Mientras siguen los esfuerzos occidentales para evacuar a quienes huyen de la toma de Afganistán por los talibanes, crece la preocupación de que una filial local del grupo Estado Islámico pueda apuntar a las multitudes fuera del aeropuerto de Kabul con ataques terroristas suicidas o disparar misiles contra aviones estadounidenses.
Por eso, en las últimas horas los aviones militares han estado realizando aterrizajes en espiral y otras aeronaves han disparado bengalas al despegar, ambas medidas utilizadas para evitar ataques con misiles.
La amenaza proviene del Estado Islámico de Khorasan, también conocido como IS-K o ISIS-K, una rama autoproclamada del grupo terrorista que surgió por primera vez en Siria e Irak.
Joe Biden: “Sabemos que algunos terroristas podrían tratar de aprovechar la situación”
El gobierno estadounidense dijo que está trabajando las 24 horas para evacuar a los estadounidenses y a aquellos que ayudaron a las fuerzas estadounidenses a salir de Kabul, pero que la situación de seguridad en el terreno es compleja dada la presencia de grupos como ISIS-K.
“Sabemos que algunos terroristas podrían tratar de aprovechar la situación”, sostuvo Biden el domingo en una alocución televisada desde la Casa Blanca sobre este operativo. “Sigue siendo una operación peligrosa”.
“La amenaza es real. Es aguda. Es persistente. Y es algo en lo que nos enfocamos con cada herramienta de nuestro arsenal”, agregó por su parte Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, en declaraciones a CNN el domingo.
Desde el 14 de agosto, Estados Unidos ha evacuado o facilitado la evacuación de más de 30.000 personas en vuelos militares y de la coalición. Decenas de miles de personas, estadounidenses, otros extranjeros y afganos que ayudaron en el esfuerzo de guerra, todavía esperan unirse al puente aéreo, que se ha visto frenado por problemas de seguridad y obstáculos burocráticos.
Qué el ISIS-K
El grupo ISIS-K fue fundado hace tres años y sigue activo, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Si bien los afiliados comparten una ideología y tácticas, la profundidad de su relación con respecto al Estado Islámico y su mando nunca se ha establecido por completo.
El nombre del grupo proviene de su terminología para el área que incluye Afganistán y Pakistán: “Khorasan”.
El CSIS dijo que el ISIS-K fue responsable de casi 100 ataques contra civiles en Afganistán y Pakistán, así como de aproximadamente 250 enfrentamientos con las fuerzas de seguridad estadounidenses, afganas y paquistaníes desde enero de 2017.
Funcionarios antiterroristas de la ONU dijeron en junio que ISIS había llevado a cabo 77 ataques en Afganistán en los primeros cuatro meses de este año, frente a 21 en el mismo período en 2020. Los ataques del año pasado incluyeron un ataque contra la Universidad de Kabul en noviembre y un bombardeo de cohetes contra el aeropuerto de Kabul un mes después.
Funcionarios de inteligencia estadounidenses dijeron a CNN que entre los miembros de ISIS-K hay “un pequeño número de yihadistas veteranos de Siria y otros combatientes terroristas extranjeros”, y dijeron que Estados Unidos había identificado a entre 10 y 15 de sus principales operativos en Afganistán.
“ISIS-K ha estado esperando una oportunidad como esta, donde sus combatientes pueden explotar el caos de la situación en el terreno para tener la oportunidad de matar a soldados estadounidenses”, explicó a The New York Times Colin P. Clarke, analista de contraterrorismo en Soufan Group, un Empresa consultora de seguridad con sede en Nueva York, en referencia a la filial Khorasan del grupo Estado Islámico en Afganistán.
Los talibanes han luchado contra ISIS en los últimos años, y los líderes del Estado Islámico en Afganistán denunciaron la toma de control del país por los talibanes, criticando su versión del gobierno islámico de no ser lo suficiente intransigente.
Sin embargo, algunos analistas dicen que en los últimos tiempos ISIS-K estrechó vínculos con la red Haqqani, un grupo guerrillero insurgente afgano orgánico a los talibanes.
Por eso, una de las preocupaciones sobre la toma del poder por parte de los talibanes es que podrían volver a albergar a grupos extremistas. Los talibanes albergaron a Al Qaeda mientras orquestaba los ataques del 11 de septiembre, lo que llevó a la invasión estadounidense en 2001. Los talibanes ahora dicen que no permitirán que Afganistán sea una base para ataques contra otros países.
En ese sentido, funcionarios norteamericanos reconocieron que un ataque al aeropuerto sería un golpe estratégico tanto contra Estados Unidos como contra los talibanes, que están tratando de demostrar que pueden controlar el país.
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