospital, no necesitan un mahram”, afirmó Mujahid, el principal portavoz de los talibanes, al medio estadounidense.
Asimismo, aseguró que habrá garantías para los afganos que intenten abandonar el país y que de ninguna manera se impedirá la entrada al aeropuerto a quienes tengan documentos de viaje válidos.
“Dijimos que las personas que no tienen documentos válidos no se pueden ir”, afirmó. “Necesitan pasaportes y visados para los países a los que van, y entonces pueden salir por aire. Si sus documentos son válidos, no vamos a preguntar qué hacían antes”, precisó.
Por otro lado, rechazó las acusaciones de que los talibanes hayan estado persiguiendo a intérpretes y otras personas que trabajaron para el ejército estadounidense, y afirmó que estarán a salvo en el país.
Con respecto a las operaciones de evacuación de los países occidentales, Mujahid dijo que “no deberían interferir en nuestro país y sacar nuestros recursos humanos: médicos, profesores y otras personas que necesitamos aquí”. “En Estados Unidos, podrían convertirse en lavaplatos o cocineros. Es inhumano”, añadió.
Mujahid, quien en los últimos años se desempeñó como un nexo clave entre los talibanes y los medios de comunicación, podría convertirse próximamente en el nuevo ministro de Información y Cultura. Habla con fluidez el pashto y el dari, las principales lenguas del país, y se describe a sí mismo como nativo de la provincia de Paktia y licenciado en jurisprudencia islámica por la conocida madraza Darul Uloom Haqqania de Pakistán.
Mujahid expresó su esperanza de que su grupo tenga buenas relaciones con la comunidad internacional en áreas como la lucha antiterrorista, la erradicación del opio y la reducción de los refugiados hacia Occidente.
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