Los talibanes esperan conformar un gobierno “inclusivo” en Afganistán antes de que termine la retirada de las tropas internacionales del país, prevista para el próximo 31 de agosto, un paso clave para la consolidación del nuevo régimen talibán, tras su victoria después de casi 20 años de guerra.
“Esperamos formar un Gobierno inclusivo antes de la fecha límite de la retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán”, dijo en declaraciones a la agencia EFE el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, desde su despacho en Kabul.
Los máximos líderes talibanes, que tomaron Kabul el pasado 15 de agosto tras consecutivas victorias en casi todas las provincias del país, han estado trabajando desde entonces en la conformación de su administración, que han prometido que representará a todo el país.
Un grupo de líderes políticos afganos forma parte de esas conversaciones. Sin embargo aún se desconoce si alguna de las figuras de los gobiernos pasados, que lucharon contra los insurgentes, tendrán cabida en el poder. La ausencia de mujeres en las reuniones de los últimos diez días ha hecho dudar también si estas lograrán un lugar en el nuevo liderazgo.
La amnistía
Mujahid reiteró el decreto de una “amnistía general para todos”, una garantía hecha por los talibanes para asegurar que todos, incluidos los soldados y funcionarios que les combatieron, serán exculpados por sus roles en la antigua administración. “Quien quiera volver al país lo puede hacer”, dijo el portavoz.
Las declaraciones de Mujahid se producen en un momento en el que miles de afganos, muchos de ellos activistas, periodistas, militares, y políticos intentan salir del país por miedo a castigos de los insurgentes, recordados por la dureza de su antiguo régimen.
“Desde el principio el Emirato Islámico -como se autodenominan los talibanes- no ha mantenido prisioneros, ni a nadie de las fuerzas de seguridad afganas bajo nuestra custodia”, aseguró.
Durante la ofensiva de diez días con la que los combatientes del movimiento insurgente conquistaron 33 de las 34 provincias afganas, proclamando su victoria en Afganistán, decenas de puestos militares y oficinas se rindieron ante los insurgentes.
Sin embargo, tras la huida del derrocado presidente afgano Ashraf Ghani y la caída de Kabul, apenas se conocen detalles sobre gran parte de los antiguos soldados, y algunos de ellos han denunciado la persecución de los talibanes o asesinatos de algunos de sus compañeros.
Las relaciones internacionales
Afganistán, devastado por décadas de guerra y conflicto, con millones de desplazados y una situación humanitaria precaria, depende en gran medida de la ayuda internacional.
Ahora, con los talibanes en el poder, el reconocimiento de su gobierno y la continuación de la financiación serán clave para el país.
En este momento, los talibanes “esperamos tener mejores relaciones con la comunidad internacional y esperamos que reconozcan a nuestro gobierno”, dijo Mujahid.
Por ahora la comunidad internacional está atenta a la decisiones de los islamistas, y si esta nueva era, a diferencia de la primera, tratará de mantener los logros alcanzados en temas de derechos sociales y políticos, especialmente para las mujeres, así como impedir que el país se convierta en un santuario para terroristas.
(Con información de EFE)
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