El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este lunes la entrada en vigor de un reparto de reservas por un monto récord de unos 650.000 millones de dólares, destinado a ayudar a los países miembros a paliar la crisis provocada por la pandemia del COVID-19.
La mayor distribución de activos de reserva internacional de la historia del Fondo “es un gran impulso para el mundo y, si se usa con prudencia, una oportunidad única para luchar contra esta crisis sin precedentes”, dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en un comunicado.
La asignación de estos activos, conocidos como Derechos Especiales de Giro (DEG), “proporcionará liquidez adicional al sistema económico mundial, complementando las reservas de divisas de los países y reduciendo su dependencia de una deuda interna o externa más cara”, agregó.
Georgieva recordó a los países miembros del FMI que los DEG se pueden usar para apoyar sus economías e intensificar su lucha contra la crisis, pero subrayó que son “un recurso preciado” y recomendó un uso responsable.
Los DEG se distribuyen a los países miembros del FMI en proporción a sus cuotas en la institución. Así, unos 275.000 millones de dólares se destinarán a los países emergentes y en desarrollo, de los cuales los países de bajos ingresos recibirán alrededor de 21.000 millones de dólares. Argentina, el mayor deudor del FMI, obtendrá DEG equivalentes a unos 4.400 millones de dólares.
Brasil, la principal economía latinoamericana, tendrá acceso a alrededor 15.090 millones de dólares, en tanto a Haití, el país más pobre de las Américas, se le asignaron unos 244 millones.
Creados en 1969 para complementar las reservas oficiales de los países miembros, los DEG no suponen una moneda ni un crédito frente al FMI. Su valor se basa en una canasta de cinco monedas internacionales: el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina, el yuan chino y el yen japonés.
Una vez emitidos, los DEG se pueden utilizar como moneda de reserva que estabiliza el valor de la moneda nacional o se pueden convertir en monedas más fuertes para financiar inversiones.
Georgieva dijo que el FMI alienta a los países con posición económica sólida a canalizar de forma voluntaria algunos de sus DEG hacia los países más necesitados.
Destacó que algunos miembros ya se comprometieron en los últimos 16 meses a prestar 24.000 millones de dólares (incluidos 15.000 millones de sus DEG existentes), al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza del FMI, que ofrece préstamos en condiciones favorables a países de bajos ingresos.
Otra opción, sostuvo, podría ser destinar DEG a respaldar préstamos de los bancos multilaterales de desarrollo.
La asignación de DEG había estado sujeta a una serie de aprobaciones. La Junta de Gobernadores del FMI dio la luz verde final el 2 de agosto.
El FMI, fundado en 1944 para aportar estabilidad al sistema monetario mundial, cuenta en la actualidad con 190 países miembros.
La mayor asignación de DEG hasta ahora había sido en agosto de 2009, cuando se distribuyeron unos 250.000 millones de dólares para paliar la crisis financiera mundial. Antes, el FMI había distribuido DEG dos veces: en 1970-72 y en 1979-81.
Georgieva manifestó este lunes que, además de asignar nuevos DEG, el FMI incrementó en el último año la ayuda a sus miembros para superar la crisis provocada por la pandemia de COVID-19.
El Fondo otorgó hasta ahora 117.000 millones de dólares en nuevo financiamiento a 85 países y proporcionó alivio del servicio de la deuda a 29 países de bajos ingresos.
(Con información de AFP)
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